Luis Saifer se levantó del suelo con una mirada feroz y desafiante en sus ojos, desafiando toda lógica y demostrando su implacable determinación. Proclamó que Mariel aún no se había liberado definitivamente de su presencia y juró que, sin importar cuántas veces lo asesinaran, él resucitaría una y otra vez hasta atraparla y abrir su portal misterioso. Su amenaza retumbó en el aire, creando un escalofrío en la columna vertebral de los presentes.
Con el corazón palpitando de adrenalina, Mariel tomó una decisión audaz. Utilizando su poder de tele transportación, llevó consigo a Nana, Dariely y Alfred para escapar del inframundo y regresar al mundo humano. La transición fue vertiginosa, una explosión de energía que los lanzó de vuelta a la realidad.
Mientras se reponían del choque emocional, los cuatro se encontraron en un lugar seguro y comenzaron a hablar sobre sus vidas a partir de ese momento. Sabían que, sin importar cuán pacífica pareciera la vida cotidiana, siempre debían estar en guardia y proteger a Mariel de las amenazas que pudieran acecharla, especialmente de un enemigo tan implacable como Luis Saifer.
La tensión se palpaba en el aire mientras compartían sus pensamientos y estrategias. Sabían que cada paso que daban los llevaría más profundamente a un mundo de peligros y desafíos, pero también estaban decididos a enfrentarlos juntos. Sus lazos se habían fortalecido a lo largo de esta épica odisea, y ahora formaban un equipo invencible.
La intensidad de sus conversaciones reflejaba la gravedad de la situación. Todos estaban conscientes de que su vida sería una constante lucha contra las fuerzas oscuras y desconocidas que acechaban en cada esquina. Pero también estaban dispuestos a sacrificarse el uno por el otro, a arriesgarlo todo para mantener a Mariel a salvo y proteger la estabilidad del mundo en el que vivían.