Tania se puso de pie nuevamente unas horas después con los ojos irritados de tanto llorar y todas las extremidades al borde del colapso… Todo lo que hace tanto se había vuelto obligada a pasar volvía de golpe.
Todos los golpes.
Insultos.
Todo el odio hacia ella misma y hacia el resto volvía.
En su cabeza retorcida se volvían a repetir las imágenes de todas las cortadas y heridas que ella se hizo.
Que Namjoon le causo.
A pesar de ya haber dejado bien atrás esa época oscura aun sufría por ello, aun dolía recordar todo lo que ahora la conformaba.
Namjoon entró rendido a la casa, por más que intentara los chicos ya no le daban la atención necesaria eso sin mencionar que la empresa se había enterado de sus antecedentes de la secundaria y por lo tanto del problema que tuvo años atrás con la Tania, se quitó la mascarilla y el abrigo para luego subir rápidamente a su habitación encontrándose con una gran sorpresa.
Todas sus cosas se encontraban ya en maletas al exterior de su habitación junto a una carta.
Sintiéndose entre confundido y alarmado dejo sus cosas en el perchero que colgaba junto a la puerta y se dispuso a tomar la carta entre sus manos y leerla.
“Estimado Sr, Kim Namjoon.
En la presente me doy el derecho a informarle en la presente obre su renuncia y despido de la empresa… Junto al archivo que le será entregado en las centrales se les pagara su ultimo tiquet siendo parte de la empresa y luego se desalojara de esta definitivamente”
Sus ojos se llenaron de asombro y con destellos de dolor tomo sus maletas y los abrigos para luego volver a la planta de abajo e irse de ahí.
Al llegar a la calle miro con pesar la casa donde ya hace rato vivía con los chicos.
Con quienes el consideraba su única familia.
Aah, vaya giro drástico el que le dio la vida.
Después de cuatro años de relativa calma ella volvía a su vida y como siempre lo cambiaba todo, era la única persona en su mundo capaz de hacerle eso.
Luego esa ridiculez de que ella estaba esperando un hijo que es de él, ¿Cómo era eso posible?
Y esa mamada de que se le haya ocurrido declararse.
¡!VAYA QUE ERA UN IDIOTA¡¡
Y ahora… Ahora lo votaban de su trabajo y casa.
¿Y ara que haría?
¿Dónde se quedaría?
¿De qué viviría?
Rendido bajo su cabeza apenado y se encamino por las vacías y crueles calles de Seúl.