Un último bocado a la lasagna de su plato y Nuria había terminado de comer, no había hablado mucho raro sin duda, pero ver a Damián siendo atento con Valentina era algo digno de observarse en silencio; De cuando en cuando había observado a su hermano mayor brindarle discretas sonrisas tiernas a Valentina y, cada que ella se notaba distante como recordando el problema que tenía encima, Damián le acariciaba una mano y se la apretaba con un gesto casi imperceptible para cualquiera, para cualquiera que no fuera Nuria por supuesto.
Percibiendo la mirada y la sonrisa de su hermana menor Damián arqueo una ceja, conteniendo las ganas de revolear los ojos.— Nuria, aleja tus ideas románticas y bobas...— comenzó a protestar seguro de lo que ella pensaba. Valentina sonrió al escucharlo y apresuró un bocado para interceder por su amiga.
Sentada sobre sus piernas en una orilla de la cama Nuria frunció el ceño— es demasiado tarde—. Interrumpió a su hermano—. Han comenzado a salir, ahora es inevitable imaginar la boda—. Solo decir eso Valentina comenzó a toser y Damián hizo un gesto de desesperación ante la imaginación desbordada de su hermana—. la luna de miel, la casa donde los visitaré y...— se puso en pie de un salto entrelazando ambas manos frente a su boca haciendo un gesto soñador—. ¡Los sobrinos! ¡Oh, Dios quiero muchos sobrinos!— se giró a donde ellos e hizo un mohín en suplica—. ¡Muchos sobrinos por favor!— insistió dejando escapar una risa burlona al ver a Valentina sonrojada hasta las orejas y a Damián con ambas cejas arqueadas incapaz de responder.
Dejar a su hermano sin palabras era un placer que pocas veces se podía dar, así que Nuria alzó las cejas repetidas veces con aire de picardía—. Oh, vamos hermano sé que no eres célibe y, bueno Valu es muy bonita además claro que ella no puede negar que tú no estás del todo mal y...
—¡Para! Nuria, para—. Ordeno frotandose la frente como hacía siempre que Nuria lo sobrepasaba—. Eres asfixiante a veces— riño Damián con un deje de desesperación, Nuria iba a protestar burlona al notar el leve y casi imperceptible rubor en las mejillas cinceladas de su hermano, solo que el sonido del celular de Valentina llamó la atención de ambos hermanos.
El tono de llamada le anunciaba a Valentina quien era, por primera vez en su vida no sentía ánimos de responder pero consciente de la mirada de ambos hermanos sobre ella, trago saliva se removió en la orilla de la cama donde estaba sentada y alcanzó el aparato para atender la llamada.
Sus dedos juguetearon sin animarse a responder. ¿Habría más malas nuevas de las cuales enterarse? El temor la hizo palidecer. Debía responder sus padres querrían decirle algo importante, pero estaba asustada... Y lo que era peor es que sabía que Damián y Nuria la observaban. un mohín se plantó en sus labios rosas y su rostro se tornó cenizo antes de que se echará a llorar de frustración y rabia de nuevo, frente a sus ojos una mano apareció. parpadeo repetidas veces sin comprender, trataba de obligarse a responder la llamada pero flaqueaba.
— Déjame a mi— pidió de manera amable, y pese a sonar como una suave petición su voz no dejaba duda de que era más una orden. Damián era autoritario sin proponérselo. Imponía y Valentina reconoció qué parte de ese porte era lo que le atraía. Titubeó un poco, pero al ver los ojos negros de el hombre frente a ella, no dudo él jamás le haría daño, incluso antes de que fueran algo había tratado de advertirle de ayudarla a no meterse en líos y, aún cuando lo ignoraba y se metió en problemas él aparecía para ayudar a sacarla del embrollo en el que estuviera metida.
Damián cogió el celular, sin dudar atendió la llamada—. Diga— respondio alejándose un par de pasos para que las dos chicas junto a él no escucharán del todo la conversación. Su idea era mantener a Valentina lo más tranquila posible.
Nuria se acercó a su amiga, en busca de mitigar la ansiedad que sentía al ver como Valentina se quedaba de nuevo pálida atenta a lo que Damián hacia.— Mi hermano es muy inteligente, él sabrá cómo ayudar—. Susurro abrazándola por los hombros. Sonrió con tristeza porque sus palabras eran ciertas Damián era demasiado inteligente y ella lo aceptaba así como aceptaba que siempre sería opacada por él. " La maldición de ser hermano menor" pensó Nuria sintiendo a Valentina apoyar la cabeza contra su hombro.
" Soy el hermano mayor de la mejor amiga de su hija"
" Estoy al tanto de lo que sucede"
" He tomado cartas en el asunto"
" Les daré mi número para estar en contacto"
Frases vagas que Valentina escuchaba, Damián apenas y se hacía escuchar, lo hacía premeditadamente, pero saber que hablaba con sus padres la mataba de curiosidad. Aunque se alegraba de no tener que enterarse aún de lo que sucedía en casa. Sabía que su pasado no le traería nada bueno.
Cuando la llamada termino, Damián se frotó el puente de la nariz y de soslayo miró a Valentina y a Nuria atentas a él.
— sé que quieren saber, pero de momento estoy agotado—. Resopló acercándose a ellas. Sonrió con gratitud disimuladamente a su hermana y robo de su abrazo amistoso a Valentina que no opuso resistencia por el contrario se refugió en él. Era una chiquilla terca, y exasperante. Aún así se había metido dentro de su pecho y se aseguraría de no dejarla expuesta a los abusos que había padecido incluso antes de conocerse.— en casa te contare—. Aseguro.
— pero...— comenzó a protestar Valentina saliendo de su abrazo.
Él arqueo una ceja—. Tu madre teme que estés sola—. Alego él.
Valentina no pudo seguir quejándose porque a su lado Nuria aplaudió.— yo iré, pasaré la noche contigo en casa de mi hermano, cuando yo me duerma ustedes pueden...— no termino la frase pero sonrió con evidente picardía.
— este lugar es demasiado pequeño, no me apetece dormir en el suelo— señaló Damián ignorando la picardía de su hermana.— le he dicho a tu madre que pasarías la noche en casa con Nuria y conmigo—. Finalizó y su voz decía que no había réplica que valiera.
Valentina suspiro resignada su apartamento era demasiado pequeño y que sus padres temieran que estuviera sola, no significaba nada bueno—. Está mal ¿No?— pregunto sintiendo que el mundo se le venía encima. Había perdido tanto por ese error y ahora la vida y él; ese chico que le había hecho daño seguía queriendo cobrarle más.
Damián la miró pero Valentina agacho la mirada, Nuria lo veía a él expectante y preocupada. — si, está bastante mal—. No mintió, ella levantó la vista de golpe y él pudo ver en sus ojos el temor. — está mal, pero irá bien me encargaré de que así sea—. Aseguro. Un instante; ojos negros y avellana la atracción surgió y así tan pronto como sintio deseo de besarla, lo perdió al escuchar un gritito contenido y una voz entusiasta incitandolos.
— besala, hermano, besala—. Susurro Nuria, emocionada como si estuviera viendo una de sus películas románticas.
Damián revoleo los ojos apartándose de ella—. Coge algo de ropa—. Pidió tratando de ignorar a su hermana. Valentina se sonrojo pero asintió a la petición.
La risa musical de Nuria lleno el lugar y así sin más Valentina sintio desvanecerse un poco de la nube negra que se cernía sobre ella, podía sentir que aquel par de hermanos venían a ser lo que su vida necesitaba y ella pedía día a día; amor y amistad genuina.