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Me sentia como la mierda.

Ella estaba muerta y yo aqui.

Hoy era el dia de su velorio, y en cuestion de horas su sepultura.

Estaba destrozado, habia perido a mi primer amor y mejor amiga de toda la vida, sentia como el simple hecho de respirar me pesara, no podia hablar y de mis ojos ya no salian lagrimas.

- Theodore, ¿estas bien?

- No - respindi seco.

Sus padres estaban debastados y no era para menos habian perdido a su unica hija, mi madre intentaba ser el apoyo de ellos y yo, no podia hacer mas que culparme por su muerte en un rincon de la gran habitacion.

- ¡Tu! ¡Maldito hijo de perra! - los gritos se hicieron cada vez mas fuertes conforme él avanzaba - ¡¿Te das cuenta lo que pasa?! - su rostro mostraba su furia e intenta tristeza que tenia - ¿No piensas responder, eh? - vino el primer golpe, los gritos de sorpresa no se hicieron esperar - ¡Habla, pedazo de mierda!

Tal vez te preguntes, quien es él, te explico; él es Bruno Staller, su ultimo exnovio y quien seguia insistiendo con volver con ella. Estuvieron juntos por 2 años, y yo, fui quien los presento; me arrepiento mucho de ello.

- Te matare, hijo de puta... - solo escuchaba sus gritos que segundo con segundo se hacian cada vez mas bajos para mi - ¿Q-que? ¡Sueltenme, lo matare!

Mis oidos zumbaban, las voces y gritos de las personas a mi alrededor eran cada vez mas bajas, mis ojos empezaban a pesar y por primera vez luego de perder a Hanna, volvi a sonreir.

Hanna... yo debi haber muerto antes que tu... 

Debi ir tras de tí... ahora lo hare.

Hanna, esperame.