0 1 6. ¿Dónde está Daena?
La sala de juntas de Han estaba repleta, todos estábamos sentados en esas sillas negras viendo el pizarrón que aún contenía la palabra “Nadie” escrita. Han comenzó a borrarla con un pañuelo húmedo.
—Antes de iniciar la junta, quiero agradecerles por su labor de hace dos días —se llevó las manos a los bolsillos—, gracias por hacer frente a la situación sin esperar instrucciones mías, tuve que ausentarme por cuestiones personales, pero me dio gusto cuando Iris me informo lo atentos y responsables que fueron, ni siquiera llenaron los formularios de atención, les importo más que el paciente estuviera estable que obtener un reconocimiento… eso es admirable.
Todos intercambiamos miradas, Han se veía diferente. Los rumores de que había pasado todo el día anterior solo sentado en su oficina rellenando nuestros formularios parecía ser cierta.
—Llené sus formularios con base en lo que me dijeron los demás, así que no tengan pendiente. Todos serán igualmente recompensados con un bono en su siguiente cheque, pero espero esta no sea la única razón para continuar haciéndolo bien.
Miré a Gaena, estaba absorta leyendo su formulario mientras los iban repartiendo. Era la hoja con más notas de desempeño como siempre, dobló la hoja antes de que pudiera leerla y la guardó en su bata, usualmente Han ponía notas de mal desempeño y errores en la práctica.
—Asignaré equipos para ciertos casos que aún siguen pendientes y un par trabajará conmigo.
Las risas en el fondo resonaron en mi cabeza, eran Hannah y el séquito de taradas.
—Buena suerte Gaena —le susurraron al oído.
Gaena apretó los labios mientras Han comenzaba a repartir los boletines, abrió los ojos de par en par al ver la hoja y yo también hice lo mismo al ver la mía.
So Hee Gaena, Consultorio 5B, asistente para preparación en cirugía, Darwin Anderson, Sin equipo.
Gaena suspiro y volvió a doblar la hoja para guardarla, miró a Han unos segundos y este desvió la mirada.
—Felicidades — comenté—, si necesitas algo ya sabes que puedes hablarme.
—¿Qué te tocó a ti?
Daena Song, Consultorio 3C, -, Julian Peterson, Equipo Han John Smith.
Gaena suspiró.
—Lo siento, quiere desquitarse contigo.
—No importa Gaena, dudo que se atreva a hacerme algo.
Nos tomamos de las manos.
—Llámame si pasa algo, lo que sea.
Asentí.
Todos se retiraron después de tener sus boletines y solo nos quedamos los que íbamos a trabajar con Han, sorpresivamente solo me quedé yo.
—Adelántate —dijo el rubio—, voy a dejar las copias en mi oficina y te veré allá, comienza haciendo un diagnóstico parcial.
Asentí y me retiré, era raro verlo actuar así, sin alzar la voz y dando órdenes sin insultos de por medio, además de realmente realizar su trabajo de oficina y no dejar subordinados haciéndolo por él.
El consultorio donde estaba el niño era el más grande, diseñado solo para pacientes extremadamente delicados o con una fuente de ingresos alta. Los padres del menor estaban sentados en el sofá perdidos en su teléfono.
—Buenos días, ¿esperaron mucho?
—No, es justo la hora —dijo el padre apenas subiendo la mirada del celular.
—Bien, mi nombre es Daena y junto con el superior Han vamos a atender a su hijo — tomé el informe de su camilla—, me parece que ya había realizado un diagnóstico parcial antes.
—Si, realmente esta es la tercer vez que estamos aquí—habló la madre mientras el niño de 7 años jugaba con un carrito—, solo habíamos venido a consultas normales y siempre decían que tenía cólicos por la comida o intolerancia a ciertos alimentos, pero esto está escalando y ya ni siquiera podemos salir de casa por su dolor.
—Bien, tendremos que hacer unos estudios para ver en qué parte específica del estómago está pasando esto, ¿es alérgico a algo?
Ambos padres se miraron al mismo tiempo.
—Llamaremos a mi madre, espere un momento.
Después de dejar las copias con su secretaria, Han salió del consultorio al ascensor. Antes de que este cerrara, Iris entró.
—¿Qué quieres?
—¿No puedo usar el ascensor?
Han guardó silencio.
—Estuve pensando en lo que pasó con Hank.
—¿Te lo debo repetir de nuevo? Solo no le causes problemas a Gaena, intenta llevarte bien con ella y discúlpate.
—Lo entiendo, pero —se cruzó de brazos—, ¿es seguro que nos va a ayudar?
Han la miró molesto.
—¿Eso importa? Es la condición para volver a verme y para poder hablar.
—Eso —chasqueo los dedos—, no me agrada, no te está diciendo que si te llevas bien con ella te dará el dinero, te está diciendo que con eso volverá a hablarte. Eso no es una garantía.
—¿No te sientes avergonzada de lo que le hicimos a Gaena?
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Editado: 24.09.2024