Las horas pasan y pasan y la situación de mis padres no parece mejorar, las veces que salían del cuarto y sólo los veía al día siguiente era porque estaban trabajando en el caso, la idea de venir hasta aquí a este pueblo sólo era para trabajo.
—Aunque nunca, me hubieran dicho nada y a parte de su plan, sólo era para tenerme a salvo no ayudó de mucho, puesto que no contaban que yo tuviera un don ver espíritus.
— ¡Chris! Por aqui.
Lo sigo no tengo de otra, el oficial Lucas es realmente un encanto cuando no está molesto.
Porque cuando lo está, incluso puede llegar a dar un buen susto.
— ¡Oficial Lucas puedo hacerle una pregunta!
—Claro que dudas tienes— entramos en su despacho, y hace que me siente.
—Si tienen todo bajo control porque nunca encontraron a Miller.
—Chris no es tan fácil como aparece.
—Cómo que no es fácil sacudo el brazo de forma violenta— y brazo punza de dolor.
—Siempre eres así para todo— sonríe de manera divertida.
—No soy divertida.
Toma el algodón el alcohol, y eso de seguro me va a doler, la herida no da inicios de querer sanar y eso es preocupante.
—Claro Chris sabes algo eres muy valiente, no se como le haces para no tener miedo en una situación así—. Pone el algadon en mi brazo, y eso arde muchísimo.
— ¿Te duele?
—Por supuesto que duele.
—Esta noche te quedarás en mi casa.
—Si es seguro ¿Y si Miller aparece?
—Chris mi casa es segura y estaré contigo no tienes que tener miedo.
Quita el algodón y me relajo en la silla.
—De acuerdo— ojala no escucha voces de nuevo.