No fue otra noche loca

Capítulo Seis

No debía reír, era una situación algo seria, pero realmente no podía creer lo que mi madre decía ¿Yo, el primer amor de ese loco?

— Creo que estas exagerando, dudo mucho que eso sea cierto—dije sacándome mi maleta. Era hora de empacar antes que se arrepintiera.

Mi madre me miraba con atención.

— Si no me crees deberíamos corroborarlo y preguntarle directamente a Laín.

— Mamá ¿Acaso escuché bien? —pregunté incrédula— Si mal no recuerdo tú fuiste la que me alejó de él, parte de la culpa de B es que estoy aquí y por su novia psicópata, ahora me dices que fui su primer amor y que hay que reunirnos con Laín para que lo corrobore. Un amor de niños...

— Se lo que dije, pero ya te mencioné que me dejé influenciar. Además, la culpa es solo tuya no de terceras personas, por tus acciones y decisiones es que estás aquí—dijo acercándose mientras me detenía para que no siguiera empacando— Volvió a buscarte después de todos estos meses, creo que realmente le importas, Sofí.

Doblé otra blusa mientras negaba con la cabeza.

— No le intereso, el hace lo mismo con todas las chicas ¿Sabías que su ex y él se conocieron aquí?

— No sabía eso, pero ¿qué tiene que ver?

— Pues que nadie es especial para él, nadie le importa y parece que las chicas son solo un juego...

— Disculpa que me meta en donde no me concierne—dijo Carolina interrumpiendo—. En primera estoy segura de que quién te dijo eso fue Eros y no creo que estés tonta de creerle a un tipo como él. En segundo, Laín se ve que te quiere, parece enamorado de ti...

— Caro, creo que acordamos no meternos en nuestras vidas personales y no creo que entiendas realmente lo que esta sucediendo aquí. —respondí sonriéndole con amabilidad.

Ella asintió, las tres permanecimos en silencio unos minutos, faltaban pocas prendas que guardas. Mi madre se levantó buscando algo

— Sabes que...acabemos de una vez con esto—dijo sacando su celular del bolso.

— ¿Qué vas a hacer? —pregunté mirándola con curiosidad.

— Ya lo verás—respondió mientras tecleaba sin parar. Caro y yo nos miramos sin entender—. Listo, saldremos a dar un paseo—sonrió guardándolo de nuevo.

Se levantó de la cama y la seguí hasta la puerta, Caro se me pegó preguntándome en voz baja si podía ir con nosotras. Cuando mi madre abrió la puerta Eros estaba afuera parado vigilando, miró a mi madre luego a mí.

— Señora, ¿usted como entró? ¿Y a donde creen que van? —preguntó en tono golpeado.

— Perdona, pero a ti que te importa. —respondió mi mamá.

— Señora, lo lamento, pero hay reglas...

— Una de las reglas es que nada de hombres en los dormitorios ¿Tú que estás haciendo aquí entonces?

Eros le sonrió amablemente, aunque más parecía una mueca de disgusto.

— Creo que Laura le contactó y explicó la situación.

Mi madre negó.

— No tengo ni la menor idea de que estas hablando, además no tengo que darte explicaciones a ti, con tu permiso—dijo tomándome de la muñeca y caminando por el pasillo.

Eros me sostuvo del otro brazo impidiendo que mi madre avanzara.

— Señora, mientras no este Laura yo tengo la autoridad...

¿Recuerdan los consejos? Bueno, va otro a la lista. Consejo x: No te metas en los asuntos de una madre enojada.

— Suelta a mi hija—dijo interrumpiendo.

— Lo siento no pued...

Y así en ese preciso momento mi madre agarró a bolsazos a Eros.

— No toques a mi hija—con cada palabra era un bolsazo más. Eros no tuvo mas remedio que soltarme. Indignado y molesto vio como nos alejábamos.

A lo lejos pude escuchar como Carolina se empezaba a reír.

Caminamos hasta llegas al portón principal, los guardias extrañamente no dijeron nada, al contrario, le sonreían a mi mamá.

Nos subimos al carro y mi madre arrancó.

— ¿A dónde vamos? —pregunté.

— Vamos a cenar—respondió sonriendo.

Aprovechando el momento hablé de nuevo.

— ¿Entonces...ya puedo regresar mañana a casa?

— No, lo siento Sofí. Tendrás que aguantar unos días más.

— ¿Por qué? —pregunté exaltada.

Es complicado de explicar, solo espera un poco.

Con eso bastó para que el resto del camino permaneciéramos calladas.

Observé el camino, extrañaba ver el mundo exterior de esta manera. Pasamos unas cuantas calles y nos estacionamos. Para mi sorpresa Laín estaba en el lugar. Nos miramos y noté que no me esperaba, me giré hacia mi madre.

— ¿Qué está pasando aquí?

Mi madre se acercó hacia mí y le pidió a B que reuniera con nosotros.

— En este preciso momento Laín te contará todo, y se encargará de aclararnos las verdaderas intenciones que tiene contigo. . 

 



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En el texto hay: romance, romance drama humor

Editado: 28.01.2022

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