My Life In Your Dreams

CAPÍTULO 6

Keila

Aquel cumpleaños fue uno de los mejores que tuve en mi vida, sé que no conocía a algunas personas, pero Dilan me las presentó... Fue allí que conocí a su mejor amigo Mark, un muchacho de apariencia bastante ruda; y a Zhoe, una chica bastante agradable y bonita.

Me sentía tan feliz por todo lo que había recibido por "mi día", era algo que realmente llenaba mi corazón de emociones al volver a recordar.

 Ayer volví a casa por la noche, mi tío no estaba allí, esto que hizo que me mantuviese en paz y tranquilidad, por lo que pude dormir sin dificultad alguna.

Al despertar observé el ramo de rosas que Dilan me había regalado, las cuales había colocado en un florero para que se conserven más tiempo. De un momento a otro comencé a sentir punzadas en mi cabeza...

 

— ¿Qué es este lugar? —pregunté de manera confusa a un muchacho que se encontraba a mi lado.

— Es un jardín de rosas que cultivé, ¿no es precioso? —dijo orgulloso.

— Claro que lo es, pero, ¿por qué rosas? —le observé esperando una respuesta, ya que realmente me sentía intrigada.

— Las rosas tienen un significado inimaginable, pero las rosas que yo cultivo son únicas, así que si llegas a recibir rosas de mi parte siéntete dichosa, porque ahí estarás recibiendo parte de mis sentimientos que podrás interpretar por el color que tienen los pétalos. —fue entonces que me regaló una rosa de aquel hermoso jardín.

— ¿Y qué significa el color de esta rosa? — él sólo sonrió al oír mi pregunta y la respondió de inmediato.

— Creo que será mejor que tú lo descubras...

 

Estaba tan confundida, no sabía que acababa de ver, recordar o tal vez presenciar, aquel suceso… sentía que era un dejabú.De repente las notificaciones de mi celular comenzaron a sonar, se trataba de algunos mensajes que había recibido de Dilan.

— "Hey, la sorpresa aún no termina"—.

— "¿A qué te refieres?" —.

— "Te estaré esperando en el centro comercial" —.

Me alisté rápidamente y fui al lugar donde teníamos que encontrarnos, estaba de pie esperando dentro del centro comercial, cerca del lugar donde estaba de pie había algunas mesas y sillas, decidí sentarme en una de aquellas mientras esperaba a Dilan.

—¿Tardé demasiado? —él apareció en el momento menos esperado, esto hizo que me sobresaltara un poco.

—No mucho—dije mientras tenía mi mano en la zona donde se encontraba mi corazón. —Uno de estos días moriré del susto—.

—Muy graciosa señorita Kely—sonrió, y luego comenzó a buscar algo dentro de su billetera.

—¿Se te perdió algo? —pregunté sorprendida

—¡Feliz segunda sorpresa! —exclamó mientras me daba su tarjeta de crédito, me sentía tan confundida.

—Es tu tarjeta de crédito… ¿Se supone que tengo que gastar todo el dinero que hay ahorrado en ella? —

—Podrás gastar el dinero en la ropa que compraremos para ti—me miró directamente a los ojos sonriendo, como si esperara alguna respuesta.

—¿Ropa? ¿Para mí? —no sabía como sentirme en ese momento.

—Claro que sí, y no pienses en rechazar mi regalo, porque de todas maneras te compraré ropa—.

No podía decirle que no a Dilan, así que me levanté de la silla en la que estaba sentada, y comenzamos a caminar juntos por las tiendas de aquel sitio, entramos en una tienda que tenía un mostrador bastante llamativo, los maniquíes vestían ropa bastante bonita; escogí algunas prendas con ayuda de Dilan, él insistía en que me probara mucha ropa, ya que de ese modo sabría que es lo que me gustaría vestir. Entré a uno de los vestidores, Dilan se quedó en la parte de afuera esperando a que yo saliera con las prendas que había escogido; me probé muchos conjuntos, y cada vez que salía Dilan decía que me veía hermosa con todo, y  creí que tenía comprar toda la ropa de la tienda, aunque no sería una mala idea, aquellos piropos hacían que mis mejillas se tornaran en un color carmesí, no tenía ni idea de porque mi cuerpo reaccionaba así.

Por último, me probé un vestido un poco casual, este era de color blanco,tenía algunas flores y terminaba en un corte princesa bastante cómodo para mí, cuando salí del probador en el que estaba, Dilan me miraba sin decir palabra alguna.

—¿No se ve bien? —pregunté un poco insegura, pues creí que no le gustaba lo que llevaba puesto.

—Vas a enamorar a todos aquí—esto hizo que mi rostro se pusiera completamente rojo, era como una especie de tomate andante; mi corazón comenzó a acelerarse. —Si deseas puedes quedarte con el vestido puesto, de todos modos, pagaré por él—me miró sonriendo, y se fue a pagar todo lo que me había probado, me quedé allí esperándole; pasaron algunos minutos y volvió con muchas bolsas de compras, eran siete aproximadamente.



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En el texto hay: humor, primeramor, leyendas

Editado: 05.05.2019

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