El chico no respondía, continuaba de rodillas mientras se lamentaba. Ella no podía descifrar lo que decía, parecía estar en un trance.
Su amigo policía volvió a sacudirlo, esta vez con mayor energía.
Kate tensó su mandíbula, esto le estaba haciendo perder los estribos. Liam se alejó del tipo para analizar otra vez la situación, ya habían pasado diez minutos desde que le alertaron de su presencia. Apenas lo hizo, la pelinegra no dio tiempo y ensartó un puñetazo al rostro del desconocido.
Fue tal la fuerza del impacto que aquel hombre se golpeó la cabeza contra la pared de concreto. Todos en el lugar quedaron mudos ante la acción de la hija del sargento.
Liam fue quién cortó el silencio para recriminarle a su amiga por la acción que había llevado a cabo:
—Barnes, hay métodos para lograr que una persona vuelva en sí que no sea golpearlo.
Ella lo miró impasible por unos segundos para luego volver su vista al extraño, se estaba levantando. El oficial también volteó a verlo, el hombre comenzó a ver en todas las direcciones hasta fijar los ojos en Kate.
—Tienes razón, Li... me excedí —pronunció mientras le cruzaba la miraba al sujeto sin inmutarse— pero hay quienes son hijos del rigor.
El joven policía no dijo nada al respecto, su amiga tenía algo de razón en lo último a pesar de que no era lo correcto. La pelinegra avanzó unos pasos hacia el misterioso chico que no dejaba de verla como si de un fantasma se tratase.
—Perdón por el golpe —soltó algo apenada pero sin dejar de usar ese timbre áspero que le caracterizaba—, no respondías y fue lo primero que se me ocurrió hacer... y dio resultado.
El sujeto asintió y se enderezó mostrando la notoria diferencia de estatura entre ambos. Esto no sorprendió a la morena, dicha diferencia no importaría si tenía que darle una paliza.
Ella al percatarse de que no decía nada, continuó:
—¿Cómo te llamas? Sé que no eres de aquí... —lo acorraló contra la pared del callejón, observaba cada expresión suya.
Él miraba alrededor como si buscara ayuda más donde fijaba su vista no había nada. Esto la irritó, dando una fuerte pisada al suelo para que aquello retumbara llamando su atención.
La vio estupefacto, ahora podía darse la idea de que aquella chica era alguien de cuidado. Pasó saliva y soltó un suspiro para luego presentarse:
—Me llamo Jenner... y estás en lo cierto, hace poco que llegué a la ciudad.
Se alejó un poco del espacio personal del hombre mas no había terminado.
—Bien... tengo curiosidad de saber qué hacías en este sitio —se recostó por la pared y cruzó los brazos— No sé si estás enterado pero hace unos días hubo un asesinato y buscamos al culpable.
"¿Buscamos? ¿En serio te vas a incluir?", pensó el joven oficial. Su amiga se estaba metiendo en dónde no le correspondía.
El joven tragó con nerviosismo cuando la azabache pronunció la última oración. Esto no pasó desapercibido a sus ojos, enfocando todas sus sospechas en él por el momento.
Iba a continuar con el interrogatorio, sin embargo, la voz de Liam le detuvo.
—Kate... Es suficiente —Liam pronunció mientras y ella asintió alejándose no sin antes cruzar su mirada con Jenner, otra vez.
Vio hacia la entrada del lugar encontrándose a Charlotte, quién se acercaba y, antes de mediar palabras, la jovencita reconoció al chico no pudiendo creer que el castaño seguía en ese lugar.
—Jenn... ¿Por qué sigues aquí?
La azabache pareció hacer corto circuito al momento en el que Lott se dirigió al sujeto.
Esto fue percatado por Liam, quien preocupado se acercó con cautela hacia su amiga. A pesar de que su rostro no expresaba emoción alguna, de ella emanaba una energía que ahogaba el ambiente de tensión.
El joven oficial iba a sujetarla del brazo pero ni bien la rozó, Kate se quitó del posible agarre y fue hacia Jenner pasando con agilidad entre los presentes. Lo tomó del cuello de la camisa levantándolo lo suficiente para que éste quedara en punta de pies.
—¿Cómo la conoces? —cuestionó áspera al joven hombre— Ella acaba de aparecer luego de dos días.
Jenner tenía la mirada perdida, en su mente corría la imagen de la niña llorando a su familia con todo el dolor que yacía en ella. ¿Podía él haber evitado aquel suceso?
Cambió su vista a la chica que lo tenía sujeto, la frialdad en sus ojos le hacía dudar. ¿Cómo era que una chica de 17 años portaba esa máscara?
—La encontré en el cementerio... el que está al otro lado de la ciudad —respondió con templanza, era la verdad.
Giró su vista hacia Lott por un segundo y continuó antes de que la joven lo interrumpiera:
#3282 en Paranormal
#24108 en Fantasía
#9613 en Personajes sobrenaturales
cazadores y brujas, angeles y demonios, doble identidad doble vida
Editado: 01.10.2022