Mundos Diferentes

CAPÍTULO 22- MUNDOS DIFERENTES

Pasó como un mes desde todo aquello y desde entonces no había vuelto a ver a Dylan. Me preguntaba cómo estaría el, su madre y su pequeña hermana, qué había hecho en todo ese tiempo. Era tanta la incertidumbre que me armé de valor y fui a buscarle a su casa aun no sabiendo si seguiría allí después de lo ocurrido.

Llamé a la puerta y me abrió su hermanastra Ash dedicándome una sonrisa al verme. Me alegré muchísimo al verla tan contenta.

-Mi hermanito Dylan está en su habitación, ¿quieres que le diga que has venido? –Dijo con voz dulce.

-Sí, muchas gracias. –Dije agradecida. Me indicó que pasara para que no estuviera fuera mientras le esperaba.

Dylan bajó las escaleras y al verme sonrió.

-Hola señorita Bennett. –Dijo con voz de pillo. Se cruzó de brazos enfrente de mí. Podía ver que estaba tan sonriente como siempre, estaba animado, y está mal que yo lo diga, pero parecía bastante contento al verme.

-Hola Dylan, ¿cómo estás? –Dije un poco preocupada, aunque no debía estarlo. Aun lograba que me estremeciera solamente al estar en su presencia.

-De lujo ahora que estás tú aquí. –Me dedicó una sonrisa burlona. 

-Perdona, no quería entretenerte. Sólo quería saber como estabais. -dije algo tímida.

-Que va, no interrumpes nada, de hecho me aburría. -confirmó.

-¡Vamos a dar una vuelta! -Añadió mientras me agarraba de la mano. Entrelazó sus dedos con los míos.

-Vale, como quieras. –Le devolví la sonrisa. Ambos necesitabamos ese paseo.

Dylan me llevó al parque, curiosamente al sitio donde quedamos por primera vez. No pude evitar rememorar lo pasado aquí, cosa que me puso de buen humor.

-¿Sabes? Pensé en irte a buscar para darte las gracias por apoyarme en todo momento cuando más lo necesitaba. –Admitió. Me miraba como siempre, fijamente a los ojos. 

-Pero no sabía cómo hacerlo, no sabía cómo compensarte. –Dijo con voz dulce.

-No tienes por qué agradecérmelo…-Dije con tono calmado, a pesar de lo nerviosa que me ponía siempre cuando estaba con él. En ese momento me sentía genial, adoraba aquel lugar y estar con él me hacia sentir libre, como si no hubieran preocupaciones de ningún tipo.

-Claro que sí, es más, aprovecho la excusa para poder hacer esto. –Dylan se acercó y me besó. Lo hizo tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar. Al ver que su beso era correspondido, depositó sus manos en mi cintura y me acercó hacia el. Deslice mis manos por su cuello. Ese beso hizo que todas las preocupaciones se esfumaran de pronto, era como si mis preocupaciones y yo viviéramos en mundos diferentes.

 




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