Muerta

24 de agosto de 2018

Dado que en la vida real nadie me presta atención, me vi obligada a escribir un diario. Si mi madre lo llega a ver, al menos entenderé que le importo lo suficiente como para espiar mis cosas, sino, bueno, no cambia nada.

Loana, 17 años, sueña con una vida dramática y poética, como todos los libros que ha leído hasta ahora. Con esperanzas, soñadora, aventurera, todo lo bueno que tiene una protagonista del siglo XXI, hasta que un día el malvado villano, que en mi historia se llama Elías, le arrebató toda su inocencia y la tiró por un poso, del cual aún no ha podido salir.

Cada día grita por auxilio, pero la gente que pasa al lado está muy ocupada en sus asuntos como para ayudarla.

Pobre Loana, ¿quién va a rescatarla ahora? Si está sola, pobrecita. Nadie se atrave a siquiera mirar dentro del poso, aunque ella haga hasta lo imposible porque la noten. Ella se lastima intentando salir de ese poso, se corta los brazos, las piernas, pero no logra salir, porque siempre que parece que alguien va a rescatarla, solo la hace subir hasta la cima para luego empujarla.

A veces llueve, y el poso se inunda, haciendo que Loana se ahoge en el agua, pero al otro día sigue viva, con el rostro mojado y las uñas rotas, pero viva.

Loana ya no puede más con este sufrimiento, pero parece que nadie quiere auxiliarla.

Pobre de ella.



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En el texto hay: miedo, rencor, alucinaciones

Editado: 19.08.2020

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