Hinata y Sakura quedaron atrapadas en un sector del bosque cercado por esa espesa niebla que les impedía ver más allá de sus propias narices.
El Baykugan funcionaba pero estaba limitado debido a que esa niebla tenía el chakra del usuario. No obstante la ninja Hyuuga no se inmutó ya que optó por usar el poder nuevo que había obtenido.
El Jogan. Así vió a dos enemigos que apareciendo detrás de Sakura uno y detrás suyo el otro se disponían a atacarlas.
Más veloz que ellos la jóven ninja bloqueó ambos ataques.
— ¿Puedes verlos Hinata?
— Si
— Estupendo
Espalda con espalda ambas se apoyaron atacando y defendiendose a la vez. El poder destructivo de Sakura era desvastador.
Aunque los enemigos eran muy poderosos lo cierto era que las chicas los igualan en habilidades y poder. Esto hacia al combate algo parejo donde nadie debía ser subestimado por nadie.
La niebla ya no era un elemento a favor de los ninjas de Konoha por tal razón fue diluída. Esto alegró a las chicas, debido a que les demostraron que ellas también estaban dispuestas a matarlos y no dudarían un segundo en hacerlo dolorosamente.
Furiosos los representantes del consejo de Konoha atacaron con todo lo que tenían.
Los temblores del lugar asustaron a los animales quienes huyeron de allí lo más rápido que les fue posible.
El factor sorpresa no podía ser una herramienta que los ninjas de Konoha pudiesen usar, ya que Hinata se anticipaba a todo y Sakura ejecutaba sin piedad despedazando hasta el aire mismo.
Un muy buen duo hacían las dos, juntas eran prácticamente invensibles.
Cuando Sakura mató a uno de los ninjas enemigos el otro quiso huir pero Hinata le cortó el paso.
La dulce y tierna ninja había desaparecido y en su lugar renació una ninja dura y fría que no solo no dudaba a la hora de exterminar a sus enemigos, sino hasta se alegraba de ello.
Los helados ojos lilas de la ninja lo paralizaron y enfurecieron a la vez encegueciendolo al completo.
Atacó sin meditar nada y fue a una muerte segura, porque la Hyuuga lo despedazó con su técnica de 64 golpes que su primo Neji le había enseñado.
Instantes después los cadáveres yacían en el suelo sin vida y las chicas reían alegres. Naruto les había pedido que cortaran las cabezas de sus enemigos ya que concluida la batalla el siguiente paso era Konoha.
Les arrojarían las cabezas de sus ninjas al odioso consejo. Aquella batalla las había agotado en verdad por lo tanto, tras concluir con la labor de separar las cabezas de los cuerpos, las chicas se dejaron caer al suelo respirando entrecortado. Necesitaban descansar.
Neji había sido separado del resto por un ninja enemigo suyo desde hacía tiempo que pertenecía a Raíz y era a su vez de su mismo clan.
La envidia que sentía el ninja de Raíz lo había enloquecido al punto de enfurecerse al verlo con vida nuevamente. El corazón humano es una caja de sorpresas que no siempre oculta cosas buenas.
— Maldito, debiste quedarte en el otro mundo. Nadie te necesita aquí — le escupió las palabras el ninja de Raíz - Pero te volveré a mandar al más allá.
—Ya quisieras
Baykugan contra Baykugan. Los dos estaban parejos.
Anticipaban el ataque del oponente y lanzaban las mismas técnicas. Pero Neji solo estaba analizandolo, ya que quería ver hasta dónde llegaba está vez ese imbécil.
Recordaba las veces que le mintió al líder del clan, acusándolo a él de situaciones que posteriormente fue castigado.
Las torturas que tuvo que soportar a manos del padre de Hinata injustamente, por culpa de ese odioso tipo, le despertaban su instinto asesino.
Pero ahora tenía la oportunidad de vengarse eliminándolo del planeta, y en ésta ocasión no tenía el sello maldito, con que el líder del clan lo podría torturar.
La envidia envenena la mente y el alma de las personas confundiendolas, disfrazada de justicia solo actúa con cobardía.
Es una gravísima enfermedad del alma que en muchas ocasiones suele ser mortal. Transforma y desfigura a la gente, separa amigos y parientes. Es un paso previo a la locura.
En aquel combate donde Konoha se enfrentaba a Akatsuki ¿Quién era el auténtico villano?
Muchas veces las cosas no son blancas o negras, siempre hay matices. Neji había logrado tener una segunda oportunidad para vivir en este mundo, y no pensaba desperdiciarla con ideologías anticuadas que solo fracasaron.
Tampoco planeaba perder el tiempo con envidias ni viejos rencores. Viviría su vida siguiendo su propios sueños, deseos y justicia.
En esos momentos estaba junto a su amigo a quien le debía nada más y nada menos que esa segunda oportunidad de vivir.
Deseaba ayudarlo a regresar a la luz logrando su propia justicia. No se detendría por nada ni por nadie.
Ese era su camino del ninja. Así como había muerto salvándolo ahora viviría para ayudarlo.
Nada lo hacía más felíz. Teniendo estos motivos el combate estaba a su favor.
Al comprobar hasta dónde podría llegar su enemigo decidió pelear en serio. Las punzantes y envidiosas palabras que el enemigo le decía no le llegaban, más bien le causaban gracia.
La niebla no lo afectaba ya que podía sentirlo con el poder de su chakra.
Lastimandose el dedo gordo asentó la mano completa en su pecho e invocó al Nibi.
Inmediatamente su cuerpo fue cubierto por un manto de fuego azul y sus ojos cambiaron de color volviéndose de los mismos colores del Nibi.
Todo su cuerpo fue envuelto por el poder del dos colas. El ninja de Konoha abrió sus ojos asorado.
— ¿Qué... qué significa esto? — decía — ¿Tienes al Nibi? ¿Eres su Jinchüriki?
— No, no lo soy. Pero efectivamente tengo al Nibi conmigo. Cómo verás estuve analizandote. Ahora empieza el verdadero combate.
Neji golpeó sus puños sintiendo la adrenalina recorrer su cuerpo al completo.
*EN LA MENTE DE NEJI*
— Estás muy emocionado — decía el Nibi —Y yo muy aburrido, a ver si me entretienes un poco
—Por supuesto amigo mío
— Es raro pero me caes bien...humano