En la sala de estar de la cabaña, el sonido suave de una guitarra se mezclaba con la melodía del viento que entraba por la ventana abierta. Era Portobello, con su cabello rizado y su guitarra en mano, quien encantaba el lugar con su talento musical.
Julia se acercó cautelosamente, cautivada por la música que llenaba la habitación. "Portobello, tu habilidad para tocar la guitarra es asombrosa. ¿Cuándo descubriste tu pasión por la música?"
Portobello levantó la vista y su rostro se iluminó con una sonrisa radiante. "¡Hola, Julia! La música ha sido parte de mi vida desde que era muy joven. Recuerdo que mi abuelo me enseñó mis primeros acordes en esta misma guitarra. Desde entonces, la música se ha convertido en mi voz, mi forma de expresar emociones y conectar con los demás".
Julia se acercó, tomando asiento junto a Portobello. "Es increíble cómo la música puede transmitir tanto sin necesidad de palabras. ¿Qué te inspira a crear música?"
Portobello dejó de tocar por un momento y miró a Julia con brillo en los ojos. "La naturaleza es mi mayor fuente de inspiración. Cada hoja que se mece en el viento, cada susurro del bosque, encuentro melodías en cada uno de esos sonidos. Los hongos también juegan un papel importante en mi creatividad. Su forma única y mágica me inspira a componer canciones que reflejan su belleza y misterio".
Julia asintió, admirando la pasión de Portobello por la música. "¿Tienes alguna canción favorita que hayas compuesto?"
Portobello reflexionó por un momento y luego comenzó a tocar una melodía suave y delicada en la guitarra. La música llenó el aire mientras Portobello cerraba los ojos y se dejaba llevar por la canción. Al finalizar, abrió los ojos y sonrió. "Esa es una de mis canciones favoritas. Se llama 'El baile de los hongos'. Intenté capturar la alegría y la vitalidad que siento al estar rodeado de hongos en el bosque. Espero que te haya transmitido esa misma emoción".
Julia aplaudió emocionada. "¡Es hermosa! Realmente capturaste la esencia de los hongos a través de la música".
Portobello agradeció con una reverencia y luego miró a Julia. "Si alguna vez tienes curiosidad por aprender a tocar la guitarra o si quieres compartir tus propias creaciones musicales, estaré encantado de enseñarte y compartir contigo mi amor por la música. Creo que todos tenemos una canción dentro de nosotros esperando ser escuchada".
Julia sonrió, emocionada por la oferta de Portobello. "¡Definitivamente me encantaría aprender más sobre la música y la guitarra! Creo que sería una experiencia maravillosa compartir ese lenguaje universal de la música".
Portobello asintió, emocionado por la posibilidad de compartir su pasión. "Estaré encantado de guiarte en ese viaje musical. La música nos conecta de una manera especial y trasciende las barreras del idioma. Juntos, podemos crear melodías que resuenen en el corazón de todos".
Julia agradeció a Portobello y se quedó un momento más, disfrutando de la música en la cabaña. Portobello continuó tocando, dejándose llevar por la melodía y permitiendo que la música expresara todo lo que las palabras no podían.
Editado: 07.07.2023