Némesis

CAPÍTULO 15

Al cabo de una hora habían llegado a Roscoff. Lena encontró un lugar donde aparcar el coche y todos bajaron. 

—Cris, deberíamos coger un mapa que incluya Inglaterra. Está enfrente y es posible que hayan decidido trasladarse hasta allí.

—Buscaré uno más completo. Si pasamos el medallón sabremos por dónde fueron.

Los demás se quedaron en el parking esperando a Cris y a Kher, que habían ido a por el mapa y en busca de pistas sobre los Exnal. Lena volvió a sentarse en el coche y los demás se quedaron fuera observando el extraño mundo en el que se encontraban. Turs entró en el coche con determinación y se sentó en el asiento del copiloto. Le dirigió a Lena una mirada dura.

—¿Quién es Kim?

Lena puso los ojos en blanco.

—Un amigo.

—Parece que él quiere ser más que eso.

—¿Sabes? —El tono de Lena sonaba alterado—. Me importa una mierda lo que pienses o dejes de pensar. Él y yo no tuvimos nada; dos citas, unos cuantos besos y nada más. Eso no es algo serio, al menos en mi mundo.

—Ya, pero no pensabas contármelo.

—¿Qué? No tienes ningún derecho a exigirme ninguna explicación porque si nos ponemos en esas, ¿por qué no me cuentas la historia de Shela? Por lo que he oído fue bastante serio, estuviste a punto de vincularte a esa arpía y cada vez que se acerca a ti te falta babear, pero sin embargo, yo no te he pedido ninguna explicación, así que no me vengas con exigencias. 

La expresión de Turs pasó de ser fría a estar totalmente congelada. 

—Lo que Shela y yo tuvimos es algo que no voy a compartir contigo.

—Entonces no esperes que yo comparte contigo lo que hubo entre Kim y yo.

Turs se sentía frustrado, la ira salía por todos los poros de su cuerpo.

—Solo te lo diré una vez. Dile a tu amigo que ahora me perteneces, que no te comparto y que si sigue insistiendo lo único que va a conseguir es encontrar su propia muerte —dijo Turs, conteniéndose por no dar un puñetazo al salpicadero.

—Tú no eres…

Lena se quedó con las palabras en la boca. Turs había salido del coche con movimientos bruscos y sin dejarla terminar. Lena salió del coche y se apoyó en el capó, poco después Gala se acercó y se colocó a su lado.

—Turs es demasiado posesivo ¿no crees?

—No, solo es un mandón de narices que se cree mi dueño, pero nada más.

Gala soltó una carcajada.

—Este mundo es increíble. Me gustaría mucho poder vivir una temporada en él para aprender. Las mujeres van vestidas realmente sexys con esas faldas cortas y esos pantalones. Estoy totalmente alucinada.

—Genial. Me alegro de que alguien esté disfrutando.

—Todo va a salir bien Lena, no te preocupes. ¿Qué te tiene tan nerviosa?

—Que os descubran.

—Pero no pueden, Lena, parece mentira que no te des cuenta de que estamos protegidos por nuestra magia. Nadie ve nuestro aspecto, así que relájate. 

—Y dime, si tenemos que cruzar a otro país, ¿cómo vais a pasar por el control de aduanas? No tenéis papeles ni identificación.

—Pues nos hacemos invisibles. Para eso está el glamour y la magia. 

—Estoy un poco asustada por lo que están haciendo los Exnal a esas personas.

—Sí, eso es horrible, pero los vamos a detener.

Lena miró a Gala y ésta le sonrió.

—¿Y por qué matan a esas personas y las dejan así? ¿Para qué les sirve?

Gala suspiró.

—Porque necesitan la energía vital de los humanos para poder sobrevivir en este mundo.

—¿Quieres decir que si no absorben esa energía, mueren?

—Así es. En nuestro mundo ellos viven en un lugar frío. Su cuerpo se alimenta de esa energía, pero cuando salen fuera necesitan alimentarse. El clima de este mundo merma sus fuerzas dejándolos sin energía, así que cogen a una persona cualquiera y se llevan su vitalidad.

—¿Y pueden hacer lo mismo con vosotros?

—No, un elfo oscuro no puede tener la energía vital de uno de la luz. Somos como veneno para ellos, nuestras energías se repelen.

—Entonces si llegaran a entrar, nosotros seremos el ganado.

—Sí. Sería la guerra, pero no se libraría en mi mundo, sino en éste.

—Oh dios, pero eso significaría la destrucción del mundo que conocemos y la exterminación de la raza humana.

La mirada de Lena transmitía verdadero terror. Gala puso su mano sobre la de Lena y le dio un leve apretón.

—Eso no va a ocurrir. Sé que nuestros dioses nos ayudarán a impedir que ese portal se abra.

Unas fuertes risas hicieron que Lena y Gala miraran en la dirección de su procedencia. Day hablaba con dos chicas que habían entrado en el aparcamiento a coger su coche. Una llevaba una camiseta blanca con trasparencias que dejaba ver con claridad la parte superior de su bikini negro y unos pantaloncitos minúsculos también blancos; la otra llevaba una camiseta corta que dejaba al aire su estómago y unos pantalones cortos negros que realzaban su bien torneado cuerpo. Se notaba que Day estaba utilizando todos sus encantos con ellas y las chicas sonreían encantadas. 



#1989 en Novela romántica
#409 en Fantasía

En el texto hay: elfos, new adult, magia

Editado: 30.03.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.