Capítulo 20

Zed

Treinta días, un mes, es el tiempo que ha pasado desde ese día en el cementerio, la verdad todavía sigo pensando en ese día, Jamás espere una propuesta como la de aquel moreno, tampoco sé por qué Tyler le dijo que tenía novia. Almenos me hiso un favor, en ese momento no podía hablar, ese chico era el primero que me pedía algo parecido a una cita. Desde ese día sé que algo cambio, algo en mi quería poder liberarse completamente; últimamente he pensado que mi única barrera soy yo, solo vivo del pasado, tengo que aprender a vivir del presente.

Este mes he estado muy entretenido con las practicas, me volví un poco más cercano a Zara, ella en verdad es una persona muy especial. Zarita las últimas dos semanas se ha estado viendo con un chico, el cual no se ha dignado presentarnos, dice que si ve que las cosas son serias lo hará, que no hay motivo de presentarlo todavía.

Clary y Trevor han comenzado a salir, por lo que me ha contado Zara siempre es lo mismo con ellos; salen unos meses, después se dejan y vuelven, es todo un enredo. Además su relación parece ser abierta, ya que Clary sigue con sus coqueteos y Trevor no se queda atrás. Mi relación con él no ha mejorado mucho, almenos podemos compartir ciertos comentarios en ocasiones, no hemos vuelto a hablar del pasado, creo que las cosas mejorar poco a poco.

Mi madre me ha llamado como unas veinte veces en este tiempo, a veces pienso que abusa, soy lo suficiente mayor para que se esté preocupando por mí, pero solo recuerdo que debe ser porque me extraña, al igual que yo a ella. Le pedí una copia de su libro, firmada y dedicada para abuela de Tyler, la cual ya se la mande.

Las cosas con Tyler han sido un poco extrañas, no hemos vuelto a hablar como antes, ahora que lo pienso no hablamos; no entiendo que paso ¿será por lo que paso aquella vez en el cementerio? La verdad no tengo idea y no le he preguntado. Él sigue con su noviazgo normal con Tany, parecen ser una pareja perfecta y feliz.

Después de regresar aquel día del cementerio fui a hablar con el profesor de literatura, me costó convencerlo de que aceptara nuestro trabajo, pero lo logre; lástima que nos quitara 15 puntos por la tardanza, pero almenos lo entregamos.

En todos estos días he asistido a tres fiesta, cada semana hacen una, les gusta divertirse; en todas fui con Zara. También me entere de que las gemelas son hijas del entrenador, con razón siempre hablaban de su carácter y como odia la tardanza. Un día que fui a buscar a Zara, me hiso un interrogatorio y advirtió que no me pasara de la raya, por suerte Zarita llego a rescatarme.

Ahora mismo estamos a punto de salir a la cancha, es el primer fuego contra un equipo rival y si ganamos nos espera una gran fiesta.

—Bueno chicos, sé que hay algunos nervioso y por eso les he de dar una cuantas palabras—los chicos se reúnen en un círculo—. No sean miedosos y dejen esos estúpidos nervios, nosotros vamos a ganar y darles una paliza a los ignorantes que se encuentran afuera, yo confió en ustedes y su fanaticada también lo hace, ustedes deben hacer lo mismo. Y Si ganamos una gran fiesta los espera en mi casa, pero si pierden estarán castigados toda la semana, le tendrán que dar tres horas de vuelta a toda la universidad ¿Entendieron?

—Si señor—gritamos todos al mismo tiempo.

—Entonces salgan y denle una paliza—todos comenzamos a salir. La cancha esta decorada con los escudos de las dos universidades. Las grabas están completamente llenas por estudiantes y familiares. Tany se acerca corriendo; esta vestida con su uniforme de porrista, el cual es una falda corta roja con líneas doradas y un suéter dorado con línea rojas, zapatillas combinadas, el cabello amarado y los pompones igualmente combinados.

—Les quedan muy lindos los uniformes—nos dice a todos, los chicos le sonríen. Por lo que Zara me dijo Tany es la encargada de diseñar todos los uniformes; para el equipo, porristas, eventos, etc.

—Zed, el rojo te sienta muy bien— este uniforme tiene más color del que he usado en toda mi vida; es rojo con dorado. Uso colores oscuros por la simple razón que me gustan.

—¿Gracias? —ella sonríe.

—Tyler, nos vemos luego—grita para llamar la atención del mencionado, el cual está hablando con el entrenador. Él la mira y levanta el pulgar.

—Suerte chicos—habla y corre hacia donde están las demás porrista incluida las gemelas.

—Es hora chicos—habla Tyler acercándose a nosotros—de aquí no vamos con una victoria.

Después de decir eso todos de acomodan en sus respectivos lugares y comienza el partido; la bola va y viene los chicos comienzan a perseguir al jugador del otro equipo que la tiene, después la recuperamos y así trascurre el juego los primeros cuarenta minutos. Solo faltan cinco minutos para que acabe el primer tiempo y ninguno de los equipos ha metido un gol; la audiencia grita, las porritas hacen volteretas y otras maniobras, el entrenador maldice al otro equipo. Sin darnos cuentas, por más que lo evitamos el jugador del equipo contrario patea la bola y sin dar tiempo a que el portero la ataje entra hasta el fondo de la portería, marcando un gol para el equipo rival y cero para nosotros. El entrenador comienza a maldecir, los chicos no se detienen y seguimos con el juego hasta que llega el minuto cuarentaicinco marcando el final del primer tiempo. En el rostro de mis compañeros puedo ver frustración, mientras que el otro equipo está feliz, todos camínanos para tomar nuestro respectivo descanso, cuando siento una mano en mi hombro, me giro para ver quién es y me sorprende la persona que ven mis ojos.

—A sido un buen primer tiempo, verdad—me sonríe un chico del equipo rival, unos centímetros más bajo que yo, un moreno; es el mismo chico del cementerio.

—No para todos— contesto.

—Quizás pueda ser un buena noche para los dos—habla sonriendo, se escucha un poco agitado al igual que yo. Iba a responder pero escucho mi nombre.