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III

Un exceso de ruido ocasiona que Alex se despierte, “¿Qué rayos está ocurriendo?”- piensa.

Se levanta y va buscando el origen del ruido, mientras más se acerca más puede distinguir el sonido de las voces. Hay varias personas discutiendo y otras más a punto de golpearse. El conflicto se estaba llevando a cabo en la tienda de ropa. Tal alboroto se le hizo extraño a Alex, puesto que en ese lugar las personas no se peleaban así por así.

- Hey, ¿qué está ocurriendo? – le pregunta a un chico que corría hacia ella, en dirección al instituto.

- Bueno, el infierno se está desatando aquí. Eso que vez allá, es una pelea por la ropa. La desesperación está iniciando y pronto se empezarán a pelear por la comida también, y créeme, no querrás estar aquí cuando eso suceda. La gente suele ser muy egoísta cuando cree que va a morir, sólo piensan en sí mismos.

- En dado caso, sólo hay una persona capaz de detener esto, Marce, hay que buscarla.

- Puede que la escuchen. – y sin más siguió corriendo. “Que valiente – pensó. Se dio media vuelta y corrió en dirección del instituto. Sube por los pequeños escalones de la entrada y se adentra en los pasillos de la escuela. Va pasando puerta por puerta, hasta que se detiene en una, la número “30”.

Toca suavemente antes de ingresar - ¿Marce? - dice abriendo ligeramente la puerta. Aún no despertaba, se encontraba durmiendo plácidamente. Se veía tan tranquila que Alex lo pensó dos veces antes de despertarla, si la situación no lo ameritara quizás hasta se hubiera quedado a observarla un rato más. Estaba completamente relajada, sin ningún tipo de preocupación, completamente ajena al problema que estaba a unos cuantos metros de ella.

Vaciló un poco antes de despertarla, pero al final decidió hacerlo, Marce era la única que podría detener todo esto - oye Marce - la remueve un poco por el hombro y sigue así hasta que escucha un gruñido de parte de la castaña – De ante mano me disculpo por despertarte, pero es urgente, algo está ocurriendo. - trató de decir lo más suave posible, para evitar que Marce se despertara exaltada, pero fue en vano, desde que terminó de hablar Marce abrió los ojos de golpe incorporándose como un resorte.

Se giró hacia Alex con rostro inexpresivo - ¿qué está pasando?

- Realmente no sé con detalles lo que ocurrió, sólo sé que la gente está desesperándose, hace unos minutos vi a algunos peleándose en la tienda de ropa. Si no queremos que destruyan todo debemos apurarnos. Vine a por ti porque serás la única a la que escuchen.

- Hiciste lo correcto, ven conmigo.

 

Siguen el sonido de las voces y los gritos y entonces ven que todo está hecho un desastre. Había algunos cristales rotos, pertenecientes a ventanas o puertas de las tiendas, las calles estaban repletas de papel, ropa, cajas de medicamentos… habían revuelto todo. Y en medio de todo el desastre había un grupo de personas discutiendo, algunos hasta habían llegado a los golpes. Se peleaban por todo y se tiraban las cosas de las manos en un intento por arrebatarlas.

Marce se sube en el techo de un auto y trata de llamar la atención de las personas, pero no obtiene resultado. A Alex le surge una idea, se mete dentro del coche, hace unas conexiones con los cables y logra tocar el claxon. Lo hace hasta que todos le prestan atención a Marce, entonces sale del auto y la escucha susurrarle un “gracias”, a lo que solo sonríe.

- ¡Escúchenme porque no pienso repetir esto! -estaba molesta­- ¿acaso son niños? Debería darles vergüenza este comportamiento tan absurdo que están teniendo, parecieran animales salvajes que no son capaces de compartir los recursos que poseen, y que ni siquiera son suyos, son de TODOS. ¿Qué les ocurre? ¿No era que íbamos a salir de esto juntos? Porque de ser así no veo su cooperación. Si quieren seguir comportándose como niños me avisan, pero hacen todo por su cuenta y yo sigo por la mía. O aprenden a ser unos adultos y personas razonables o se despiden de mí, decidan, porque no perderé mi tiempo lidiando con este tipo de cosas. Son lo suficientemente grandecitos como para saber decidir y SABEN QUE ESTO ESTÁ MAL, LASTIMARSE UNOS A OTROS LO ESTÁ, ¡JODER! Y no pongan de excusa el miedo, porque hasta yo lo estoy y no por eso me ando golpeando y saqueando los limitados establecimientos que nos mantendrán con vida. Son unos idiotas y unos egoístas que no son capaces de ver más allá de sus propias narices.

Cuando terminó de hablar sólo descendió del coche y fue de vuelta al instituto. Alex sólo se mantuvo al margen y se quedó a observarlos, analizándolos y tratando de ver más allá de lo que mostraban.

Se detuvo a meditar, cómo acercarse a estas personas y descubrir aquello que debía, cómo le iba a hacer para lograrlo. Un punto clave para eso era Marce, notó cómo después de sus duras palabras empezaron a razonar y devolvieron todo, se avergonzaron de sus acciones y trataron de remediarlo. Para Alex el poder que Marce poseía era magnifico y era impresionante como ésta no abusaba de ello, por eso se acercaría a Marce, ella sería su medio para poder adentrarse en la “sociedad” y una vez allí poder terminar con esto.

Alex necesitaba adentrarse en las cabezas de estas personas, saber cómo piensan y actúan. Ese tiempo que vivió en el pueblo le ayudó un poco y ahora debía poner en práctica aquello que aprendió.




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