Hoy es un día muy espacial, es el cumpleaños de la querida Lidia. Una hermosa ratoncita, que habita junto a todos sus amigos en el bosque.
Ella está muy feliz preparando todo para la gran celebración. Como todos los años ha invitado a todos sus amigos que siempre le traen hermosos regalos.
Su amigo Pedrito, el ratoncito que siempre la sorprende con los regalos por ser únicos y diferentes, está muy preocupado. Este año no sabe qué regalarle a su querida amiga.
La abejita Lola se encuentra descansando en una flor después de haber trabajado muy duro recolectando néctar para crear miel de todas las flores del bosque, cuando escucha que alguien llora. Se queda atenta observando, hasta que ve que aparece Pedrito el ratoncito muy triste.
—Hola Pedrito, ¿qué tienes amiguito? ¿Por qué estás tan triste?
—Buenos días, Lola. Estoy desesperado.
—¿Por qué si se puede saber?
—Hoy es el cumpleaños de Lidia.
—¿Y qué hay con ello? Lo celebrará como todos los años.
—Ese es el problema Lola, cada año le regalo algo diferente, pero este año no he podido encontrar nada.
—Vamos Pedrito, no importa lo que le regales ella se pondrá feliz.
—Pero me gusta que sea algo especial. ¿Puedes ayudarme a pensar en algo?
Lola y Pedrito se quedaron por largo rato en silencio pensando un regalo diferente para Lidia. Hasta que la abejita levantó una patica y dijo.
—¡Ya sé Pedrito que le regalarás! Ven conmigo
Pedrito siguió a Lola hasta su casita en el panal de abejas, la vio introducirse en él y salir con una hojita llena de miel.
—Mira Pedrito, de seguro nadie le regalará una rica miel como esta a Lidia.
—¡Muchas gracias, querida Lola! Pero tú se lo podrías regalar.
—No, ya yo tengo otro regalo que sé le gustará a Lidia mucho. Ahora vamos que es tarde.
Salieron muy rápido para la casa de Lidia, pero antes de llegar Pedrito se detuvo en su cuevita y le puso una hermosa cinta roja a la hojita con la miel. Cogió su tarjeta de felicitaciones y corrió a darle su hermoso y diferente regalo a su amiga.
—Felicidades, Lidia— le dijo en cuanto la vio— aquí tienes mi regalo.
—¡Miel me has traído miel Pedrito! Muchas gracias, la repartiré entre todos.
Y así lo hizo, todos los animalitos y amiguitos de Lidia que asistieron a su cumpleaños disfrutaron de una rica miel natural y cantaron, bailaron felices.
Desde esa vez, Pedrito se dio cuenta de que no importa en verdad el regalo. Lo que importa es que se acuerde de felicitar, desear que su amiga que sea feliz y compartir con ella su alegría.
¡Felicidades, Lidia!
Cuento dedicado a la amiguita Lidia Cabrera
¡Muchas felicidades linda!
Anita espero que estés mejorando mucho y
que celebres el cumpleaños muy pronto
Te quiero
Tu amiga escritora
Bris
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Editado: 03.06.2023