- Hola – saludo al entrar en la cocina donde mis primos tienen un almuerzo tardío.
Karen debido a la desvelada de la graduación, y Adrián, su hermano mayor, seguramente con sus amigos. Lo cual no era de sorprenderse. Tanto él como su grupo, constantemente se meten en problemas.
Toda la familia pensó que se calmarían luego del incidente que tuvieron hace 5 años, pero sólo fue por un tiempo, ya que no tardaron en volver a ser los mismos de siempre.
- ¿A qué se debe que nos visites tan temprano? – pregunta Adrián.
- Es medio día. Sólo tú piensas que es temprano – tenemos buena relación, no tanto como con Karen, pero de todas formas somos cercanos.
- Siéntate – me dice Karen señalando la silla continua a la de ella -. ¿Quieres algo?
- No. Sólo vengo por un momento, aún tengo que hacer varias cosas.
- Estas muy misterioso primito – dice Adrián con los ojos entornados.
- Vine para despedirme – me recargo en el respaldo, algo incómodo.
Esta mañana desperté con la idea.
Necesitaba alejarme un tiempo. Respirar nuevos aires antes de empezar la universidad.
A mi papá no le pareció mala idea, mi mamá… digamos que no está muy contenta. Pero teniendo todo previsto, no había nada que pudiera evitarlo.
Tengo un tío, hermano de mi papá, que vive en Florida. Siempre me ha dicho que vaya a verlo sin importar el tiempo que sea. Por lo que ahora le tomé la palabra.
Incluso pienso enviarle un mensaje a Maggie avisándole, más tarde.
Después de lo que vi ayer, me di cuenta de todo lo que le he hecho inconscientemente.
No puedo perdonarla aún por haberse entrometido en mi relación con Kate, independientemente de si a la larga hubiera funcionado o no, pero lo comprendo.
- ¿Despedirte? – es Karen la que pregunta.
- Si. Me voy con el tío Aurelio. Él vive en Florida.
- ¿De vacaciones? – Adrián pregunta, mientras que Karen parece preocupada.
- No. Me voy por seis meses. Quiero ir antes de entrar a la universidad.
- Me parece bien – mi primo asiente, continuando con su comida.
- ¿Por qué esa decisión tan repentina?
- No es tan repentina. Mi tío me ha estado invitando desde hace tiempo, y ahora decidí aceptar. Como dije, quiero tomarme un tiempo antes de volver a los estudios.
- ¿Seguro que es sólo por eso? – insiste ella.
- Si.
Casi parece retarme con la mirada a que diga lo contrario, lo cual, definitivamente, no haré.
Ya había hecho el suficiente ridículo persiguiendo a Kate, no daría para más.
- Bien. Espero que sea sólo por seis meses.
- Hola Kar… - apenas empiezo a decir luego de abrir la puerta, pero ella me toma del brazo.
- ¡Vamos! No tenemos mucho tiempo – me jala hacia el exterior de mi casa.
- Espera, espera, espera. ¿Qué pasa? – haciendo que se detenga un momento.
- Confía en mí – sigue caminando conmigo a rastras.
- ¿Por qué tanta prisa? – pregunto antes de entrar a su auto.
- Es Alex – siento como el corazón se me para.
- ¿Le pasó algo? ¿Cómo está? ¿Qué…? – estoy desesperada, no puedo creer que le haya ocurrido algo. Apenas anoche lo vi bien.
- Tranquila – arranca el motor -. No le ha pasado nada.
Ante esas palabras, el alma vuelve a mí, sintiéndome mejor hasta que caigo en cuenta que se supone que no quiero volver a verlo.
- Si está bien, entonces, ¿a dónde vamos?
- Vamos por él.
- De ninguna manera. Regrésame a mi casa – me cruzo de brazos, enfadada -. No pienso volver a verlo en mi vida.
- Pues si no lo alcanzamos, hay posibilidades de que eso ocurra.
Eso me desconcierta, porque, honestamente no sé si quiero que eso pase en realidad.
Una parte de mí quería estar con él, mientras que la otra esta dolida y no piensa volver a confiar después de lo que vi.
- ¿A qué te refieres? – pregunto con cautela.
- Alex se va a ir con un tío que tiene, a Florida.
- ¿De vacaciones? ¿Qué tiene eso de malo? – sí, claro que no me agrada saber que estará lejos, pero tampoco es para todo este show. Y mucho menos para hacerme creer, por un horrible momento, de que le había pasado algo.
No creí que Karen fuera tan dramática.
- Por seis meses. O al menos eso es lo que dice – no me gusta el tono incrédulo de su voz.
- ¿Piensas que será más tiempo? – sólo se encoge de hombros.
Se va. Alex se va.
- Él me contó lo que pasó entre ustedes – me ve por un momento -. Pero te puedo asegurar que Alex no tiene nada que ver con Maggie. Él jamás te engañó.