No Eres Lo Que CreÍ

14

Un día en nuestra hora libre, caminaba con los chicos por los pasillos cuando en una esquina vimos a Vianca y su grupito molestar a otras tres chicas, nós detuvimos. Esto ya era costumbre para ellos, les encantaba hacer estas cosas y Vianca nunca salía perjudicada. Vimos a sus víctimas y las reconocimos, estaban en nuestra clase de biología, una era gordita, otra era de lentes y la otra era una morenita de rizos. Eran de los pocos que no se burlaban de nosotros porque, en palabras de ellos eran igual de "Raras e inadaptadas". Teníamos que hacer algo, ya habían roto sus trabajos y les golpeaban la cabeza mientras las insultaban. La gordita soltó algunas lágrimas y eso solo hizo que Vianca se intensificara. Nós acercamos dispuestos a tomar su lugar, pero antes de llegar un cuerpo femenino se puso en frente de las chicas y tomo las manos de Vianca. Solo vi el reflejo de su brilloso cabello y supe de quién se trataba, sí era Laura.

–¿No te cansas de meterte en problemas, nueva? –preguntó Vianca soltando su mano bruscamente.

–¿Y tú no te cansas de causarlos? ¿Por qué demonios las molestas si no te han hecho nada? –dijo sin alterarse.

–No es asunto tuyo ¡apártate! –dijo Vianca.

–No lo haré, ya te divertiste así que déjalas en paz. Chicas recojan sus cosas –dijo Laura dirigiéndose a las que defendía al final y estas la obedecieron.

–Laura, estás sola. Aquí no está Liam o nadie para defenderte –amenazó Vianca pues en número superaban a Laura.

–¿Acaso alguna vez he necesitado eso? No soy como tú que te metes en peleas porque sabes que tienes a esas grillas detrás para meterse. Tú lo has dicho, soy la nueva. Aquí estoy sola –dijo Laura y tenía razón, pero no del todo.

–No, no lo estás –dijimos David y yo al mismo tiempo y fuimos a ponernos a su lado. En un abrir y cerrar de ojos, también se nós había unido Ángel y Mark. Laura nós miró y nós regaló una hermosa sonrisa pero Vianca nós dio una mirada de odio a todos.

–Que conmovedor –dijo con su sonrisa siniestra –Si esta es tu compañía, eres igual de patética que ellos- pronunció con asco.

–Tal vez lo sea, o tal vez soy aun peor –dijo Laura sonriendo, nosotros empezamos a ayudar a las chicas de atrás a recoger sus cosas. Una vez listo, Laura dijo –Se acabo por hoy, nos vemos Vianca –dijo con fingida amabilidad y empezamos a irnos.

–Te vas porque eres una cobarde –gritó Vianca a nuestra espalda.

–No, me voy porque no tiene sentido romperte la boca otra vez –dijo Laura sin voltear, seguimos caminando pero de repente Laura desapareció de mi lado. Me volteé, Vianca la había jalado de su cabello y la tenía con su espalda contra su pecho.

–¿Que has dicho? –preguntó Vianca sonriendo por haber agarrado a Laura de espaldas, íbamos a intervenir pero Laura nós detuvo con un gesto de su mano.

–He dicho que no tenía sentido romperte la boca otra vez –dijo Laura riendo –pero ahora sí –borró su sonrisa e igual de rápido se giró golpeandole la cara a Vianca y esta la soltó retrocediendo. Una de sus amigas fue hasta Laura pero ella le dió un fuerte rodillazo en el estómago y la última lo intentó también, pero antes de si quiera tocarla Laura le dió un golpe en su mejilla. Las tres habían retrocedido. Pero Vianca se recuperó rápido y tomó a Laura de un brazo.

–Vamos a la dirección ¡Haré que mi padre te expulse de esta escuela! Le diré que me has golpeado y te aseguro que ninguna de esas ratas se meterá a defenderte –amenazó Vianca.

–Oh, vamos con él entonces. Quiero ver su reacción al enterarse que su hija folla con los jugadores de fútbol en las regaderas –dijo Laura tranquila, susurro lo último pero los que escuchamos contuvimos el aliento. Vianca palideció y la soltó.

–No sé de que hablas –se hizo la tonta.

–¿Te lo muestro? –dijo Laura sacando su celular y agitandolo en sus narices.

–¿Tú cómo demonios sabes eso? –preguntó Vianca acorralada.

–Cariño, todos aquí lo saben. Pero nadie había querido decírtelo. Piensa que tanto lo habrás hecho como para que la nueva se enterara –Vianca se quedó sin habla, vio a su alrededor y lo confirmo. Si, todos lo sabíamos –¿Supongo que ya no iremos con tu padre o sí? –se quedó callada –Eso pensé –dijo Laura dando media vuelta marchándose de ahí.

Definitivamente, esta chica era de cuidado.

 




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