Jhoath.
¿Se puede hacer algo tonto como morir de felicidad? Recuerdo que escuche esa frase en la película de Orgullo y Prejuicio, cuando la hermana de Elizabeth confesó estar demasiado emocionada al saber que al hombre que amaba le correspondía los sentimientos y le había propuesto matrimonio.
Fue una de mis películas favoritas no solo por la trama, sino por lo caballeroso, intenso y fiel que era el Señor Darcy. Como cualquier chica, soñé con tener algún día a un hombre como él, pero desafortunadamente, mis pensamientos o deseos de morir no iban hacia el amor.
Iban hacia JungKook.
¡Dios! Ese chico iba a matarme de felicidad, ternura y cariño, él sería mi asesino, a quien le daría hasta mi última gota de sangre, mi último suspiro y mis últimas palabras. Vale, suena algo aterrador y hasta loco, pero JungKook me hace perder el control, de un buen modo, claro.
Admiré con demasiado entusiasmo esa hermosa agenda de notas, ese hermoso dibujo y ese hermoso collar que descansaba en mi cuello. Pasé toda la noche sintiendo, mis mejillas duelen y siento mi corazón explotar. Cualquiera que diga que este chico no es tierno, no lo conoce, no conoce al asombroso, excepcional y grandioso chico que es.
–¿Y esa sonrisa tan grande? –preguntó mamá, mientras seguía revolviendo la masa para las galletas que pensamos hacer.
–Sigo pensando en el mejor cumpleaños de mi vida, mamá –confesé.
–Ah, JungKook fue demasiado lindo al darte esos regalos. No creas que estoy despreciando lo que los demás chicos te dieron, pero él fue más especial.
–Sí, lo fue.
–¿Es por eso que estamos haciendo estas galletas? –me preguntó con una sonrisa.
–Claro. Hoy vamos a ensayar el baile en su casa como todos los días, luego vamos a estudiar y aprovecharemos para ver una película, hoy quiero que conozca al Señor Darcy.
–¿Sabes que por esa película es que tu segundo nombre es Elizabeth? Eres muy parecida a ella.
–Si mamá, aunque no sé porque Lina tiene de segundo nombre Nicolette.
–Algún día lo sabrás –bromeó ella.
–Mami, ¿Qué pasaría si entre Lina y Jin sucediera algo como, no sé, que sean novios? –pregunté curiosa, colocando las galletas en una bandeja para que fueran al horno.
–Hija, yo solo estoy esperando el momento en que pase, esos dos se la viven dándose miradas “ocultas” –señaló, haciendo comillas con los dedos llenos de masa.
–Los chicos están haciendo apuestas de cuando sucederá.
–Yo digo que sucederá en menos de una semana.
–¿Tan poco?
–¿Cuál es la menor oferta?
–Tres semanas –dije, al recordar a Yoongi decir esa cifra.
–Será en menos de una semana, cariño, cree en lo que mamá dice –mención.
Reí y seguimos haciendo esas galletas. Juro, que, en mis 17 años de vida, jamás he visto una predicción hecha por mi madre que no se cumpla. Sucedió cuando Lina cuestión si entraría a la Universidad. Sucedió cuando papá afirmo que jamás vería a Lina con novio. Sucedió cuando me dijo que tarde o temprano me dedicaría a escribir.
Una regla segura.
Si Anabelle lo dice, se cumple.
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Y se cumplió.
Pasaron como cinco días y me acabo de enterar por boca de mi hermana que Jin le ha pedido salir. Esta tan emocionada y loca que está saltando como si fuera un grillo, y eso es conmovedor y raro de ver, Lina jamás deja ver tan fácil sus emociones.
–Entonces, ¿tú y Jin son como novios? –pregunté con curiosidad, aprovechando su momento de silencio.
–Solo vamos a salir, veremos si esto puede volver a funcionar.
–Vaya, haces sonar de las relaciones como si fuera un motor descompuesto –me burle –, pero si vemos debajo de las palabras, para mí solo son excusas para que Jin siga conquistándote del mismo modo en que lo ha estado haciendo desde la universidad.
–¿Lo crees? –preguntó con un brillo en los ojos que hace mucho no veía.
–Hermana, soy muy buena observando a las personas, y puedo asegurarte que Jin aun suspira por ti y lo seguirá haciendo por mucho tiempo.
–Es que no quiero apresurar nada, solo saldremos de vez en cuando, no queremos cometer los mismos errores del pasado –mencionó ella, sentándose a mi lado mientras abrazaba a una almohada.
–Dudo mucho que ustedes hayan cometido errores, me suena más bien a que el destino solo jugó un poco con ustedes. No creo que ustedes se hayan separado por falta de amor, comprensión o confianza, creo que fue más porque aún no era el momento adecuado para disfrutar de su amor.
–¿Y ahora lo es?