La Otra Lavanda trato de cortar a su contraparte con su gran espada y cuando esta retrocedió para evitarla, la atacante aprovecho y estiro su otra mano con su espada lista para rebanarla a lo que la Original la desvió con un choque de espadas.
— ¡Si me matas, nos mataras a ambas!— Le grito la chica que se defendió, la Original.
—“Te miente, mátala y serás libre”— Dijo una voz detrás de ambas.
Ambas chicas se estremecieron ante esa voz.
— ¡S-sí, si te mato, terminare con esto!— Grito Lavanda tras esa interrupción, embistiendo para golpear a la original con la punta de su espada pero esta se defendió usando su espada de escudo, y sin pensarlo y gracias a la cercanía de la chica, lanzo un tajo que la obligo a retroceder.
— ¡Basta, hasta tu deberías entenderlo, por favor, escúchame!— Le dijo mientras hacía desaparecer las espadas., dejando en claro que no quería pelear. Pese a lo molesta que se sentía, sabía que pelear no solucionaría nada.
—“Tu solo mereces morir y lo sabes, eres una intrusa o al menos, ahora lo eres”— Dijo la voz de nuevo.
La Otra Lavanda que se había quedado quieta, le miro con sus ojos llorosos— L-lo único es que se es que he tenido miedo desde hace mucho tiempo. Yo he… Tratado de vivir mi vida con tranquilidad pero siempre estas molestándome e incluso cuando eres de ayuda, terminas perjudicándome o a los que amo de forma indirecta…
—T-tienes razón, la verdad es que no tengo derecho para reclamar mi vida de vuelta— La Lavanda original bajo la mirada—Y la verdad es que no lo haré, solo quiero que entiendas que no… Somos enemigas… No ahora, cuando…
—“Ella es el enemigo”— Insistió la voz.
—Para mí, eres el enemigo número uno— Dijo la otra, mientras le daba un tic nervioso en el ojo.
—Ah… ¡No es así y lo sabes, yo…!
—D-déjame preguntarte algo ¿Acaso tú te amas a ti misma?— Preguntó Lavanda, colocando la espada frente a ella mientras veía con severidad a la Original— ¿Para qué demonios… fui creada?
Lavanda no pudo evitar recordar las millones de veces en que preocupo a sus padres, las millones de veces en que pese a terminar con los combates, necesitaba ser encerrada entre rocas siendo las mismas veces en que debido a esto, terminaba inconsciente por días o semanas, preocupando a todos.
—“Es mejor que desaparezcas”— Esa voz no era de Lavanda pero tenía razón.
—Sí, es lo que debes hacer— Le dijo la Otra Lavanda que estaba frente a ella— Si te elimino, ya no tendré que sufrir y ya no tendré que hacer sufrir a los que amo ¿No es lo que quieres también?
Esa pregunta en realidad le pegaba ¿Qué es lo que quería en realidad?
—Es verdad… Ya he causado mucho sufrimiento— Dijo después de todo, retrocediendo.
—“Así es, desaparece”— Volvió a insistir la voz.
—Eso…— Siguió Lavanda mientras la Otra Lavanda, creaba otra espada y con un rápido tajo que por poco logra cortar a la otra y tras una segunda embestida, ambas espadas soltaron chispas mientras aumentaban la fuerza en sus manos y en su agarre— ¡De todas formas estoy segura de que no podemos matarnos!
— ¡No lo sabremos hasta intentarlo! ¿No? ¡Ya no me estorbaras más!— Dijo la Otra Lavanda mientras creaba una segunda espada que por poco le da en el pecho a su rival, logrando crear distancia entre ambas.
Las espadas de nuevo chocaron.
—“Tu sola existencia es un error, creaste a Lavanda para ser tú, si tu desapareces, es mucho mejor para ambas ¿No te parece?”— Insistía la voz que se escuchaba por todo la habitación blanca.
Era verdad pero....
Incluso cuando ella noto el daño que le hacía a Lavanda, no podía detenerse tampoco pues conforme más peleaban contra los Krajs, más obvio era que su poder es necesario o al menos así fue hasta que sus otras compañeras despertaron sus poderes que eran mucho más útiles y mucho menos peligrosos.
Quizá tuviera razón y ya no tuviera razón para existir, pero…
—No te preocupes, tu poder sigue siendo increíble— Le dijo Gabino.
—Me perderé a mí misma— Dijo Lavanda, abrazando sus piernas con fuerza— Estoy segura que un día me perderé a mí misma, ya no quedara nada y entonces no podré volver.
Lavanda entendió que estaba aterrada.
—Créeme que no dejare que eso pase— Gabino se acercó a ella para tomar su mano a lo que esta le miro entre sus piernas— Incluso si debo sumergirme en la más grande oscuridad, te salvaré.
Lavanda sonrió, aliviada de tenerlo en ese momento y esperaba que para siempre.
Ese fue un recuerdo tan vivido que vino a la mente de ambas, pese a que se estaban tratando de matar.
Un tajo rápido fue hasta la Lavanda original pero esta logro evitarlo saltando hacia atrás, entonces con un rápido movimiento, aparto la espada de su rival quien continuo atacando, haciéndola tambalear, a lo que la atacante, la otra lavanda aprovecho para lanzarle una patada que la otra chica tuvo que evitar usando otra espada generada desde su mano libre.