My stupid neighbour

Capítulo 26

—¿Qué hizo qué? —siseó Phoebe en estado de shock. Por un segundo, la profesora dio media vuelta, y nos miró frunciendo el ceño. Phoebe y yo le dedicamos una sonrisa tímida y ella se volvió hacia la pizarra de nuevo.

—Tengo una idea de cómo detenerlo —le susurré en voz baja. Durante el descanso, le conté sobre el plan.

—Espera, espera... No iré contigo. Eso no encaja con Mae. No creo que ella sea tan ingenua, se daría cuenta —Negué con la cabeza.

—No si usamos Melanie y Leev —ella alzó las cejas.

—Lo que dices no es posible. Mae no quería lanzar su marca hasta enero y para entonces todavía faltan unas 2 o 3 semanas. Ella también puede despedir a tu padre mañana —respondió ella.

—Y aquí es donde entras tú en juego. Habla con ella y de alguna manera convencerla para que haga todo la semana que viene —le dije con confianza.

—¿En serio? —Phoebe me miró y negó con la cabeza.

—Por favor, por favor —supliqué con un intento de sonrisa antes de que ella se suavizara y decidiera unirse.

—Está bien…

En las siguientes horas, miré como Phoebe se sentaba al lado de Mae y comenzaba a conversar con ella.

—Sidney Collins, después de clase a la dirección —dijo el profesor. Toda la clase hizo el típico “Uooo”. El profesor del cual desconozco el nombre los mandó a callar y comenzó la última clase del día. Confundida, miré a Natalie quien se encogió de hombros como respuesta. ¿Qué he hecho para que tenga que ir a la dirección? Me devané los sesos pensando. Pero puede que sea para preguntarme como me van las clases, ya que soy nueva. No lo sé…

Después de la clase, fui a la oficina de nuestro director. Golpeé tres veces antes de escuchar un "adelante" y abrí la puerta.

Cuando vi a William sentado en una de las dos sillas frente al escritorio, entonces entendí porque me ha llamado.

—Mierda —murmuré, mirando al suelo.

—Ustedes dos se han saltado más de tres horas de clase —gruñó decepcionado. Me congelé y apreté los dientes—. Ya que no vamos a dejar que este instituto pase más incidencias como esta, ustedes dos ayudarán nuestro conserje después de clase durante los próximos tes días —dijo, apoyando su brazo contra su silla.

—Ah, y comenzáis a partir de hoy.

Sin decir una palabra, Will se levantó y se paró a mi lado. —Lo sentimos mucho Sr. Hayes —dijo antes de abrir la puerta detrás de nosotros y salir. Sin decir una palabra, lo seguí.

—Vamos a dejar la mochila en conserjería —dijo molesto. Aceleré el paso para caminar junto a él.

—No tienes motivo para estar tan enfadado —susurré—. Eso es todo culpa tuya.

—No tienes que venir —se encogió de hombros. Vale, seguro que Will se ha fumado un porro como para decir eso. Vaya, que estoy sorprendida.

Fuimos a la pequeña sala del conserje y ya nos esperaba allí.

—Me alegro de que estéis aquí —dijo el hombre que llevaba un mono azul marino—. Coged el cubo y la fregona, y poneos a trabajar de inmediato. —Asentimos al mismo tiempo.

—Yo cojo el cubo —bromeé antes de tomarlo.

—¡Oye! —protestó Will. Miró la fregona por un momento hasta que lo cogió y comenzó a caminar molesto.

—¿No tienes ningún extraescolar hoy? —Pregunté sorprendida mientras caminábamos por la escuela estancada. Pensé que estaría en el equipo de fútbol como todos los idiotas cachas y playboys que hay en este instituto.

—Sí, el miércoles y viernes. ¿Por dónde empezamos? —Preguntó mientras paseábamos por el medio del edificio.

—Creo que de arriba abajo —le respondí. Mis ojos se dirigieron a las escaleras.

—Vamos al ascensor —dijo rápidamente.

—¿Ascensor? ¿Desde cuándo tenemos un ascensor aquí en el instituto? —Will miró alrededor del edificio hasta que señaló a las puertas metálicas. Él comenzó a caminar y yo le seguí. Will presionó el botón y el las puertas del ascensor se abrieron.

Primero, empujé el cubo y poco después entré en el pequeño ascensor. Después de mi entró Will, le dio al botón y las puertas del ascensor se cerraron. No había sido una buena idea, porque ahora mi cara se pegaba en el pectoral —que estaba muy duro— de Will. Cuando di un paso hacia atrás, tropecé con el cubo y caí justo dentro.

Mi. Culo. Dentro. Del. Cubo. Lleno. De. Agua. Asquerosa.

—Ah —salió de mi boca mientras trataba desesperadamente de salir del cubo, pero en el intento metí mis nalgas un poco demasiado adentro—. Ayúdame —gimoteé. No había lugar para poner los pies en ningún lado. Asó que mis pies estaban colgando.

—Coge mi mano —dijo Will, tratando de esquivar mis pies cuando se volvieron locos. Cogí mis manos y me alivió cuando él me sacó del cubo con ímpetu. Pero esta vez tropecé con Will, así que él acabó presionado contra la pared.




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