CAPITULO IV
- ¡Soldado! infórmame ¿Qué ha pasado con los exploradores que he enviado? – Preguntó Lucifer a uno de sus súbditos
- Señor aún no han regresado, igual este planeta no es muy grande así que seguro pronto estarán aquí, le pido tenga paciencia – Le respondió el Lacayo
- Esta bien, deben saber que yo soy un rey benévolo- dijo el Querubín a lo que luego añadió riendo – Muy pronto mi ejercito descenderá por completo y crearemos un poderoso imperio en el cual todos los seres vivos se arrodillarán ante mí ¡Hahahaha!
- ¡Si mi señor! – Gritaban a una voz los súbditos
Al parecer la suerte estaba jugando a favor del rebelde líder de los querubines que luego de haber sido enviados por Asael, encontraron un lugar donde establecerse.
En el inmenso cielo se podían ver las estelas de los habitantes de Querb al descender, al igual que estrellas fugaces. Sin embargo el planeta no estaba deshabitado, a pesar de que dicho lugar estaba compuesto casi un sesenta por ciento de agua había lugares de suelo firme y desconocidos, por lo que enviaron exploradores para hacer un reconocimiento. El aire era distinto al que había en AN, hasta la gravedad era menos exigente y eso era debido a su tamaño, ya que era hasta menos de un cuarto de la mitad y solo contaba con una estrella solar de la mitad del tamaño de los soles de AN.
Este planeta era tan pequeño que debía girar alrededor de su sol y tenía una estrella más pequeña de un color plata.
Contaban con la estrella solar para el día y la más pequeña para algo llamado noche. Aunque esto no era demasiado problema para los querubines ya que ellos podían brillar en la oscuridad gracias a su magia.
En el camino los exploradores descubrieron muchas cosas interesantes, tanto la vegetación así como criaturas extrañas de gran tamaño que eran salvajes y no contaban con la capacidad de razonar. En un momento uno de los soldados enviados se encontró con una de esas criaturas e intentó hablarle pero esta solo quiso atacarlo por lo que tomó la decisión de matarlo.
A medida que pasaba el tiempo Lucifer y sus soldados comenzaron a esclavizar y matar a todo ser vivo que se encontraban en el camino y al hacer esto, el aire comenzó a cambiar y el resto de seres vivos morían por enfermedades. No obstante, no eran los únicos habitantes del planeta…
- Señor uno de nuestros exploradores ha regresado con heridas de gravedad, como si hubiera tenido alguna especie de pelea, está muy débil pero aún desea hablar con usted – Le dijo un informante a su Líder, a lo que este con asombro y rabia le dijo - ¿Qué has dicho?, ¡Déjenlo entrar!-
Siendo ayudado por otro, el soldado que hizo el reconocimiento se puso ante el Querubín y le dijo – Mi señor, hemos recorrido gran parte del planeta para saber si había otros seres vivientes, además de las criaturas que ya conocemos pero… de la nada salieron unos extraños, muy poderosos y comenzaron a atacarnos y de los tres que estábamos solo yo pude sobrevivir y me vi en la necesidad de huir para avisarle, espero sepa perdonarme –
Al oír esto Lucifer estaba sorprendido mas no preocupado ya que los exploradores no tenían un alto nivel en combate, a lo que dijo – Esta bien, ve a recuperación yo me haré cargo –
- Señor si usted desea yo mismo puedo ir a buscar quien hizo esto – Dijo uno de sus sirvientes más fuertes
- Evidentemente este planeta no solo es habitado por esas criaturas salvajes que solo nos han servido de alimento, estoy seguro que esos extraños deben ser los verdaderos habitantes y esto es realmente bueno – Dijo el querubín a lo que su seguidor le preguntó – Pero señor ¿porque dice eso?-
- Así es, yo soy un Rey benevolente y sabio que quiere progresar ¿y qué mejor que tener súbditos en este mundo también? así que prepara tu escuadrón, vayan a ese lugar del ataque y tráiganlos vivos ante mí, todos tienen la oportunidad de conocerme ¿entendiste? –
- Como usted ordene mi Señor, pero ¿si se resisten? – pregunto dudoso el soldado
- Pues deberás persuadirlos a tu manera y quiero que regresen con buenas noticias… <<Muy pronto mi reino crecerá tanto que seré invencible Hahahaha>> – Exclamó con soberbia el vanidoso y falso rey.
Los Querubines habían establecido una gran colonia en este extraño planeta. El mundo no estaba deshabitado por lo que esto suponía un reto para los visitantes. Sin embargo el lugar ya era plataforma de una guerra entre los suyos.
El escuadrón de querubines fue enviado al lugar donde los exploradores habían sido asesinados y al llegar observaron una gran vegetación, arboles enormes que superaban los veinte metros de altura, por lo que era casi imposible ver con claridad. Zurcan, líder de los alados, ordenó a dos de sus soldados descender a inspeccionar pero de repente una enorme roca fue lanzada desde el bosque con mucha potencia hacia ellos, aunque lograron esquivarla no podían ver quién era el responsable. Acto seguido, una fuerte voz en un idioma desconocido se pudo escuchar y de entre los arboles alguien salió hacia ellos atacando a uno de los soldados.
- ¿Pero quién es ese? – Preguntó sorprendido un soldado antes de recibir un fuerte golpe en el rostro y ser lanzado lejos por el impacto…
- Ya veo – Dijo Zurcan – Así que ese es un nativo y es bastante grande…
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Editado: 28.09.2020