Musica Ligera

CAPÍTULO 16. HISTERIA ANEMOI

 

 

El disturbio fue lejos de la humana al menos el inicial.

El tragaformas líder  entró por la parte principal del cuartel general. Muchos tragaformas disciplinadamente formados le hacían un camino a él y a su escolta.

-¡Señor! Ruptura de perímetro a un kilómetro de aquí mi señor- informo un tragaformas mientras yo me escondía entre la vegetación.

 

-¿Qué es?- preguntó el jefe de todos los tragaformas

-Dejo a muchos heridos señor- acabo de decir el tragaformas, se retiró a la retaguardia.

-Envíen a soldados del clan aliado Sel y denme un informe, iré en cuanto me encargue de algo- ordeno y entró a su cuartel.

Tome una ruta alterna evitando todo aquel encuentro con un tragaformas hasta hallar un río de soldados tirados, muy mal heridos.

El rastro de sangre me condujo a pasos de una silueta de unos centímetros por abajo de mi estatura,  vestía todo de negro de una tela holgada sin mangas levantando por el cuello a un tragaformas. 

-Muestra tu rostro y dime ¿Quien eres?- pregunte con mi espada desenvainada tratando de reconocer su aroma.

-Vuestro lenguaje  acogió modos impropios Hermano- recitó alguien dejando inconsciente al tragaformas  en el pasto.

Mi espada se deslizó de mi mano, el hombre se dio la vuelta y contemplé su forma física.

Cabello rizado de un amarillo claro , ojos color marrón predisponente al dorado. Traía su par de dagas priori en la mano.

-Hermano- titubee. Me estaba tratando de concentrar entre saber si en verdad o artimaña enemiga.

-Tu rostro , se torno expresivo.- dijo él en un susurro carismático, vio como el asombro me andaba por el cuerpo.

¿Hermano?

Respingue por la sorpresa de volver a escuchar a alguien en mi mente, me encontré súbitamente con un sentimiento conflictuado, la dicha de encontrarme con él fue pasmante, 

¿Sufres de algo? Solo reconozco vuestra sorpresa

Se sentía como aprender a caminar de nuevo, di un par de pasos, el me tomo de la cara con una mano y yo hice lo mismo, en señal de reconocimiento.

 El sonrió, su sonrisa fue enigmáticamente fugaz.

El dia en que Eurus se quedara sin palabras no lo anticipaba comento al alejarse de mi. Comenzó a caminar por la vegetación.

Yo  enfunde mi arma.

-Hermano Moran ¿podrias explicarme tu llegada a plano?- pregunté a su espalda.

-Vimos tu misión incumplida Hermano- Contestó, llegando a una colina donde se vislumbraba  el cuartel del tragaformas.

Me sentí, impuro avergonzado por estar fallando, porque él fue  elegido para venir a reprenderme.

-No pensé que habría pasado  tanto tiempo.

Se quedó en silencio.

Las palabras si intentara decirlas en voz alta sonarian mediocres, con la sinceridad de mi mente volví a expresarme.

Hermano, cavile cada acción como aconsejaste, eso me ha llevado por esta ruta de decisiones poco ortodoxas. Esperaba lo entendiese con ahinco esperaba que el en específico lo entendiese.

Eurus se que no has asesinado a la humana No se escuchaba decepcionado y eso me baño de desazón. Cualquier excusa sería insuficiente lo sabía plenamente, baje la cabeza con la moral desmenuzada.

Guiame a ella.

¿Ella es tu misión ahora?Deje fuera de cualquier pensamiento la emoción, así no se daría cuenta prontamente  del estrés en el que me ponía.

Si, hare lo necesario Le oí decretar.

No podía permitirlo, desee me escuchase antes.

Moran impetro  benevolencia. Recorre a mi par lo observado en este plano Rogué desesperado.

Tenía poco tiempo para el  torrencial de cosas por contarle. 

 

Le invite a mi mente y le enseñe el encuentro con la humana. Al inicio me concentré en los hechos con acontecimientos concretos. En algún punto me llego a la mente sus expresiones, su sutileza, la delicadeza de sus movimientos de manos, su talento para hacerme enfadar, su agudeza en el piano, su entendimiento del mundo, la capacidad de la humana  para amar y honrar a sus padres de acogida y a los progenitores tanto como para buscarlos a pesar de la avenencias. Su genio explosivo . Le enseñe las miradas furtivas de sus ojos, la destreza de su inteligencia. Pase a la valentía de todos sus actos con la reina Carulad, conmigo al desafiarme, con los tragaformas, con los huit y el fauno. Y la ferocidad de sus palabras, su juicio de ella misma, su altiva personalidad llena de energía... 

-¡Eurus!- me regaño Moran, agitado me miró  con aversión escrita en el rostro. 

Había transgredido cualquier límite. Me sentí impuro de nuevo, corrupto, lleno de desesperación suplique por su vida.




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