No le creas a una rubia

Capítulo 8 ¿Nuevos amigos?

26 de septiembre del 2018

 

 

La biblioteca se encontraba vacía, dado que era muy temprano para que algún alumno pudiera querer estar ahí pero por precaución Ryan y Alex se habían sentado en un lugar bastante escondido entre los libreros. La biblioteca de Seattle Elite tenía fama de ser un lugar con una gran variedad de libros, a diferencia de otros colegios, ya que tenía ediciones desde hacía más de 200 años guardados de manera que muy pocos pudieran tener el privilegio de ver además que contaba con libros de distintos idiomas en los que resaltaban el español, inglés, alemán, italiano, chino y hasta ruso. 

Gracias a que contaba  con tantos libros su tamaño era bastante grande, resaltaba por su diseño barroco en muebles y techos, con tres grandes ventanales dispersos en la pared izquierda con vista al invernadero y a la piscina. Contaba con desniveles en las otras dos paredes, aparte de donde se entraba, que se subía por una escalera de caracol de madera para llegar a los demás libreros.

-No entiendo porque tuvimos que levantarnos tan temprano-objetó Ryan en tono cansado recargando su cabeza en el librero detrás de él, con las piernas extendidas.

 

-Porque hoy tienes práctica de fútbol americano luego de las clases, además de que me dijiste repetidas veces que no querías que nadie se enterara que te estaba ayudando con las clases-contestó Alex sin despegar la mirada del libro de historia que tenía recargado en su piernas cruzadas frente a Ryan.

 

-Ya estoy arrepintiéndome de esto-confesó Ryan.

 

-Esta es la segunda vez que nos reunimos-y hubiera sido la última sino fuera porque Kendall le dijo que todo tenía que seguir como si nada, ademas que le había dicho que Ryan había intentado por lo menos un poco frenar la decisión de Henry pero que al final, y como siempre, había sido persuadido fácilmente.

 

-Pues no sé si...

 

-Hola, Lara-saludó Alex a una chica que iba pasando cerca de ellos en el pasillo principal.

 

La chica se giró buscando a aquella voz que había pronunciado su nombre, encontrándose con Alexandra Warlock sentada en el suelo entre dos libreros justo enfrente de Ryan Tate, uno de los chicos más populares del Seattle Elite.

 

-Hola, Alex-contestó un tanto confundida por verlos a ambos tan temprano en la biblioteca, y solo los dos-¿Qué haces tan temprano aquí?

 

-¡Ya vez, no soy el único que piensa que es muy temprano!-exclamo Ryan.

 

Alex lo miro amenazante, fastidiada también por su compartimiento tan infantil dado que ella no tenía porque estarle haciendo favores a nadie.

 

-Ryan, cállate o está será la última vez que te ayudo-lo amenazó, haciendo que el chico cerrara la boca abruptamente por el cambio de actitud de la rubia-¿Y tú qué haces, Lara?

 

-Pues vine a hacer un trabajo a las computadoras-contestó un tanto cansada Lara, a causa de que había llegado desde mucho tiempo atrás de Ryan y Alex.

 

-¿No tienes computadora en tu casa?-Ryan la miro interrogante, no pensando que su pregunta estuviera poco acertada.

 

-No, no tengo-contesto Lara, mirando de manera fugaz a Ryan.

 

-Que raro, porque...

 

-Ya me tengo que ir-interrumpió Lara con rapidez-nos vemos luego, Alex.

 

Alex asintió dirigiéndole una sonrisa de despedida a la chica, cuando esta se perdió de su campo de visión miro a Ryan con desaprobación.

 

-¿Por qué me miras como si hubiera dicho algo malo?

 

-Porque dijiste algo malo-Ryan la miro sin comprender-No tenias porque preguntarle si no tenía computadora en su casa.

 

-Yo no le veo lo malo a eso, fue una simple pregunta.¿Cómo iba yo a saber que no tenía computadora?

 

Alex lo miro distraída, analizando la situación.

 

-Pues es cierto, pero...

 

-Todo el mundo tiene computadoras.

 

-No todo el mundo tiene computadoras, Ryan-puntualizó Alex.

 

-Pues los que estamos en el Seattle Elite, si-contestó Ryan de manera franca.

 

-No todos, ¿Si sabes que algunos son becados?-indagó Alex, dándose cuenta de algo que al principio le había parecido muy absurdo de pensar pero tratándose de Ryan, nada podía echarse a saco roto-Ósea no por eso significa que no tengan computadoras, pero la mayoría de ellos no tienen las mismas facilidades de conseguir ciertas cosas y como tu o como yo.

 

-Pues si, pero no pensé que algunos no tuvieran computadora-admitió Ryan-a todas las personas que conozco tienen una computadora.

 

-La mayoría de las personas que conoces pueden comprar una computadora diferente cada vez que quieran-aseguro Alex-algunos hasta son dueños de empresas que hacen computadoras.

 

-No puedes culparme por juntarme con personas que tiene dinero-alegó Ryan.

 

-No te culpo de juntarte con personas que tienen dinero, porque yo también lo hago-Alex miro a Ryan de manera comprensiva-pero también no todos contamos con las mismas posibilidades. A veces no nos damos cuenta qué hay personas muy cerca de nosotros que no pueden tener las mismas cosas que nosotros si, desde la señora que te tiende la cama todos los días hasta de la chica que estudia contigo. Solo hay que ser más comprensivos en eso, y ser más conscientes de lo que nos rodea.

 

-Nunca lo había visto de esa manera-reveló Ryan, mirando a Alex con vergüenza- Lo siento.

 

-No tienes porque disculparte, la ignorancia no siempre tiene que ser mala pero hay que saber también que tanto podemos afectar a otras personas si no sabemos lo que sucede a nuestro alrededor.

 

Ryan guardó silencio y se quedó pensativo unos segundos. A lo largo de su vida había vivido rodeado de lujos y posibilidades en la palma de su mano, nunca se había tenido que preocupar por la comida o por la ropa que usaba, ni siquiera por saber quién recogía sus cosas cuando él las había dejado desordenadas. Había vivido dentro de una burbuja por tanto tiempo, ignorante qué hay un mundo más allá del suyo. 



#33248 en Novela romántica

En el texto hay: novelajuvenil, apuesta, amor

Editado: 09.08.2020

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