Despierto con un leve dolor de cabeza y una parte de mi anhela completar las ocho horas de sueño pero me es imposible, un largo día me espera. Busco mi móvil entre las tantas almohadas de mi cama y logro dar con el; mientras ignoro todas las notificaciones doy con el contacto de mi mejor amiga y no dudo en llamarla.
—¿Cómo estás? —le pregunto, en cuanto abre la llamada.
—¡Hola, guapa!—Chilla al otro lado de la línea y me sorprende su entusiasmo, tenía otra cosa en mente cuando pensé en llamarla.
—¿Estás bien?
Resopla—Sonia, si es por lo de ayer, he decidido voltear la página. Miguel es un idiota, me ha dicho que Lola lo ha tomado por sorpresa, casi casi que lo ha obligado... ¿te puedes creer eso?
Intento responder a su pregunta pero su energía y ganas de hablar me interrumpen. —Además, he estado pensando en lo estúpida que me vi llorando delante de todos, ¡es que ni siquiera somos nada! ¡Ah! y que sepas que ayer un chico en la fiesta dio con mi número y me ha pedido vernos, lo siento mucho por Miguel pero el tren se le ha pasado.
—Lesly, no vayas a enrollarte con alguien solo porque sí...
—¿Entonces estás a favor de él?—suena indignada—¡Me hizo pasar la peor noche de mi vida! se la ha pasado todo el tiempo detrás de mí hasta conseguir saber que me gusta ¿para qué? ¡para que vaya a tragarse la lengua de la arpía esa!—grita eso último—te juro que me daba igual si era cualquier otra, pero es que precisamente ¡tuvo que ser con LOLA!
—Bien, bien... cálmate por favor, te va a dar algo.
Escucho como toma aire profundamente e intenta recobrar la postura, es como si la estuviera viendo de cerca.
—En fin, que no me interesa, Sonia.
—Si, ya veo...—suspiro e intento sonar lo más tranquila y justa posible. —Lesly no quiero que me malinterpretes pero...—me interrumpe.
—No lo pienso escuchar—suelta de golpe. —Si vas a pedirme que escuche sus excusas no lo haré, se supone que eres mi mejor amiga no deberías estar insinuándome nada de eso.
—¿Sabes qué? tienes razón—me doy por vencida—no pienso meterme en esto porque luego no quiero ser la culpable de nada, es que paso.
—Si ya te lo dicho, Sonia, esta más que superado.
Lesly empieza a asustarme, lo digo muy en serio, no me creo ni media de todo lo que dice. Pero bueno, son sus decisiones y no voy a juzgarla. Una vez que culmino mi conversación con ella, me dispongo a llamar a Sofia y preguntarle sobre la situación, saber que piensa al respecto.
—¿Qué quieres que te diga Sonia? Miguel es un imbécil, se tiene muy merecido lo que sea que le haga Lesly, ojalá y se enrolle con el chico aquel que me cuentas.
—¡Sofia!—la regaño—no quiero que Lesly termine comportándose como Lola y peor por despecho.
Sofia ríe con ironía al otro lado de la línea y yo empiezo a sentirme como una tonta.
—¿Qué?
—Es que Lesly se enrolla con quien le plazca y eso no es nuevo, la diferencia es que no lo aparenta y que delante de ti no se muestra de esa forma—sigue riendo.—Ella sabe que tu instinto maternal terminaría castigándola.
Me quedo en silencio durante unos segundos aceptando con disgusto sus palabras pero aceptándolas al final porque tiene razón, Lesly va al son que le toquen la música y yo siempre he querido controlarla, pero controlarla para bien. No sé si me explico.
—Ya no te comas más la cabeza, Lesly sabe hacer sus cosas y su reputación jamás se verá afectada como la de Lola, no son iguales... y por cierto, si todo esto es para darle una lección a Miguel, pues que lo haga, nadie se resbala por accidente en la boca de nadie.
Eso último me hizo reír.
—¿Y si Miguel está diciendo la verdad y todos estamos juzgándolo injustamente?—agrego.
—Sonia, si Alex se besa con otra chica, así sea que ella lo tome por "sorpresa", ¿lo dejarías así? ¿le creerías que no tuvo nada que ver?
Ay no... solo de pensarlo me sudan las manos, el corazón me va a mil...
—¿Lo ves?—insiste—pues ya está, que se bese con quien quiera y ojalá sea en las narices de Miguel.
A veces quisiera ser tan descomplicada como Sofia.
(...)
Mientras me ducho mi mente recrea escenarios que deseo con toda mi alma para siempre sean irreales, pienso en la situación de Lesly como mía... y, ¿si eso me pasara con Alex? Solo de pensarlo se me hace un nudo en la garganta. Sacudo mi cabeza como si de esa forma pudiera deshacerme de esos pensamientos y continúo con mi ritual de baño.
Una vez lista, decido bajar y unirme a todos en la cocina mientras papá prepara un pica pica para ver la Champions League.
Me sirvo un par de olivas y pepinillos mientras busco también una coca cola. Mi madre no deja de cantar con Enzo una canción que parece ser de Morat, no sé cual es pero esa banda les gusta mucho.
—Sonia—es mi padre llamándome, mientras se acomoda en el sofá. Miro a mi hermano y a mi madre que parecen saber algo que yo no.
—Dime papá—respondo sin moverme de mi sitio.
—Ven aquí hija, quiero hablar contigo.
Ay no, ay no, ay no...
Abro los ojos como platos mientras busco la mirada de Enzo y en medio de mímicas le pregunto qué ocurre mientras él me responde de la misma forma que no sabe lo que sucede.
No sé porqué pero no le creo nada.
Me acerco al sofá y lo abrazo de inmediato, disimulando mis nervios porque algo me dice que esta conversación tiene nombre. Alex.
—¿Qué tal la pasaste anoche? ¿te divertiste?—me pregunta, sonando relajado mientras se acomoda más plácidamente en su lugar.
—¡La pasamos muy bien!—respondo entusiasta, ocultando mis nervios.
—¿Solo eso? de seguro tienes más por platicarme.
—Pues ya sabes como es Enzo de bailarín y Sofia ni se diga, no paramos de bailar y tontear toda la noche.
—¿Tontear quienes? ¿Tu con el chico aquel que vino a dejarte?—suelta de golpe y yo siento hundirme en el sofá.
—¡Ah si! Alex... verás...—trago fuerte, esto me da mucha vergüenza, literalmente es el primer novio que conocería mi padre.