El poder de la esperanza.

Aquella Roció era una niña de diez años, de tez clara, ojos color miel, un largo cabello negro que le llegaba sobre los hombros aunque estaba recogido en una cola alta con un moño de color rojo visible. De nariz respingada y labios delgados.

Llevaba un vestido de color azul completo, unas botas negras que le llegaban dejaba de las rodillas y sobre este, una chaqueta de piel negra.

Ulises también miro con atención a la chica nueva y se percató del gran parecido que tenían pero no podía ser su familia ya que desde hace tiempo que ella está sola a menos que se haya saltado algo de su pasado… Eso parecía difícil de creer.

Habían llegado a una sala de experimentación enorme dentro del edificio, era blanca y estaba repleta de escritorios negros con papeles bien apilados. La chica estaba de frente a un par de tubos llenos de líquidos que parecían tener personas dentro mientras los computadores a su alrededor se llenaban de cálculos y palabras.

Frente a los paneles de control, la niña estaba sentada en una silla con ruedas.   

—Ha pasado mucho tiempo desde que te vi… Estas tal y como te recuerdo— Dijo la niña examinando a Ulises mientras una dulce sonrisa se formaba en su rostro. Fue entonces que este sintió que no estaba hablando con otra persona más que con la misma Roció.

—Es… ¿Eres tú?— Preguntó Ulises abriendo los ojos. Seguro que todo esto era culpa del multiverso.

—Así es pero de otro Oasis ¿Entiendes? Soy su singular— Explico la niña como si ellos entendieran esos conceptos.

— ¿Oasis? ¿Singular?— Roció le miro con atención.

—Ah, cierto, ustedes aun no lo saben— La niña se mostró pensativa unos segundos— De todos modos que se los explique no cambiara nada, creo, así que… Un oasis es un universo y los singulares son todas las personas que podrían representan a Roció Roswell en todos esos Oasis.

— ¿Por qué no solo variantes y universos?— Preguntó Ulises, frunciendo el ceño.

—Porque esas explicaciones se quedan cortas con lo que significa de verdad todo eso que llamarías multiverso— Dijo Roció mientras un peligroso brillo aparecía en sus ojos— No importa en este momento.

— ¿Vienes del otro mundo, el que está conectado?— Preguntó Roció.

—No— La chica negó con la cabeza— Vengo de un tercer Oasis.

— ¡Que interesante!— Expreso Ulises.

— ¿Qué quieres aquí?— Preguntó Roció, cuidando cada una de sus palabras— ¿Tiene algo que ver con el sueño que me provoco el Kraj? Ahora estoy segura de que escuche tu voz durante él.

Eso Ulises no lo sabía.

— ¿Ah, así que están en ese momento de la historia? Seguro que Lavanda y Celeste están muy felices ¿No?— La pequeña Roció se quedó pensativa de nuevo pero al instante su expresión se endureció— De nuevo me quedo sin tiempo pero quizá contigo aquí…

—No me has explicado nada— Le recrimino Roció. 

—Antes que nada…—La niña extendió su mano hasta Roció en señal de que se detenga— Desconozco lo que soñaste y también desconozco lo que escuchaste de mi así que ¿Por qué no comienzas a contarme sobre eso?

Roció le conto su pesadilla a lujo de detalle, mencionando ahora si la frase que dijo su contraparte infantil.

—Entiendo— La niña estaba ya estaba sentada dando vueltas en su silla negra de ruedas.

— ¿Entonces no fue tu culpa?— Roció le miro con atención.

—Quizá lo es— La niña se encogió de hombros— Puede que el hecho de que haya dos singulares del mismo ser en un solo Oasis haya causado una conexión entre tú y yo ya que… Yo también tuve ese sueño hace poco.

—Ya veo…—Roció dejo caer sus hombros.

—Pero no te pongas tan cómoda— La niña le miro con una expresión severa— Eso que viste es la verdad absoluta…

— ¿Cómo que es la verdad?— Preguntó Ulises, frunciendo las cejas.

—La conexión de la que te hable, parece que más que hacer que tuviéramos una pesadilla conjunta provoco que pudieras ver mis recuerdos— La niña señalo su cabeza— Eso que viste… Fue el final de la guerra contra el Kraj, justo a finales de este año.

Los dos chicos se quedaron callados.

—Entonces… ¿En tu… Oasis la guerra ya termino? ¿Y todos murieron? Yo…— Ulises fue el primero en reaccionar.

—Tú lo has dicho, querido— La chica asintió y regreso la vista a la computadora— Pero no te preocupes, voy a cambiar ese futuro, es mi deber. Recuerda que al final soy yo quien tiene el poder sobre el tiempo…

— ¿En qué podemos ayudarte?— Preguntó Roció, tras recuperarse del shock— Debemos hacer lo posible porque ellos sobrevivían…

—Sé que sonara egoísta pero si quiero que mis amigos sobrevivían, tendré que matar a los tuyos— La niña le miro por encima del hombro, a lo que de nuevo sus invitados se quedaron inmóviles— Sé que me entenderás, al final y al cabo, somos la misma persona ¿No es verdad?

—Pensé que podríamos cambiar ambos Oasis…

— ¿Ambos? Eso es imposible, ya lo intente— La niña negó con la cabeza— Empecé saltando hacia atrás, utilizando todos mis poderes pero el futuro era el mismo y a veces hasta perdía a Irene, entonces luego comencé a saltar entre Oasis, buscando uno que tuviera una relación estrecha con el mío, ya sabes, que sean muy parecidos, pero de los más de cincuenta Oasis que visite, solo uno, bueno, dos que ahora están combinados fueron amenazados por el Kraj ¿No te parece eso injusto? Las otras Roció son felices con sus amigos, con Ulises y no conocen los horrores de la guerra…