POV JESS
Estaba enfadada con Dylan por haberme besado. ¿Cómo se atreve? No hubiera pensado ni en un millón de años que eso pudiera volver a pasar, pero era obvio que Dylan no iba a parar hasta que me rindiera a sus pies de nuevo, cosa que ni en sus sueños volvería a pasar.
- ¡Despierta! -dijo Diana bastante enfadada. Parecía bastante empeñada en molestarme cada vez que tenía un momento de paz.
- ¿Qué quieres? -dije algo molesta al verla. Me había quedado embobada pensando en lo de Dylan en la oficina.
-Mi madre me manda a que recoja lo que te pidió para hoy y adivina, no tengo todo el día. -dijo cruzada de brazos. Oía cómo masticaba chicle, mis timpanos se retorcían del ruido.
-Toma. -le ofrecí un dossier con el informe sobre el próximo evento que haría la empresa. Diana lo tomó en sus manos y se fue sin darme las gracias. Vi como se alejaba por fin.
Media hora después, sobre la hora del café, escuché el ascensor pararse en la planta en la que yo me encontraba. Al ver quién subía en él, se me heló los huesos.
- ¡Jess! -dijo Dylan con una gran sonrisa.
- ¿Qué haces aquí Dylan? -dije bastante extrañada. Miré a mi alrededor nerviosa de que alguien pudiera verle conmigo.
-He venido a verte y a invitarte a un café. -dijo mientras me tendía la mano para que me fuese con él a la cafetería.
-Vale, pero un café y te vas. -dije resignándome. Si me lo tomaba rápido quizás me dejaría tranquila.
-Sí, tranquila. -respondió dedicándome una sonrisa burlona.
Intenté no hablar de lo de ayer ni mencionar nada de lo que pudiera arrepentirme. Pero a pesar de mis grandes esfuerzos de no ser una bocazas, fue Dylan quien tuvo entonces que hablar de aquello y fastidiar el momento de paz.
-Sobre lo de ayer… -dijo Dylan movimiento de lado a lado la cucharita de su café.
-Está todo olvidado. -dije rápidamente al ver peligro en esas palabras. Pegué un breve sorbo.
-¿Cómo que está olvidado? -preguntó Dylan algo desconcertado.
-Sí, cómo oyes. -aclaré.
-Verás yo no… -dijo antes de ser interrumpido por Peter.
-Hola Jess. -dijo al verme. Se quedó perplejo al ver a Dylan. Dylan le dedicó una sonrisa malintencionada. Podía ver en sus ojos que estaba molesto por la aparición de Peter mientras intentaba hablar conmigo. Peter evitó a Dylan ya que la última vez que se vieron fue hace mucho tiempo y no fue un encuentro en plan amigos qué digamos. A los pocos minutos de que Peter me saludara con Dylan más callado que en misa, se fue a seguir organizando el evento de la empresa en la que al parecer, era la prioridad de todos en la empresa.
-¿Hablas con Peter? -preguntó Dylan sorprendido.
-Es el hijo de mi jefa si quieres le ignoro para tener el combo de problemas. -dije algo molesta.
- ¿Qué problemas tienes? -dijo Dylan realmente preocupado. Le cambió la cara de repente.
-Diana hizo que me echaran de la revista, pero Ian hizo que me readmitieran. -admití. Su cara cambió al mencionar a Ian. Ahora estaba un poco serio, desconcertado me atrevería a decir.
- ¿Ian hizo eso? -dijo Dylan que parecía bastante sorprendido.
-Sí. -aclaré con orgullo.
-Vaya con tu novio eh Jess. -dijo Dylan en tono divertido.
-No es mi novio. -admití. No me hacía ninguna gracia cuando se ponía así de chulito.
-Ah entiendo, con él no sueñas. -dijo confiado. Parecía hacerle gracia todo aquello. Debía hacerme a la idea a que Dylan no olvidaría lo del sueño, al menos de momento por lo que decidí contraatacar.
-Ya, no sueño que coge una maleta y se va de este pueblo. -mentí. No se ni como pude mentirle así en su cara, pero lo hice. Dylan cambió de expresión. Pasó de contener una gran sonrisa pícara a una expresión imparcial como si con él no fuese la cosa.
- ¿Eso soñaste? -dijo Dylan con voz suave. Asentí sin remordimiento alguno.
-No te creo. -dijo Dylan portando de nuevo su sonrisa pícara.
-Eres odioso. -suspiré.
-Entonces, ¿qué te traes con Ian? -dijo Dylan que al preguntar aquello parecía inquieto.
-Sólo somos amigos, además, ¿qué te importa?. -dije mientras cogía el menú para distraerme leyéndolo.
-Jess, si besas a una persona no es sólo tu amiga. -dijo Dylan dejando caer una indirecta bastante notable en esas palabras. Subí la mirada y la deposité en los ojos de Dylan. ¿Acaso nos había visto a Ian y a mí besándonos? No supe qué decir así que opté por quedarme callada.
- ¿Ahora a quién le ha comido la lengua el gato eh? -dijo Dylan mientras bajaba la mirada a mis manos. Depositó sus manos sobre las mías con mucha delicadeza.
- ¿Estás celoso? -pregunté aunque no quería saber la respuesta. No debí haber preguntado eso, pero al sentir el contacto de sus manos en las mías el cerebro no me dejó ninguna otra opción de respuesta. Me zafé de sus manos haciendo como la que me arreglaba un poco el pelo.