JungKook.
–Lo siento, se me hizo un poco tarde –dije, jadeando a causa de venir corriendo para no llegar más tarde.
Jhoath alzó su mirada del teléfono. Estaba sentada en las escaleras de la entrada de la que creo es su casa. Su boca comenzó a curvarse en una sonrisa.
–No te preocupes por eso, no es tan tarde –respondió, guardando su celular.
–No quiero ser impaciente, pero, ¿dónde vamos a entrenar?
–Primero, me gustaría decirte algo importante –dijo ella, palmeando a su lado.
Mierda, creo que ya se arrepintió de ayudarme. Apreté los labios, ansioso de sus palabras, sentándome a su lado. Ella suspiró y extendió las piernas al frente, como si buscará ponerse cómoda.
» ¿Alguna vez te conté como murió mi padre? –preguntó ella, sacándome de mi trance.
–No, sólo me dijiste que murió, pero nunca cómo. Tampoco quise ser inoportuno al preguntar.
–No lo habría sido, cada vez que lo recuerdo, me llenó de orgullo.
–¿Por qué? ¿Tenía alguna enfermedad o algo así?
–No, él era un hombre sano, apuesto a que habría llegado a viejo.
–¿Entonces? –pregunté confundido.
–Papá murió haciendo lo que más amaba: ayudar a los demás.
–No entiendo –susurré confundido.
–Bueno, no sé si te dije que él era policía, detective para ser más específico, era el mejor de su escuadrón y todos lo respetaban, era un gran hombre. Sé que uno hubiera esperado que muriera por causas naturales o a manos de uno de los tantos criminales que atrapó, pero no fue así.
» Él acababa de regresar de la hora de su almuerzo, pasó tiempo con nosotras como cualquier día, era algo tan cotidiano que nunca creímos que sería el último. Papá notó a un conductor ebrio estar en el carril contrario, buscó rápidamente si alguna persona no pasaba por ahí, cuando encontró a un adolescente lo suficientemente distraído como para darse cuenta.
» Papá no lo dudó cuando fue y empujó al chico, recibiendo el impacto por él. Gracias al cielo, alguien vio todo y llamó a la policía, pero ya era tarde para papá. Admito que mi corazón se rompió cuando supe que murió, pero al mismo tiempo, esos pedazos rotos se hincharon de orgullo al saber que no sufría y se fue como quiso.
» De ese modo fue como murió mi papá, JungKook, y tú mejor que nadie lo sabe, porque tú fuiste ese chico que salvó hace dos años –finalizó ella, mirándome a los ojos.
Bajé la mirada totalmente mareado y confundido, las palmas de mis manos sudaban y sentía como quería caer. No podía ser verdad lo que acababa de escuchar, no podía estar cara a cara, con una de las hijas de él, no podía ser cierto.
–T-tu padre era Nicolás... –dije con la voz temblorosa.
–Sí, así se llamaba papá –respondió, con su mirada aun fija en mí.
¡Dios! ¿Cómo no me di cuenta antes? Jhoath tiene la misma sonrisa y los mismos ojos de mi salvador, de alguien que dio su vida sin conocerme, de alguien que me dio una segunda oportunidad de vivir, de alguien que lo dio todo por mí.
Las lágrimas comenzaron a caer, la culpa pareció romper mi pecho y la vergüenza tiñó mis mejillas de rojo. Con miedo y todo, tomé las manos de Jhoath, ignorando si ella iba a golpearme, insultarme o echarme la culpa de lo que sucedió.
–Lo siento... Lo siento mucho... Fue mi culpa que tu papá muriera... –dije con la voz entrecortada por las lágrimas.
–No JungKook, no es tu culpa que papá muriera –dijo ella acariciando mi mejilla –. Nadie en mi familia te culpa, ni mi mamá, mi hermana o yo. Sabíamos que papá estaba siempre en riesgo, que habría hecho eso por cualquiera.
» La culpa no fue tuya, sólo de ese conductor ebrio que no se fijó en lo que hacía, ahora, paga su condena y nosotros seguimos con nuestra vida, o al menos yo sí lo hice, porque tú aun sientes esa culpa en tu pecho.
–P-pero...
–Tranquilo, no soy tan rencorosa, no vengo con planes de venganza o algo así. De alguna manera loca, el destino me envió a conocerte, ¿para qué? No lo sé, pero lastimarte no está en mis planes, así se lo dije a Jin.