Nexus Parte I l: El Laberinto De Las Pesadillas.

Memento finis

—Ya íbamos para arriba a ayudarlos…— Celeste ya estaba sentada sobre una roca mientras a su alrededor, médicos atendían a los heridos y otros tantos eran evacuados en naves hacia la Ciudad del Cielo— ¿Eh? ¿Están bien? ¿Era un Kraj especial?

—Sí, podría decirse que si— Roció rasco su nuca mientras esbozaba una sonrisa nerviosa— ¿Y ustedes ya terminaron?

—Hace poco… Edward necesitaba municiones pero parece que no va a ser necesario— Celeste miro el atuendo de Roció— Así que lo lograste también ¿Eh? ¡Me alegra!

—Sí, gracias— La chica desactivo su atuendo pero al instante cayo, por lo que Ulises la detuvo.

—Lo esperaba…— Celeste asintió.

— ¿Cómo fue aquí?

—Terminamos bastante rápido, no entiendo cuál era la perturbación de la zona ¡Fue un combate muy fácil!— Celeste se encogió de hombros aunque se veía bastante orgullosa de sus logros.

Ulises había pactado no mencionar nada sobre la niña Roció y está claro que salvo ellos, el resto no sabían nada sobre el bucle aun así, debería contárselos más tarde.

—Así que ya bajaron— Edward corrió hasta ellos y al instante vio a Roció quien estaba recargada contra la roca, descansado— ¿Qué paso? ¿Están bien?

—Otro Kraj especial pero Rosy pudo activar el atuendo magistral— Explico Celeste.

—Qué alivio— Edward entendió porque estaba dormida— ¿Tú estás bien?

—Sí, no te preocupes, la tercera fase es genial— Ulises asintió— Solo descansare un poco antes de ir con los demás.

—Ahora mismo deberían estar trabajando en restablecer las comunicaciones con…—Comenzó Edward.

En ese momento, los comunicadores soltaron un sonido sordo antes de que se escuchara el sonido de que se acaba de establecer conexión con la base. Los lentes de los cuatro incluso se prendieron frente a sus ojos.

—Ya vamos para allá ¡Fue una misión muy fácil!— Dijo Celeste cuando noto que era Beatrisa la que le hablaba.

— ¡No fue tan fácil! ¡Carajo! ¡Fueron cuatro horas que estuvieron incomunicados! ¡Los necesitan ya!— Grito Beatriz con cierta desesperación en su tono.

— ¡¿Cuatro horas?!— Celeste y el resto se mostraron perturbados— ¡Imposible! ¡El combate debió durar minutos, quizá!

—Seguro fue cosa del Kraj, alguna clase de poder relacionado ¿No?— Edward hablo mientras miraba a Ulises.

—Sí, era un Kraj que controlaba el tiempo— Ulises asintió. Ya no era necesario contárselos más tarde.

Teorizo que quizá cuando aquel ultimo choque se dio, desacomodaron el tiempo, por lo que este tuvo que acomodarse de nuevo, adelantándose para cuadrar con el espacio normal o quizá solo habían repetido el bucle muchas veces, tantos que el tiempo siguió corriendo afuera.

—No importa, los mandaré ahí ya ¡Las cosas se están yendo a la mierda muy rápido!

Eso no tranquilizo a nadie.

Tiempo atrás, antes de que los chicos viajaran a la Ciudad Sumergida.

Irene abrió los ojos con lentitud, encontrándose con un techo desconocido.

Pese a que la habitación era extraña, con solo la cama en la que estaba, acompañado de una pequeña cocina, un montón de trastes acomodados a su lado en una mesa, limpios y un montón de cajas de suministros que no lograba identificar, el aroma que irradiaba era curiosamente familiar.

Le recordó el departamento que compartía con su hermano.

Entonces se irguió, recordando que había ido con él a ¿Dónde estaba?

—Ah, así que ya despertaste— Una chica entro en la habitación como si nada tomando un par de vasos de los que estaban limpios— ¿Nos acompañaras a desayunar? Hay ropa limpia a un lado de ti.

La chica vestía un pantalón de mezclilla y una playera blanca con la foto de un panda muy adorable.

La chica tenía una dulce y suave voz. Era bastante bajita, de piel clara, cabellos cortos negros, ojos negros, labios delgados. Era delgada pero bastante bien dotada, resultado por su ropa ajustada y aun así su rostro era fino, adorable, desde su nariz, hasta sus labios carnosos.

— ¿Quién eres?— Preguntó.

—Soy Bianca Esquivel— Se presentó la chica— Te esperamos afuera.

¿También su hermano? Se levantó rápido y se cambió, poniéndose una blusa blanca y unos pantalones pescadores. Esa ropa también le traía recuerdos.

—Buenos días, Irene ¿Dormiste bien?— Saludo Diego.

— ¿Hermano? ¿Qué es este lugar?— Preguntó al instante.

—“Así que esta es tu hermana ¿Eh?”— Aquella voz femenina hablo en su cabeza. Irene dio media vuelta solo para encontrarse cara a cara con una niña con ropa de lolita gótica, negra con blanco, falda largan negra con bordes de encaje en al menos tres capas y una blusa blanca bordada con flores, además de un moño rojo pequeño en su cuello. Sus cabellos dorados en rulos caían alrededor de su rostro hasta casi su cintura.

Pero su rostro perturbo a Irene, al grado de que cayo hacia atrás, con el rostro horrorizado.



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En el texto hay: pesadillas, multiverso, chicasmagicas

Editado: 29.01.2023

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