Había una vez un caballo con una mariposa. El caballo le preguntó a la mariposa.
—Mariposa, ¿quieres que juguemos al escondite?
—Sí, me gustaría mucho—. Respondió la mariposa.
—Entonces vamos a ir a invitar otros animales para jugar —. Dijo el caballo.
Ambos salieron en busca de más animales, la primera que encontraron fue a la Jirafa que estaba junto a un lobo. Al verlo se sorprendieron de que estuvieran juntos.
—Hola —saludó el caballo—¿quieren a jugar con nosotros?
—¿Jugar? —preguntaron los dos— ¿a qué quieren jugar?
—Al escondite—. Respondió la mariposa.
—Entonces si queremos—. Respondieron la jirafa y el lobo.
Después salieron a buscar más amigos y fueron a dar donde el León estaba dormido. Lo llamaron.
—Hola León —lo llamó la mariposa—, ¿quieres jugar con nosotros al escondido?
—Sí, como no—. Contestó el León, pensando en comerse al caballo. Pero la mariposa se dio cuenta y lo regañó.
—Amigo León, y tu lobo, vamos a jugar, pero tienen prohibido comer animales, ahora todos somos amigos.
—Está bien—. Estuvieron de acuerdo.
Todos siguieron caminando para buscar más amigos, llegaron al lago donde estaba bañándose el hipopótamo y un flamenco rosado.
—Hola amigos, ¿quieren jugar con nosotros al escondite?—. Preguntó el caballo.
—Sí, queremos.
—Bueno —dijo la mariposa— ya somos bastantes, ahora podemos jugar. Recuerden las reglas, nadie se puede comer a nadie. Todos somos amigos, no importa que seamos diferentes. Nadie puede empujar ni golpear a nadie. Ahora vamos a ver quien es el primero que se queda.
—¡Yo, yo, yo! —. Dijo el flamenco.
—Está bien flamenco empieza tú— dijo el caballo— tapate los ojos y comienza a contar hasta diez, nosotros nos esconderemos.
Y así lo hicieron, el flamenco cerró los ojos y empezó a contar, mientras los demás corrían a esconderse. La mariposa corrió a esconderse detrás de la casa del guarda bosques. El caballo se escondió detrás de un gran árbol. El León se escondió detrás de una hoja, él creía que no se veía, y por último el lobo se escondió en hueco en la tierra. Y el hipopótamo se metió en el agua.
—¡Y diez! —grito el flamenco al terminar de contar—Voy, voy a buscarlos a todos.
Y comenzó a buscar y se echó a reír al ver al León detrás de la hojita. Él creía que estaba escondido
—Ja, ja, ja, te atrapé León —gritó el flamenco— Acompáñame a buscar a los demás
—Mira la hermosa mariposa allí —. Gritó el León.
—Y mira el lobo aquí y el hipopótamo en el agua—. Dijo el flamenco
Solo faltaba el caballo, que se había escondido detrás del gran árbol y nadie lo veía.
—¿Dónde está el caballo? —. Preguntaban todos.
La mariposa se elevó volando y vio la cola del caballo.
—Lo encontré, está detrás del árbol.
—Síiii —gritaron todos.
Desde ese día todos ellos se volvieron muy amigos. Lo que demuestra que no importa que seamos diferentes, podemos tener amigos de todas partes. No importa su color, su idioma. Podemos ser amigos de todos.
Recuerden niños, es lindo tener muchos amigos. Llevarse bien y jugar con todos.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado y el tuyo no ha empezado.
Cuento creado por Emily Ilias, una niña de seis años
que le gusta y tiene muchos amiguitos.
No lo olviden
Les quiere su escritora
Bris
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Editado: 03.06.2023