El humo se unía con la lluvia en una extraña y odiosa combinación, Hanna corría apresuradamente hacia la columna de humo mientras un extraño olor húmedo creado gracias a la lluvia invadía sus sentidos, aquella lluvia que disminuía su ritmo con cada segundo dando paso a la luz del sol.
Mientras Hanna se dirigía hacia el origen de la explosión, Alicia recuperaba la conciencia y el doctor las fuerzas, ambos pudieron como Hanna corría con lágrimas de desesperanza hacia la escena tan trágica, ambos solo se pudieron resignar a lo que era lógico, a la par de intentar comprender, no sólo lo que ocurría si no también el dolor que sentía aquella muchacha.
Hanna no pensó dos veces para meterse en la profunda niebla, adentrándose pronto en un mundo gris, donde por más que intentará aquel humo no se esparcía, así que resignada empezó a buscar desesperadamente al hombre responsable de sus lágrimas.
—¡Armando!, donde estas…. —decía la muchacha mientras movía sus manos con la esperanza de encontrar a la persona que amaba.
La niebla comenzaba a desaparecer, permitiendo que Hanna encontrará a Armando, su pobre corazón se encogió cuando vio el cuerpo del muchacho, afortunadamente se mantenía en una sola pieza, aunque estaba cubierto de quemaduras muy profundas y horribles, la ropa y el cabello había desaparecido, al igual que gran parte de la piel, por último, todo su cuerpo estaba extremadamente reseco, algo desagradable a la vista pues cualquiera que no fuera Hanna hubiera vomitado al ver semejante escena.
Hanna comenzó a llorar desconsoladamente, tan fuerte que penetraba en las almas que pudieran escucharlo, algo que realmente destrozaba el corazón de las personas.
Poco a poco el humo tan gigantesco comenzó a desaparecer por completo, dejando ver a una Hanna cargando con el cuerpo quemado de Armando. A pesar de que la lluvia había parado el cielo permanecía en un color gris, no parecía rendirse ante la insistencia del sol.
—imposible…. —se escuchó decir a Dalton cuando vio el cuerpo de su único amigo, Alicia también comenzó su llanto una vez tuvo los ojos cerrados, no podía soportar ver a Armando en ese estado, por parte del doctor quien resistía ver el cuerpo del muchacho aunque no pudo resistir el llanto que vino en forma silenciosa— ¡¡¡es imposible!!! —grito Dalton— no puede morir, no puede…morir —continuo con una tristeza robótica mientras intentaba analizar todo lo que era posible, desde la probabilidad de morir a causa de un rayo, hasta los más diminutos signos vitales de Armando, al final tuvo que resignarse, era claro que aunque hubiera sobrevivido a la gigantesca descarga eléctrica del rayo, la explosión de la MCV lo hubiera matado.
—tuvo suerte de permanecer unido, con una explosión así, debería…—explicaba el doctor con gran tristeza, de pronto ocurrió algo que desconcertó a todos pues de entre el humo, una persona salió con mirada expectante, era Roberto quien había perdido el brazo, parte de la cara y una pierna, la otra restante estaba cubierta de quemaduras horribles al igual que su rostro, parecía un muerto viviente.
—¡¡¿¿Roberto??!! —grito Dalton a través de los lentes, Roberto al ver aquello inmediatamente salió a correr hacia la selva, Dalton quiso ir tras el, pero el doctor se lo impidió— iré yo………me corresponde hacerlo —dijo levantando una pistola en señal de que terminaría con la vida del hombre que alguna vez llamó amigo.
Sin decir nada más, se adentró en la selva y a medida que corría intentado no caerse a causa del terreno y la flora, pudo escuchar un grito de dolor de Roberto, al llegar vio que el hombre se había roto la pierna que apenas si le servía.
—espera…. —suplico Roberto, mientras trataba de soportar el dolor, también intentaba colocársela en su lugar—¿quién eres? —pregunto extrañado el hombre mientras terminaba de acomodarse su pierna, su estado era de lo más lamentable— ¿eres doctor? —pregunto una vez más Roberto al mirar fijamente la ropa del doctor—¿Roberto? —inquirió el doctor al ver que sus reacciones del antiguo demente eran sinceras, algo le estaba pasando al hombre— ¿quién es Roberto? —preguntó la misma persona, tal parece que perdía la memoria— Hombre afortunado, ¿estas perdiendo la memoria a causa de la explosión? —pregunto el doctor, quien ya había descubierto lo que pasaba. Roberto solo se limitaba a observar lleno de miedo como el hombre frente a él le apuntaba con un arma, algo que jamás hubiera pasado horas antes— está bien……está bien —anuncio el doctor mientras guardaba su arma, también le hacía señales al confundido Roberto para que se acercará, el cual obedeció casi al instante y mientras se acercaba como un animal que fue maltratado, el doctor Laurence sacó una jeringa de su bata e inmediatamente se la inyectó a Roberto, este último se desoriento enseguida dando vueltas sobre sí mismo. En eso el doctor se acercó y antes de empujarlo cuesta abajo le dijo: — huye, maldito desgraciado —cuando su frase terminó, empujó a Roberto quien empezó a gritar como un niño pequeño, luego el doctor dio tres disparos a la tierra para luego irse del lugar con una extraña sonrisa en su rostro.
—¿lo hizo? —preguntó Dalton al ver salir al doctor de entre la hierba, el doctor sólo afirmó con la cabeza.
—¿y eso que? —dijo Hanna con una mirada sumamente vacía— Armando sigue muerto… ¡muerto! —continuo la muchacha, mientras derramaba lágrimas sobre el cuerpo cubierto de tierra de Armando— Hanna, escúchame —ordenó el doctor mientras agarraba los hombres de la desconsolada Hanna— la máquina……. Hanna, la maquina —continuo el doctor con ternura, Hanna levantó la mirada al escuchar aquello, estaba a punto de hablar pero fue interrumpida por Alicia— pero la máquina fue destruida —aclaro Alicia mientras señalaba la persistente los restos cubiertos de tierra y sangre— sí, así es, esa máquina quedó destruida… —aclaro el doctor— pero no su idea, Hanna es el producto de la MCV, es la prueba viva de que la máquina puede crear humanos, y luego está Dalton, él es el único que sabe cómo construir el reloj y es la parte viviente de todos los recuerdos de Armando, ya descubrimos que la mente y sus recuerdos se pueden transmitir, si logramos crear… —explicaba muy emocionado el doctor hasta que fue interrumpido por Dalton— pero se necesita la gema……… —aclaro, mientras la mirada esperanzadora de Hanna incrementaba— es verdad, se necesita la gema, pero apuesto a qué es lo único que se mantuvo intacto —afirmó el doctor mientras señalaba el lugar de la explosión— aunque eso fuera verdad, recuerda que sólo Armando podía tocarla, cualquier otro, sea maquina o humano moriría, jamás guardamos algo de su sangre, ¿Cómo planeas….? —pregunto Dalton un tanto esperanzado— ohh, pero existe una persona que puede tocarla, la única persona en el mundo que tiene linaje azul…. —aclaro el doctor mirando fijamente a Hanna— es peligroso, no hay garantía de que funcione, nada asegura que su sangre, sea pura —interrumpió Dalton rompiendo el contacto visual del doctor.