Nadie Como Tú - Primera Edición

04 | ¿Y si el amor te vuelve frívolo y rencoroso?

Capítulo Cuatro. 

¿Y si el amor te vuelve frívolo y rencoroso?

 

Beverly Hills, California.

15 de julio del 2021. 

Remitente: Liam Rogers. 

Destinatario: Para mis papás que viven en el cielo…

 

He aprendido a vivir sin ustedes. Ser el hombre de la casa y tener mis propias es mi ventaja cuando de tirar la casa por la ventana cada semana, emborracharme hasta no recordar mi nombre ni mi fecha de nacimiento o meter muchas chicas a mi cama se trata. 

Nadie, ni siquiera mi propio tío me hace escándalo por poner la música a todo volumen, ninguna de mis conquistas ha salido embarazada, no tengo deudas y soy un hombre libre de conflictos. Definitivamente, la vida es buena.

Deberías estar orgullosa, mamá, pues eso era lo que querías. Que tu hijo siga tus pasos, pero que sea más inteligente y piense mil veces antes de fugarse con su amante, si no quería que un accidente automovilístico termine con su vida de manera súbita. 

Donde quiera que estés, vas a recibir un escarmiento. 

Y tú quédate tranquilo, papá. No voy a echarme a perder la vida por culpa de una mujer. 

Yo estoy cuidando de mi hermanita. Antes de que alguien quiera ponerle un dedo encima, tendrá que pasar por encima de mi cadáver.

 

Siempre con ustedes, 

Su hijo, Liam Rogers. 

  ⭒ ⭒ ⭒

No había mejor manera de celebrar el regreso de mi mejor amigo Daryl a Beverly Hills con una fiesta de bienvenida a su casa, como pretexto para celebrar que hace un mes, ya había cumplido la mayoría de edad. 

En realidad el plan era recibirlo en el aeropuerto de Los Ángeles y ayudarlo a desempacar sus cosas cuando ya estuviera en su casa. En cambio, él prefirió postergar nuestro encuentro en lo que lograba distraer a su hermano Damien con algún pretexto para escaparse de su casa sin que Damien no lo estuviera rastreando cada cinco minutos. 

Para eso, su entrevista de trabajo fue una excusa perfecta para citarnos en el parque hoy, al mediodía. Sin embargo, eso no nos daría tiempo de tener la casa lista para mañana, así que preferí que las cosas se hicieran como Daryl quería, si quería que todo saliera bien. 

Aún faltaban muchas cosas por hacer y como yo era el anfitrión del evento, era el responsable de organizar y comprar todo lo que correspondía a decoración, comida y bebida mientras que Hanna, mi hermana menor, se encargaba de hacer la lista de invitados, así como de contratar a los animadores y a los DJ.  

Aproveché ese tiempo para ir al instituto de Beverly Hills a legalizar mis documentos escolares ya que, al día siguiente, se abrían las inscripciones al nuevo año lectivo. De paso, iría al supermercado a comprar implementos de aseo, utensilios de cocina y tapiz para los muebles de la sala, de modo que la casa estuviera impecable para el evento. 

No podía salir sin mi celular, así que fui al cuarto por él y le avisé a Kevin que ya estábamos listos para salir.

—¿No vas a ir con nosotros, Hanna? —le grité a mi hermana desde la sala. Ella pasaba horas y horas viéndose al espejo, mientras se retocaba el maquillaje. 

—¡No te molestes! ¡Ya le dije a Kelly y a Sally que vinieran a recogerme! —Me respondió desde su habitación. 

Cuando mi madre falleció en un accidente al fugarse con su amante, y mi papá se suicidó días después de enterarse de la noticia, Hanna y yo nos habíamos quedado solos y vivíamos del dinero de Kevin, nuestro tío. 

Mis padres le habían pedido que esté lo más cerca de nosotros para protegernos; razón por la que él ganó la custodia y se convirtió en nuestro tutor hasta que Hanna y yo cumpliéramos los dieciocho años. 

Yo había cumplido la mayoría de edad hace un mes. Como parte de la herencia era la casa, Hanna y yo tomamos la decisión de independizarnos y que Kevin siguiera viviendo con nosotros, en agradecimiento por haber cuidado de nosotros desde que teníamos diez años. 

Con la muerte de nuestros padres que dejó un vacío en la familia, Hanna era la más distante. Tenía un carácter huraño, hostil y tosco que le traía conflictos con sus compañeros del colegio, con la familia y con los vecinos. Aun cuando quería acercarme a ella y pedirle que hagamos cosas juntos como salir de compras, ver una película o cocinar, ella prefería mil veces comer o dormir en la casa de sus amigas, las únicas chicas que aguantaban sus humillaciones y repentinos cambios de humor. 

Y no podíamos olvidarnos de Daryl.

Mi mejor amigo. 

El novio de Hanna. 

El que pensaba ingenuamente que su amor la volvería un ser benévolo y amoroso. 

Me dolía que ella y yo no tuviéramos una buena comunicación. Hanna era lo único que me quedaba después de la muerte de mis padres. En cambio, yo para ella era como un compañero de cuarto con el que compartía el piso hasta que uno de los dos se fuera. 




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