Nadie como Tu

Capítulo 26

Después del intento fallido de hablar con Karen, lo último que imaginé es que, al regresar, descubriera que el tarado aprovechó mi ausencia para llevarse a Kate a bailar.

Espero no cambie los planes con su maniobra. Y todo por ir tras Karen.

A pesar de cómo se dieron las cosas con ella, lo que menos deseaba es que la lastimaran, y el venir con Mario, es la peor decisión que pudo haber tomado.

Ese tipo es un idiota, bien podría, no sé, causarle algún problema.

Pero ella ni siquiera quiso escucharme.

Apenas le mencioné que Mario no era una buena opción. Me dijo que estaba loco y se alejó.

Ahora viene Kate. Y por la cara que trae, las cosas siguen igual.

- ¿Todo bien?

- Si… yo… - suspira -. Lo siento, no creo que sea buena compañía. Voy a hablarle a mi papá para que venga por mí. En serio lo siento.

- No tienes que hacerlo. Yo te llevo – me levanto pidiéndole las llaves a mi amigo.

- No. De ninguna manera. No vas a perderte el baile por mi culpa.

- No pasa nada. De todas formas, ya estuve un buen rato, y luego de dejarte volveré por este par – señalo a Ricardo y Belinda con la barbilla.

- Pero… - quiere discutir, pero de ningún modo voy a permitirlo. Bien puede ser el momento ideal, una vez que estemos solos.

- Nada – la corto -. Vamos, yo te llevo.

La guío hacia la salida.

Ella parece ensimismada. Las luces del exterior remarcan más tristeza de lo que había notado bajo la penumbra del interior.

- ¿Te hizo algo? – le pregunto con cuidado, no muy seguro de que vaya a responder.

- No.

Tardo unos cuantos segundos, mientras seguimos ahí de pie, para preguntarle lo que no estoy seguro quiera saber.

- Es por que aún lo quieres, ¿verdad?

- Si – contesta luego de verme por un momento.

- ¿Por qué no tratas de olvidarlo?

- Es que… no sé qué creer - sus hombros decaen ante la frustración.

- Si pudiste hacerlo conmigo que duramos tanto tiempo, bien puedes hacer lo mismo con él – meto mis manos en los bolsillos -. Sabes que él no va a cambiar.

Ella se queda callada.

- Yo te puedo ayudar.

- ¿Cómo? – se gira hacía mí, desconcertada.

- Que yo te puedo ayudar – repito.

- Miguel, no…

- Claro que si – me acerco tomándole de las manos, mostrándole que hablo en serio -. Podemos volver a lo que teníamos. Yo lo sé.

- Miguel…

- Yo quiero volver – no espero más y la beso.

El problema es que el beso no duró mucho ya que ella me empujó poco después.

- ¡No!

- Sé que aún sientes algo por mí.

- Sí. Pero sólo te aprecio.

- ¡Dos años no se borran tan fácil!

- ¡Tal vez duramos más de lo que debimos!

- ¿Qué?

Nos habíamos alterado, pero después de eso que dijo, inmediatamente se me bajó.

- Mira. Debo ser honesta – por un momento rehúye mi cara, pero después decide enfrentarme -. Después de lo de la fiesta. Cuando te encontré con otra. Claro que sufrí.

- Porque te engañé.

- Sí. Pero sólo por eso. Era más por el hecho de que me hubieras visto la cara a que por perderte.

- ¿De qué hablas?

- Sufrí más por mi ego lastimado que por terminar nuestra relación.

- Si piensas eso, ¿por qué seguiste conmigo durante todo ese tiempo?

- No sé. Imagino que por comodidad o por miedo. Aún no lo sé – retrocedo un poco, sintiendo como si me hubiera golpeado -. Claro que al principio te quería.

- Al principio – digo para mí.

- Tú eras mi primer novio – da un paso hacia mí -. Todos decían que éramos perfectos el uno para el otro, así que creo que inconscientemente me hice a la idea de que no podía haber nadie mejor para mí que tú.

>> Eras tan lindo conmigo, tan atento, no podía desear nada más. Eras como mi puente seguro – otra bofetada. No creo que a nadie le guste escuchar que lo consideran seguro -. Cuando te vi con otra, fue cuando me di cuenta que no eras tan perfecto como te había pintado en mi cabeza.

>> Sé que no es justo, nadie es perfecto, pero es en ese momento en el que entendí que nada es seguro; ¿y por qué no arriesgarme por lo que quiero? No importa las veces que me equivoque. Hay que seguir intentando – se encoje de hombros como si me lo preguntara.

>> Tú no eres el chico para mí, ni yo lo soy para ti – al ver mi ceño fruncido, continúa -. Noté como observabas a Karen cuando bailaba con Mario. Estabas celoso.



#3086 en Joven Adulto
#16379 en Novela romántica

En el texto hay: traicion, amor, dudas

Editado: 07.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.