Capítulo 3 Era algo que tenía que pasar

Capitulo 3 Era algo que tenía que pasar

5 de septiembre del 2018

Alexandra en un principio no había estado segura de querer compartir todo un año de trabajo con Henry Daltod, y ese sentimiento se volvió más certero luego de haberlo escuchado hablar con su maestra para un cambio de pareja, al principio le pareció una molestia absurda pero luego de reflexionarlo una y otra vez se había dado cuenta que durante todo el tiempo que habían pasado juntos a lo largo de su vida él siempre había tratado de tener el menor contacto social con ella, y las razones hasta ese día habían seguido siendo desconocidas. Ahora allí estaba, sentada frente a él en la biblioteca luego de las clases para preparar el principio de su proyecto, ambos aún no habían tocado el tema de cómo iban a dividirse el trabajo ya que Alexandra casi podía asegurar que la idea de Henry era que cada uno hiciera su parte y que en algún momento del año se reunirían fugazmente solo para cuadrar detalles y presentarlo todo, ese fue su pensamiento inicial hasta que Henry habló.

-Bueno, podemos reunirnos dentro de una semana para hablar sobre qué ideas tenemos de nuestro proyecto personal y el cómo podemos combinarlos para presentar el ensayo.

-¿Dentro de una semana?-preguntó confundida-¿No es demasiado pronto?

-Por supuesto que no, si queremos que esto quede perfecto debemos reunirnos cuantas veces podamos-contesto Henry mientras comenzaba a guardar sus cosas en su mochila-¿A no ser que esperabas que cada uno hiciera su parte y lo juntáramos todo al final?

"si" pensó.

-No, claro que no-sonrío de boca cerrada y entrelazó sus manos para luego recargarlas en la mesa-entonces nos vemos en una semana.

-¿No vas a ir a la fiesta de Max esta tarde?-preguntó Henry mientras se levantaba y recogía su mochila de la mesa.

-Cierto- asintió varias veces y recordó al pequeño niño que la llamaba tía desde hace algunos años atrás cuando había comenzado a hablar. Siempre que pensaba en Max recordaba a su hermano mayor Rodrick, en cómo todos hasta ese día habían podido guardar el secreto de que este tenía un hijo con su ex novia Neira, que resultaba ser la tía de Henry y Kendall. Alexandra desde un principio había querido ser honesta con su hermano pero también sabía que no era su responsabilidad decirle puesto que el asunto sólo podía ser llevado por Neira y él. Habían pasado casi  6 años desde que Rodrick había aceptado dirigir las oficinas Warlock Corporation en Europa las cuales se encargaba en especifico de la producción de piezas de maquinaria para fábricas textiles en todo el mundo, a diferencia de la de Estados Unidos que esa se encargaba de la construcción de bienes raíces y la compra y venta de acciones en el mundo de la tecnología así que el trabajo día con día era más y más demandante pero al final todo era un conjunto de empresas que creaban a la corporación, en donde también entraba la familia Daltod ya que esta contaba con el financiamiento y el servicio de dar absolutamente todos los seguros a todas las empresas que pertenecían a la corporación, ya que con tanto dinero en juego no estaba de más estar preparado para cualquier acontecimiento que pudiera llevar a todos a la bancarrota.

Lo único que más preocupaba Alexandra era la reacción de su hermano al saber que mientras él estaba recorriendo todo Europa trabajando e intentando construir un imperio, la mujer que alguna vez fue su vida estaba intentando criar a un niño ella sola y conociendo el carácter de su hermano toda la situación lo iba a poner como loco pero eso era algo de lo que no tendrían que preocuparse todavía.

-Nos vemos allí entonces.

-Adiós-Henry colocó la silla en su lugar y se dirigió a la salida de la biblioteca, mientras Alex lo veía perderse entre las mesas de la enorme biblioteca pensando cómo iba a lograr sobrellevar ese año conviviendo mas de la cuenta con él.

La familia Daltod siempre se había caracterizado por dar las mejores fiestas, y en este caso no había sido la excepción, ya que tanto la familia Daltod como los Warlock estaban celebrando un año más de vida del pequeño niño que había juntado a ambas familias más allá de los negocios. Los abuelos Daltod habían decidido que no habría mejor lugar para celebrar que el enorme jardín que se situaba detrás de la mansión, en donde todo fue decorado con globos de helio de colores amarillo y verde, un letrero de Feliz cumpleaños pegado a una pared de madera enorme frente a la piscina en donde había varias pelotas de playa para los pequeños, varias mesas se colocaron en todo el jardín decoradas con los colores de la fiesta, pero lo que más resaltaba era la enorme mesa de dulces colocada en el centro de todo para que cualquiera que quisiera disfrutar de los manjares y dulces más finos pudiera tener la posibilidad muy cerca de poder comerlos, habían desde postres minuciosamente decorados hasta una fuente de chocolate con platos de fruta alrededor.

Varias familias habían empezado a llegar, y poco a poco todo el lugar empezó a llenarse de risas y gritos de pequeños que jugaban y se divertían. Justo en la enorme reja de la  entrada se tuvo que colocar a un equipo de seguridad para que ningún paparazzi o aquel que no estuviera invitado pudiera entrar, ya que hoy en día las revistas y los sitios web peleaban por tener una exclusiva de las familias más adineradas de EUA. 

La camioneta de los Warlock tardó casi 10 minutos en poder pasar el tumulto de paparazzis que se arremolinaba en la gran reja, para por fin poder adentrarse por el camino que llegaba a la mansión Daltod. Cuando por fin pudieron estacionarse, el chofer abrió una de las puertas de atrás para que la familia Warlock pudiera bajar.

-Cada vez que Max cumple años siento que me vuelvo más viejo-comentó el padre de Alex mientras se acomodaba el saco y ayudaba a su esposa a bajar.