Mundo de cristal

Capítulo 6: Sin fuerzas.

"Nunca sabes que tan fuerte eres hasta que la vida te rompe tanto, que ser fuerte se convierte en tu única opción"

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Capítulo 6:
SIN FUERZA

Mi corazón se detiene, o eso creo. No puedo respirar, ni hablar y mucho menos moverme, ¿está diciendo que debo volver a la realidad? A ese lugar lleno de dolor, maltrato, abusos e incontables tristezas, ¿Eso es lo qué dice?

No, no puedo volver ¡Me niego a volver!

—No lo haré, no me voy a ir —corro y me aferro a él con todas mis fuerzas.

—Wendy, no tienes elección. En el mundo real llevas meses en coma y… Solo debes volver, ¿okey? Siempre estaré contigo, lo prometo.

—¿Meses? Alto, eso no importa, dije que no me voy —lo abrazo aún más fuerte.

—Si no vuelves quedarás atrapada aquí, ¿entiendes? No puedo permitirlo —advierte alejándome un poco.

Para este punto ya estoy llorando a mares.

No quiero regresar, no quiero seguir sufriendo. No puede hacerme esto, él no.

—¡Si estar aquí significa estar muerta, pues que así sea! —sentencio casi a gritos.

—¡No es tan fácil! Si mueres todo esto morirá también, tienes que irte —me sujeta los hombros.

—Alto, si esto es mi imaginación y mis sueños; las ballenas son mis miedos y todo representa mi vida… ¿Qué eres tú? —no estoy segura de porque, pero está pregunta nace en mi mente.

—El futuro, o como quieras verlo. Soy solo un ser que tal vez no nació siendo algo real, pero ahora te ama con más fuerzas de las que tendría si lo fuera —toma mi mano de nuevo.

—Solo eres otro producto de mi imaginación —bajo la cabeza.

Erick suelta mi mano y lo escucho suspirar.

—No sé porque pensé que esto sería hermoso —confiesa realmente triste.

—Lo fue, pero el problema no es la belleza del momento; sino que es algo falso, fantasía y nada más. No existe este mundo, no existen las ballenas que vuelan y no existes tú  —digo tratando de hablar bien, pero las lágrimas no me lo permiten.

—Wendy, mi amor por ti sí es real, ¿eso no es suficiente? —sus palabras me queman.

—Yo…

No se qué decir, Erick solo es un producto de mi imaginación, pero es que parece tan real. Su sufrimiento hace que mi corazón se contraiga y yo solo quiero abrazarlo y llorar en su pecho.

—Entiendo —mira el suelo.

—Erick, no te…

Antes de que logre hablar, algo se materializa a un lado de nosotros. Una especie de portal blanco demasiado brillante para verlo directamente.

—Esa es tu salida —murmura él y mi corazón se acelera.

—No, no ¡Por favor, no! —corro de nuevo y lo abrazo sin intenciones de soltarlo.

—Wendy, no puedo dejar que te quedes, no tengo elección —intenta separarme, pero lo evitó.

—¡Te lo ruego, no me hagas volver allá! —empiezo a llorar a mares sin soltarlo.

Tan solo imaginar de nuevo mi realidad, el dolor, la miseria, mi tío y la vida que me espera al despertar; me desespera a tal grado de no poder controlarme.

Estoy en pánico de solo pensar en volver.

Todo mi cuerpo se aferra a Erick como si se tratase de la vida misma y mares corren por mis mejillas.

Ni siquiera me importa que las ballenas estén golpeando de nuevo el cristal aún más fuerte, o que esté intentando alejarse y convencerme de calmarme, yo solo quiero estar con él, solo eso.

Solo quiero quedarme donde puedo ver el arcoiris y no de nuevo ir a las sombras.

—Wendy, por favor, escucha —logra alejarme lo suficiente como para ponerse a mi altura.

—No quiero escuchar, estoy harta de escuchar. Dijiste que estarías conmigo, y vas a dejarme como todos —cubro mi rostro con las manos rompiendo en llanto.

—¿Y qué esperas que haga? Si te quedas, morirás físicamente y tanto tú como este mundo desaparecerán. En cambio si vuelves, tienes la oportunidad de surgir de nuevo —me descubre el rostro tratando de hacerme respirar.

—No me obligues a volver a ese lugar, no sin ti. Quiero quedarme contigo, eres la única persona que ha logrado hacerme sentir en paz, amo esta sensación; por favor, debe haber otra forma —mis manos vuelven a su camisa jalándola un poco.

—Siempre voy a estar contigo, siempre que puedas combatir tus miedos, estaré aquí; en este mundo de maravillas —toma mi mano con su pulgar las acaricia.

Respiro muy profundo conintensiones de lograr calmarme y, luego de hacerlo varias veces, los golpes se detienen. Empiezo a sentir mareos y ganas de salir corriendo, pero detengo esas sensaciones.

Si me quedo, moriré y conmigo este mundo junto con él. Debo ser fuerte, puedo hacerlo, sé que puedo serlo. He sido fuerte toda mi vida, seguir siéndolo sería algo demasiado fácil.

Pero no quiero dejarlo, no quiero irme. Me niego a aceptar que nunca más lo veré.

—No quiero dejarte —veo el portal y después al suelo.

—Tranquila, siempre estaré cerca —sube su mano y acaricia mi rostro.

¿Qué más puedo decir? No hay nada, absolutamente nada que pueda lograr calmar el dolor que siento ahora. Por más nuevo que sea estar con él, su presencia me hace sentir feliz.

Por primera vez me siento feliz.

CONTINUARÁ...

 

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¡Gracias por seguir!



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En el texto hay: amor, sueños y metas, superacion propia

Editado: 17.01.2021

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