Capitulo 24 "Inolvidable" parte 1

Comienza la semana, los días lunes son una pesadilla siempre, pero para mi hoy es el mejor lunes de mi vida, despertar al lado del chico más hermoso del mundo es extraordinario, y no exagero, John es perfecto. No puedo evitar sonreir cada vez que lo veo. Miro el celular que esta en la mesita de noche, indica que son las diez de la mañana, me levanto sin hacer mucho ruido, John sigue dormido. Me dirijo al baño, lavo mis dientes y rostro, cepillo mi cabello, no tengo ganas de arreglarme, por lo que opto por hacerme un moño alto, salgo del baño, mi amor aun duerme, encamino hasta la cocina,  preparo el desayuno, con todo listo subo al cuarto nuevamente, John está en el baño, a los pocos minutos sale de alli, me mira y sonrie.
-que bonita sorpresa.
-eso que no me arregle- bromeo.
-eres hermosa siempre. Se acerca y me da un beso. -te amo.
Sonrio al escuchar esas palabras salir de de sus labios.
-y yo a ti- respondo.- vamos a desayunar antes de que se enfrie. Él asiente, empezamos a desayunar.
-ya tengo un plan para hoy, espero te guste-
-seguro que si. El resto del desayuno lo hacemos en silencio.
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Estoy nerviosa e impaciente, John aun no quiere decirme a donde vamos, solo conduce concentrado, y a mi la ansiedad me esta matando.
-¿por que tanto misterio?- inquiero
-porque es una sorpresa Emma, ya pronto llegaremos.
-esta bien- no digo nada más.
-llegamos - anuncia. Bajamos del auto, caminamos en dirección a un salon grande o eso parece, frunzo mi entrecejo, no entiendo nada, pero no sere impertinente. No es que alguna vez lo sea. Entramos, alli hay un hombre de unos cuarenta años. Nos saluda amablemente, nos hace caminar tras un largo pasillo, John toma mi mano, muerdo mi lengua para evitar hablar, salimos a un patio trasero, en realidad es como un descampado, mis ojos se abren como plato al ver de que se trata.
Daremos un paseo en globo aerostático, esto es realmente romantico.
Miro a John y sonrio.
El hombre quien sera el piloto nos conduce hasta el globo, subimos, no tiene puerta, tenemos que entrar por arriba, John me ayuda a hacerlo. El señor nos explica de la pocisión que debemos tener al aterrisar. Empezamos a ascender, es maravillosa la vista, me parece mágico, tomo la mano de mi chico y la presiono con fuerza, él sonrie. Saco mi celular y comienzo a sacarnos fotos, quiero guardar este momento por siempre en mi corazón, pero quiero fotos también.
Recorremos toda la ciudad, se ve tan diferente desde arriba, sobrevolamos sitios como el acueducto de Segovia, me encanta esa estructura: es un acueducto romano que lleva aguas a la ciudad española de Segovia, la parte más visible, y por lo tanto famosa, es la arquería que cruza la plaza del Azoguejo, en la ciudad.
 Después de una hora en el aire, aterrizamos para disfrutar de una suntuosa cena, con una copa de champán en la mano mientras recibimos una foto de recuerdo, un vídeo y certificado de vuelo.
Generalmente los paseos en globos son en la mañana temprano, para ver el amanecer, pero John y yo vimos el atardecer, y ha sido magnifico.
Me acerco a él
-gracias, fue maravilloso. Te amo- Beso sus labios sin esperar respuesta alguna. Empezamos a cenar, John pensó en todo, y me sorprende. Al terminar nos subimos a su auto y nos dirigimos a su casa. 
Durante el camino hablamos del paseo, de lo bien que la pasamos. Al llegar a su casa nos dimos un baño, y nos acostamos.
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Suena un molesto ruido,  yo frunzo el entrecejo ¿por que suena una alarma? Abro los ojos lentamente, John esta de pie al lado de la cama, viste un conjunto deportivo color negro, me sonrie.
-¿que pasa? - pregunto
-Emma levantate, y ponte ésto- dice señalando una muda de ropa a los pies de la cama, miro mi celular veo que son las ocho de la mañana, lo vuelvo mirar.
-vamos amor- dice y sale del cuarto, yo bostezo y me destapo, tomo la ropa que tambien es deportiva en color negra, camino hasta el baño a arreglarme, salgo lista, bajo las escaleras.
-¿y Les? - pregunto
-en casa de Anthon, se quedará allí un par de días-
-¿tu se lo pediste?- entorno los ojos; Él niega divertido.
-vamos- cambia de tema 

-si vamos a correr al menos motivame con un beso, sabes que odio ejercitar.- me cruzo de brazos. John se acerca toma mi rostro y me besa lentamente despertando las mariposas de mi estómago.
-¿suficiente motivación o quieres otro?- replica al alejarse
-quiero otro- respondo, mientras me acerco y uno nuestros labios nuevamente en un beso más lento, solo para saborear cada milímetro de su boca
-Emma la idea es salir a correr, no hacer el amor ahora - dice entre risas.
-esta bien, aunque me gusta más la segunda opcion. Le guiño un ojo y salgo corriendo afuera. Él me alcanza de inmediato, empezamos a correr, la verdad él no se ve cansado, o lo disimula muy bien, porque yo siento que no puedo más, no estoy acostumbrada a caminar, mucho menos a correr, trato de seguirle el ritmo pero es muy dificil, me detengo, él hace lo mismo.
-¿estas bien? Pregunta; yo asiento, ya que no tengo aire para hablar si quiera. Inhalo y exhalo para normalizar mi respiración.
-amor no hace ni quince minutos que llevamos corriendo. Yo lo fulmino con la mirada.
-pues buscate una novia que corra maratones si quieres- digo ofendida. - yo no hago ejercicio y lo sabes bien- Él da una carcajada.
-no quiero una novia que corra maratones, quiero correr contigo "mi novia" - remarca esas dos palabras. Yo sonrio. Toma mi mano y empezamos a correr nuevamente, aunque suene a mentira logre  serguirle el ritmo, me enorgullezco a mi misma, corrimos durante una hora, claro él esta más que acostumbrado. Llegamos a su casa, mi rostro debe ser un asco, rojo y sudado, subo las escaleras dispuesta a darme una ducha, John me toma de la cintura, me abraza desde atras antes de que ingrese al baño.
-gracias por hacer esto conmigo. Deja un beso en mi coronilla. Yo sonrio, y continuo mi camino.
Pasamos toda la tarde mirando peliculas y comiendo palomitas, abrazados, no puedo pedir más, a su lado lo tengo todo. Así nos quedamos dormidos.
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Sin darnos cuenta estamos a mitad de semana, a su lado se me hacen cortas las horas, miro a mi lado John no esta, me levanto y salgo del cuarto, con el cabello alborotado, en ropa interior comienzo a bajar las escaleras.
Entro a la cocina, lo veo preparando el desayuno, me apoyo en el marco de la puerta, él esta muy concentrado no me ve, no puedo evitar sonreir al pensar en que me comere primero si a él o a la preparación Muerdo mi labio inferior, John se gira
-buenos días, tendrias que estar durmiendo Emma.
-¡perdon por arruinar tu copiada sorpresa!- bromeo.
-no es copiar, solo quiero consentirte un poco. Se acerca y deja un beso en mi frente. - y ya se que me deseas no necesitas babear- dice entre risas.
-ya quisieras- respondo. Él niega divertido.
-sientate, hoy te sirvo yo. Obedezco y tomo asiento.
John deja todo en la mesa, empezamos a deborar su preparación.
-ponte ropa comoda amor, ya nos vamos- habla él.
-¿me llevarás a hacer ejercicios?- entrecierro mis ojos. Él da una carcajada.
-Emma deja de ser tan floja- me regaña
-¡ey!, deja de llamarme asi.
-lo siento amor, solo vístete así nos vamos- Me da un corto beso en los labios y sube a cambiarse y yo lo imito.
Ya cambiados nos dirigimos al garage, John toma una bicicleta color blanca y me la alcanza, luego coje una color negra para él.
Tendre que pedalear esta cosa, ¿por que me enamore de un deportista?
-vamos Emma- dice John, no tengo salida debo seguirlo, me subo y comienzo a moverme.
Llegamos a un follaje llamado Hayedo de Montejo.
-Es un bosque de unas 250 hectáreas llenas de imponentes hayas cuyas tonalidades anaranjadas en otoño la convierten en una de las arboledas más bonitas de la región- explica John
-¡es hermoso!- exclamo -¿viniste antes?
-no, solo busque opiniones y decia eso. Yo empiezo a reir.
-eres un tierno, buscas lugares para sorprenderme- alardeo
-en realidad busco lugares para conocer yo, tu vienes porque estás ésta semana en casa- replica serio 
-¿te cuesta admitir que eres un romantico?- bromeo
-tu despertaste ese lado cursi. Ambos reimos, comenzamos a pedaliar, tenemos mucho que recorrer aún.
Después de andar alrededor de dos horas sin parar lo hacemos, dejamos las bicicletas apoyadas en un arbol y nos sentamos en el pasto. Comenzamos a beber agua.
-todo es tan diferente en tu compañia- dice John tomandome por sorpresa
-¿a que te refieres con diferente? Hago énfasis a la última palabra.
-contigo disfruto todo, incluso los momentos cotidianos, me haces vivir las experiencias de manera única, salgo a correr todos los días desde hace años, y hacerlo contigo lo hizo divertido- Me acerco a él
-tu sacas lo mejor de mi, me encanta estar a tu lado, si soy totalmente sincera tengo miedo que solo seas un sueño, y despertar...
-no soy un sueño Emma, te amo- me interrumpe. Unimos nuestros labios sellando nuestro amor, se que recordaré estas palabras el resto de mi vida. Sonrío al separarnos.
-gracias por hacerme vivir estas experiencias, te amo- digo sincera Él deja una suave caricia en mi mejilla 
-debemos seguir el camino- habla poniendose de pie, toma mi mano y me ayuda a pararme.  Tomamos nuestro medio de transporte y continuamos recorriendo el lugar.