2.EMY Y LA ABEJA.

Había una vez una niña que se llama Emy. Ella es una pequeña muy vivaracha, le gusta mucho jugar.

Un día Emy fue a visitar a su tío Marcos y la tía Polina con mamá y papá. Estaba toda la familia, y había otros niños.

—Mamá, mamá, ¿puedo ir a jugar?

  Pidió permiso Emy, siempre hay que pedir permiso antes de salir a mamá o papá.

—Emy, puedes salir a jugar con tus amiguitos—dijo mamá.

  Emy se puso muy contenta salió al jardín y se puso a jugar con una pelota. De pronto, la pelota se fue saltando hasta el jardín de las flores.

 Emy corrió detrás de ella y la vio allí, tirada debajo de una planta florida. Metió su manita para coger la pelota, pero una abejita que estaba libando las flores, pensó que Emy la iba a lastimar y en se asustó, y con su aguijón, picó con mucha fuerza el dedito de Emy.

—Ahhh….

 Emy gritó con todas sus fuerzas porque le había dolido mucho. Mamá vino corriendo junto con papá muy asustado.

—¿Qué pasó bebé?

 Preguntó mamá cargándola. Mientras papá la miraba por todas partes. Emy le enseño su dedito y la abeja llorando. Mamá llamó al tío doctor que estaba allí. Y rápido vino el doctor a ver que había pasado, puso hielo en el dedito y luego una pomadita. Emy estaba muy asustada. Por suerte se le alivió el dolor rápido.

 Desde ese día, Emy sabe que las abejitas pican muy duro, no porque son malas, sino porque se asustan y entonces pican para defenderse.

 Por eso cada vez que Emy juega con la pelota y se va para las flores, ella llama a papá para que la coja, no vaya ser que otra abejita se asuste y la vuelva a picar.

Recuerden, las abejas no atacan solo se asustan y se defienden.

No te acerques a una abejita

se puede asustar y picarte muy duro.

Les quiero

Bris