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.*Victoria*.

    Durante todo el día he tratado de encontrarle una explicación a los extraños acontecimientos de las últimas horas, ya que me tiene consternada:
    El primero de ellos es la extraña actitud que adoptó el vampiro, después de que Lore expuso mi supuesto "romance”, ya que no termino de entender por qué salió tan furioso del comedor, si al único que no le afecta mi supuesta "relación" es a él, puesto que nuestro único vínculo es mi tío Iván, gracias a los dioses.

    Lo segundo que me mantiene dubitativa es el por qué todos, incluyendo mi papá, prefirieron salir tras Vladimir en vez de hablar con Tobías y conmigo. Y por último, pero no menos importante, es el comportamiento de mi familia en todas estas horas; ninguno me ha preguntado nada sobre mi amorío con Tobías, es más ni siquiera han mencionado lo sucedido en el comedor, como si no hubiese pasado nada.

    De hecho de no ser por la ausencia de Tobías yo pensaría que lo de anoche fue solo un sueño.

"No afirmaré ni negare lo nuestro, pero necesito que esclarezcan todo esto lo más pronto posible. No quiero tener problemas con papá'' —las palabras que me dijo Tobías antes de irse se repitieron en mi cabeza y eso me hizo sentir más culpable y avergonzada, porque no tuve que inmiscuir a hermano en este rollo.

    Anoche mismo, cuando mi papá entró en mi habitación para comunicarme que viajaría a Rusia como embajadora, debí aclarar el malentendido, pero tuve tanto miedo que preferí callar por tres grandes motivos:

1-. No decepcionar más a mi papá de lo que ya estaba, ya que la decisión de mandarme lejos de él y de toda la familia la tomó porque está enojado y se siente defraudado por mí.
2-. Porque me aterra la reacción de todos al saber que no estoy enamorada de Tobías  sino de Matteo, mi primo hermano.
3-. Por temor de lo que ellos puedan hacer al enterarse, porque estoy segura de que no se conformarán solo con alejarnos el uno del otro como ahora.

 “Tendrás que enfrentarlos antes de irte” —me recuerda mi loba y maldigo mentalmente, porque eso sería dentro de cuatros días, el día después del desfile de Lorenza.

<<Eso también tengo que hablarlo con Matteo, él no sabe que me iré con Vladimir>> —pienso mientras bajo las escaleras para ir "celebrar nuestro primer cumple mes", aunque en vez de celebrar vamos a determinar qué haremos.

    —¿A dónde vas a esta hora? —La voz de Vladimir me distrae un segundo de mis pensamientos. —¿Acaso piensas buscar al tarántulo?

En lo que mis ojos lo enfocan, sentado en uno de los muebles, inmediatamente me irrito.

    —¿Disculpa? —inquiero cruzándome de brazos, para que entienda que estoy enojada y no debe meterse conmigo.

    —Te pregunté a dónde ibas —repite luego de darle un trago a la bebida que tiene en la mano.

<<De todos los habitantes de esta casa me lo tengo que conseguir precisamente a él>> —Pienso con molestia.

    —Eso no es de tu incumbencia —espeto rabiosa, porque cada vez que lo tengo enfrente se desata mi ira inexplicablemente.

    —Claro que lo es —se levanta del sillón y se acerca a mí lentamente, por lo que tuve tiempo suficiente para detallar cada parte de su cuerpo:

    Su cabello negro ébano se encontraba revuelto, apuntando a todas las direcciones, haciendo un magnifico contraste con su piel. La esclerótica de sus ojos estaba roja, prueba de que no ha dormido nada. Sus  hermosas y llamativas facciones se encontraban endurecidas, lo que le confiera un aire de peligro inminente, lo que lo hacía ver más atractivo de lo que ya es. Sin mencionar, la elegancia y el porte sofisticado que le conferían sus pantalones de vestir, los mocasines y la camisa negra, que a pesar de estar arremangada hasta los codos, no le quitaba el aspecto aristocrático del que era poseedor.

<<Como se le nota que es parte de la monarquía>> —es el primer pensamiento que cruza por mi cabeza antes de reparar el vaso de whisky que reposa en su mano derecha y ver la venda que está en la izquierda.

<<¿Está herido? ¿Con qué se lastimó?>> —me pregunto, porque los vampiros, al igual que los lobos, tienen la capacidad de sanar rápidamente y si todavía no lo ha hecho es porque la herida tuvo que ser grave.

    —Todo lo que tenga que ver contigo se relaciona conmigo directamente —vuelvo a centrar la mirada en sus ojos y por un momento me pareció ver un extraño resplandor dorado en ellos, pero fue tan fugaz que decidí ignorarlo y seguir mi camino. Después de todo no me importa nada de lo que tenga que ver con este vampiro de mierda.

    —No es correcto que salgas con tu hermano adoptivo. —Dice en lo que se atraviesa en mi camino, impidiéndome salir de la mansión, ya que Matteo y yo quedamos en encontrarnos en la salida de la manada.

    —Tú no eres nadie para meterte en mi vida…

    En lo que terminé de decir eso me arrepentí, porque estaba admitiendo que tenía un amorío con Tobías, por lo que para enmendar el error añadí:

     —Además voy salir con Matteo —opté por decir la verdad, así me creería con facilidad.

    —No deberías usar a tu primo como excusa para verte con tu hermano. —Veo como los músculos de su barbilla se tensan y me extraña de sobremanera.

<<¿Y este por qué está tan enojado?>> —Miro directamente sus intensos y cautivantes ojos azules, hasta que decide romper el silencio que nos envolvía a ambos.

    —¿Qué te gusta de él? ¿Qué te atrae como polilla a la luz? —Frunzo  el ceño, anonadada por su pregunta.

    Para Vladimir Vostok yo siempre he sido un cero a la izquierda, prácticamente algo inexistente, por lo que nunca ha tenido el mínimo interés por mi vida personal o mi vida en general.

<<¿Por qué quiere saber eso?>>.

    —¿Acaso le quieres porque lo de ustedes está clasificado como prohibido y todos sabemos que ese matiz de clandestinidad es excitante? —Me tomó por la cintura, para acercarme más a él, robándome un respingo por la sorpresa. — O ¿Lo haces por la necesidad que tienes de sentirte libre de las limitaciones terrenales y por ese deseo de expandir tus límites? —acercó su rostro al mío e inmediatamente mi pulso se aceleró, mi respiración se hizo pesada y mis vellos se erizaron.