Juego de niños.

Lavanda ahora portaba un vestido de color blanco que le llegaba sobre las rodillas y de mangas largas, con un corsé de color morado suave, uno de sus brazos estaba libre mientras que el otro portaba una armadura de color rojo intenso completa que terminaba en unas garras. Sus botas eran blancas y llegaban debajo de las rodillas. Sus cabellos estaban sueltos con algunos moños rojos, blancos y morados. Sus ojos eran de un color rojo con iris en línea vertical. Su sonrisa dejaba ver un par de colmillos. Salvo esto, no había rastros animales en su cuerpo como con su transformación anterior.

— ¡Increíble!— Dijo Celeste en voz alta.

Lavanda hizo aparecer una espada pero esta no era como las otras, tenía un mango de color rojo con un filo triangular grande con un león rugiendo en la base del filo. Un brillo rojo y blanco le rodeaba.

— ¿Lista?— Hablo Lavanda hacia Celeste.

En ese preciso momento no eran Dalia ni Lavanda pero tampoco no lo eran.

Celeste se preparó para el combate.

Ambas se lanzaron contra el ejército de monstruos.

—“¡Deténgase!”— Gritaron todos los Kraj Manipuladores.

Celeste se detuvo solo un poco pero Lavanda corto a un par de esos Krajs como si nada mientras una gran sonrisa se dibuja en su rostro, entonces con un gran giro corto a otros más como de fueran de papel mientras otra espada aprecia en su mano solo que esta era mucho más grande.

Raíces fueron tras ella pero en un parpadeo fueron chamuscadas por Celeste quien se detuvo a su lado.

— ¡No puedo quedarme atrás!— Grito Edward levanto su rifle para apuntar a varios de los monstruos que estaban demasiado distraídos peleando con las chicas. Era mucho más fácil destruirlos ahora.

Andrej dormía a su lado.

La canción de la niña seguía sonando pero ya era inútil aunque no era consciente de eso.

El otro Kraj estaba creando más y más ilusiones pero se removía de forma incomoda en su silla, pues este si era consciente de que no importaba cuando estuviera haciendo, las niñas estaban destruyéndolos como si nada.

— ¡Cortémoslos de tajo!— Dijo Lavanda esbozando una salvaje sonrisa.

Celeste confirmo que esa Lavanda era diferente a la que conocía pero eso no era malo— ¡Hagámoslo!

Lavanda sujeto una de sus espadas y la apretó, entonces esta creció de tamaño, al menos unos diez metros y ensanchándose en la misma proporción, a lo que la chica la sujeto sobre su hombro, lista para cortar el molesto pasto monstruoso frente a ella.

Celeste estaba sobre ella, inclinándose mientras sujetaba su espada en seguía en su funda, mientras la cargaba de rayos que incluso habían comenzado a interferir con el cielo artificial de la ciudad.

— ¡Mordida de tigre blanco!

— ¡Corte del Dragón Carmesí!

El tajo de Lavanda corto no solo las raíces que estaban siendo invocadas si no a los mismos creadores de las plantas como si nada, e incluso el corte termino destrozando la burbuja de realidad que el tipo de la silla había creado a su alrededor.

Mientras el rayo de Celeste termino evaporando a las controladoras e incluso las que estaban lejos del golpe del rayo, terminado con la cabeza reventada debido a una gran corriente que se expulsó cuando el trueno impacto.

Frente a ellas estaban los Krajs culpables de todo.

Edward entendió que el tipo que creaba las ilusiones solo era capaz de hacerlo dentro de esa burbuja. Lo noto cuando termino atrapado en otra de esas burbujas al instante que desapareció la otra.

—“El Kraj demoledor les destrozara”

Al instante un Kraj de tipo demoledor apareció frente a ellas para atraparlas con sus brazos pero Lavanda sujeto el brazo del monstruo con su propia mano y usando solo su fuerza, se la destrozo, entonces lo atrajo hacia ella para darle un cabezazo que quebró su máscara y su cara en general.

—Genial— Observo Celeste mientras un Kraj de tipo Devastador trataba de atravesarla pero esta sin que se notaran sus movimientos, término cortándolo en pedazos también. Lo único que dejaba en claro el movimiento de Celeste era la estática del aire que dejaba.

—“¡Morirán aplastadas!”

Otra raíz trato de aprisionarlas pero de nuevo Lavanda le detuvo solo con su mano, entonces la apretó y pese a lo ancha que era, la destrozo, además de arrancarla toda del suelo.

Celeste sabía que era muy fuerte pero definitivamente era más fuerte que antes.

Estando las dos en el mismo cuerpo multiplicaban su fuerza al doble, sin mencionar que sus sentidos mejorados le impedían ser sorprendida. Es como si de un momento a otro tuviera vista periférica, olfato mejorado lo que le permitía localizar a sus amigos, tacto mejorado que le permitía sentir vibraciones del suelo y del aire, oído mejorado que le permitía oír la respiración de Edward incluso a esa distancia y gusto seguro también mejorado pero no comería raíces ilusorias.

Ese era el auténtico poder: Bestia.

—“¡Las raíces las atravesara!”

Una raíz salida desde el suelo trato de atravesarla a lo que esta la esquivo y antes de que esta pudiera ir tras el Kraj que las creaba, otra marioneta del Kraj granjero, esta se secó pues Celeste ya había cortado su cabeza.