Mentiria si dijera que todo volvio a la normalidad,
Nadie había notado nuestra ausencia. No me sentí bien mintiendoles a mis papás sin embargo no tenían por qué pasar mal rato pensando en el pasado cada vez que me vieran y revivieran mi supuesta huida que les quebró un poco el corazón.
Al volver a mi cuarto me di la ducha más larga de mi vida, salí y pude observar el cambio en mi cuerpo, una marca en mi segunda costilla de lado izquierdo el símbolo me arrojo lo escrito en mi acta de nacimiento, mi nombre. Era similar a la de Eurus en el hombro y a la de Moran detrás de su oreja pero esta estaba desvanecida y era blanca. Mis ojos también habían mutado, una capa fina de dorado se expandía en el verde.
Esto hacía ligeramente más tangible el hecho de no ser quien fui.
Escuche cuando llegaron ambos... era incontrolable esa parte de mi nuevo cerebro, las voces de los celestiales sonaban como una frecuencia de radio, sintonizada sin mover el dial, Moran sonaba críptico ligeramente más bajo a Eurus.
Además ellos aparentemente podían ver todo en mi mente pero ellos solo compartían lo deseado.
Es domable como cualquier habilidad, la clave es saber controlar tus emociones así podrás decir lo que quieras a propósito.Moran me indico.
No era ni remotamente fácil, por toda mi infancia y adolescencia no tenía por qué controlar tan estrictamente mis emociones, mi lengua sí pero no en mi mente. Se volvió un desafío diario.
Al otro día Eurus se reunió conmigo en la puerta trasera de mi casa, sin consentimiento de mis padres accese sus rasgos biométricos a registrarse a la casa para no desatar las alarmas cada que se metiera a mi alcoba cosa seguida.
Verlo en mi cuarto me causaba una rara sensación.
Después de un minuto entero en silencio él decidió contarme ciertas cosas nuevas y a repetirme otras.
No podía dejar los límites del continente o la caza iniciaría de nuevo.
Me ratificó su promesa también de no volver a ser él quien deseara matarme, sin embargo le vi remiso.
-¿Aún crees que voy a hacer algo terrible en contra del mundo?- dije con reproche
Negó con firmeza.
-Si es tu sangre o tus acciones carece de relevancia eres hija de Moran y mi hermana. Te protegeré y si algún día llega ese momento seré capaz de intervenir- respondió inclinándose hacia mí, sus ojos en ese momento eran de un borgoña oscuro.
Sentí como algo no encajaba, una pizca en sus palabras desordeno mi centro.
-¿Hermana?- balbuce
-Vienes de donde yo vengo, mi hermandad, - decía lentamente, silaba a silaba- Eso te hace mi hermana.
Se me trabó la lengua.
-Noto tu negativa en mi mente- dijo extrañado, ladeando la cabeza.
No pensé que nuestra relación fuera algo así. Apunte, levantándome de mi cama caminando a mi escritorio para obligarme a cerrar mi mente.
-Eso nos une- siguió diciendo desconectado, yendo a encontrarme quedándose a un palmo de distancia de mi espalda.
-Solo es por eso- me encontré diciendo como afirmación sin saber que era o que realmente quería decir.
-Si, eso hizo que nos sintiéramos cautivados mutuamente, Moran le dice el llamar de la sangre, por eso resististes , mi contención, por eso me intriga tu mente, tu musica y tu forma de pensar, me angustia tu seguridad más que la de nadie y no puedo alejarme de ti, como dijo el fauno.
Lo medite con la mirada abajo en los azulejos azul cielo, las situaciones en el bosque de los perdidos, la intuición de lo que su boca no decía, sus regaños en el castillo me habían hecho tambalear pero no doblegar, por que eramos semi iguales . Tenía sentido, si éramos de la misma especie…
Me gire para ver sus vívidos ojos oscuros, él hizo lo mismo, nada se interponía en nuestra zambullida al alma del otro más que cinco centímetros.
Nuestras expresiones se suavizaron, inadecuadamente nuestros latidos se sincronizaron mientras los segundos pasaban.
¿Lo entiendes? Su dicción me envolvió, sonaba amable, tierno y feliz. Siempre me sentiré así mientras este uno de los míos conmigo.
Su sinceridad siempre aporreaba a mi pobre corazón, el suyo aceleró en cuanto el mio dio el brinco.
Entiendo
Fue la verdad para mi tambien y es que en ese momento no era ninguna otra cosa, acepte su explicación y me trague aquello que me obstruyo la garganta. Me aleje y traje otro tema principal a la plática.
-¿Que sera de mí ahora que en mi cuerpo hay más de celestial que de humano?
-No estoy seguro, pero te imploro no apresures nada, tomalo con calma.
En mi cabeza estaba no la tranquilidad absoluta pero si un relativa calma a la locura de la búsqueda de mis padres biológicos. Con seguridad podía ir al estudio de mi madre abrir las puertas en par y jurar por mi vida que no odiaba a mi madre biológica. Ella fue una mujer valiente, cariñosa, esperaba por mi y de no ser por la situación sería su hija bien amada. Mi pensar y sentir hacia ella se convertía dia a dia en admiración combinada con respeto como artista. Cada noche sin falta miraba videos de sus presentaciones descubrí el hoyuelo en su cara más cerca de su mejilla izquierda, su manía en el calentamiento era diferente a la mía y comencé a copiar la suya, mi marcado arco de cupido en los labios aparte del parecido con ella elaboraba la mueca que hacía yo cuando tocaba mi musica favorita. También la respetaba como mujer y madre, hizo sacrificios enormes por tenerme incluyendo su vida.
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aventuras magicas, personajes con poderes sobrenaturales, persecuciones drama y romance
Editado: 29.09.2020