-¿Quien se ha pensado que es este gilipollas?¿Como se atreve a salir en calzoncillos y encima apuntarme con su...oh por favor!!Que descarado! Que asco!! Que cerdooooo!!!! -Grito dando un portazo a mis espaldas haciendo retumbar los cristales del balcón.
Me ofende que piensen que porque seas modelo tienen derecho a tratarte como a un objeto sexual porque no tengas pudor a la hora de exhibir tu cuerpo.
Simplemente eres un maniquí para un sastre. Eres la imagen que todos desean ser en algún aspecto físico. Puedes ser una cara perfecta para un anuncio de perfume o maquillaje. Una mirada expresiva tras una sonrisa radiante para un anuncio de complementos o de centros de belleza.
Puedes ser el cuerpo perfecto de un anuncio de ropa interior o simplemente puedes ser la portada de cualquier revista.
Tienes que estar por encima de todas las críticas que puedas recibir, bien sean constructivas como destructivas. Pero ante las críticas constructivas tenemos que aprender y corregir. ( O por lo menos, eso me inculcó mi madre por su experiencia en el gremio).
En mi adolescencia , me sobraban ofertas sexuales de pirañas prominentes de un mercado negro que prometía lanzar al éxito, pero a cambio de una exclusividad con ellos.
Pero yo nunca quise complacer a nadie y menos dejar que alguien abusara de mi cuerpo o insinuara nada a cambio para alcanzar el éxito. No fui de esa estirpe de modelos fracasadas porque dejaron de ser útiles para el apetito sexual del hombre. Fue entonces cuando decidí centrarme sólo en compañías serias aconsejadas por mi madre que me ofrecían cierta flexibilidad en todas las áreas pudiendo expandir mi imagen en diferentes marcas. Eso hizo que mi imagen siempre se mantuviera limpia. Podía decir que partes de mi cuerpo no estaba dispuesta a explotar.
Pero siempre había un grupo de personas promovidas por la envidia que se empeñaban en ensuciar mi imagen con insinuaciones y falsas noticias sobre mis esfuerzos laborales. Y al parecer, mi nuevo vecino parecía ser de ese grupo de incultos que te etiquetan sin conocer.
Tras mi frustración, decido llamar a mis amigas por video llamada saliendo a la terraza para coger cobertura.
-Chicas... -Digo un tanto desanimada al verlas a todas reunidas y no poder estar con ellas en estos momentos.
-Ailiinnneeee....cariño te echamos de menos!! -Dice Dayana.
-y yo a vosotras -Respondo apenada haciendo que hagan un coro de consuelo.
-Oooohh.....Las compras sin ti ya no son lo mismo..!- Interrumpe Mel enfocando la pantalla del móvil hacia ella donde puedo apreciar tras ellas el centro comercial donde solíamos ir.
-Ni las clases en el Gym .-dice Sindy apartando la cara de Mel para mirar por la pantalla.
-Por cierto, va todo bien? -Pregunta Mel preocupada mirando a mis espaldas.
Me giro, y no veo a nadie tras el muro, así que doy por hecho que mi vecino está en plena faena culinaria con su novia y no me podrá oír.
-Si, es sólo...que tengo un vecino un poco...animal. -Respondo resoplando.
-Un eventual? -Pregunta Sindy.
-No, peor aún, es su casa. Es uno de los hijos de Rosell y justo vive en la pared de al lado.- Respondo cubriendo mi frente.
Tras la respuesta bomba viene el arsenal de preguntas.
-¿Es Príncipe o Sapo?- ¿Esta bueno?¿Es guapo?- ¿ Es el casado...o el otro? -¿Son exactamente iguales?-Preguntan a la vez sin dejarme responder.
-Chicas,chicas..tranquilas....Es simplemente que ....-detengo pensando en medir mis palabras - "No tiene en cuenta que hay más personas aquí y no respeta el silencio". -finalizo la frase dejando a todas con la boca abierta.
-¿¿Tu hablando de respeto??-Pregunta Dayana alzando una ceja a modo cómico.
-Vale chicas! Admito que de todas soy la más irrespetuosa pero puede que me haya adaptando a este lugar y me empiece a molestar tanto ruido.- Respondo disimuladamente mientras me muerdo el labio.
-Ailainne, que clases de ruidos?-Pregunta muy seriamente Deisy mirando por la pantalla del móvil como si la atravesara con ella.
-Bueno, los típicos de un Hotel...
-Que ruidos, subir y bajar escaleras, el servicio cuando llama para ver si necesitas algo, el típico botones pesado
-Pues no, supongo que serán los gemidos, cachetadas, risas ,gritos...
-Ay dios.. nooo!!!— ¡¡Que horror!!!—¡¡Pobrecita!! -Dicen Dayana y Sindy a la vez.
-Pero solo te molesta el de tu nuevo vecino, verdad?? -Pregunta Mel alzando una ceja.
-Noo...bueno... es que para mí es incómodo y punto.- -Respondo enfadada de brazoscruzados y con ceño fruncido.
Mel, suelta una carcajada socarrona y las tres la miran a la vez riendo.
-¡¡Vale chicas!! Puede que haya encontrado un Sapo tan asqueroso que me haga replantearme si quiero ser un Sapo y no una princesa...-
Empiezan a reír interrumpiéndome entre risas a la vez que me contagian con ellas.
-¡¡¡Cenicienta encontró la horma de su zapatazo!!!- Dice Sindy euforica entre carcajadas.
-Bueno, yo te aconsejo que guardes tus armas, te recuerdo que estás en territorio comanche. -Dice Mel, que está al tanto de todo porque es con quien hablo todos los días antes de dormir.
-¿Cuando nos vemos? -Pregunto ilusionada con ganas de volver a verlas aquí.
-Muy pronto, porque estamos organizando agendas para este fin de semana. Tenemos que colgarte, tenemos video llamada con los representantes!- Responde Dayana mirando su móvil.
-¡Suerte chicas! ¡Os quiero!-
-¡Te queremos Princesa!- Responden a la vez
Cuelgo el teléfono e inspiro aire fresco mientras que me dejo caer en la hamaca que cosí con Annie, la costurera de la tienda de confecciones de la primera calle.
Mi cuerpo se balancea al compás de los grillos en la noche y una brisa fresca eriza mi piel.
Un carraspeo procedente del balcón colindante, interrumpe el movimiento haciéndome caer.
Levanto la mirada y veo al otro lado del muro divisorio del balcón a Mark asomando su cabeza desmelenada.