XII. La Vida Siempre Está Acompañada De La Muerte.

 Un par de patadas resonaron en la habitación lo cual cambió el foco de atención, la tercera patada abrió la puerta dejando ver a un muy enojado Chad, el resto de los hombres que lo acompañaban entraron e inmovilizaron a los hombres que estaban en el interior.

—¿Morell? —se acercó a ella pero Morell no se inmutó, Chad miró la gran cantidad de sangre que provenía de ella—¡que alguien venga a quí!.

 Un par de hombres corrieron hacia ella y comenzaron una revisión rápidamente, Chad se dirigió hacia donde tenían a los custodios inmovilizados, luego de golpearlos fuertemente ordenó que los torturaran hasta matarlos, estaba conteniendo las ganas de explotar todo el lugar; Morell estaba pálida, estaba ¿muerta? No, eso no podía ser, aquello derrumbaría Chad con toda seguridad.

 —Señor, la bala está en el pulmón; si queremos salvarla tendremos que correr —informó uno de los que la estaba revisando.

—Entonces ¿qué están haciendo aquí? —trató de ocultar el alivio que aquello le generaba— llévenla a mi auto, nos vamos ahora mismo y que los demás se encarguen de todo este sitio.

 Uno de ellos la tomó en brazos y salieron corriendo seguidos de Chad; describir la forma en la que manejó el hombre sería complicado, sin embargo, lo más parecido sería compararlo con una montaña rusa, a tal punto de que si Morell estuviese despierta la mataría el susto y no la herida.

—Uno de ustedes que estacione el auto, yo la llevaré con el doctor —ordenó cuando frenó frente a la mejor clínica de la ciudad.

 Bajó del auto y la llevó a toda velocidad al interior, los doctores se la llevaron para tratar de salvarla, Chad pagó por adelantado todos los gastos (para que ella no pudiese pagarlos al despertar), estuvo sentado en la sala de espera por mucho tiempo y aunque sus hombres estaban caminando de un lado a otro notablemente preocupados, él por alguna razón estaba calmado, Morell salió de la operación cuatro horas después.......

—¿Es usted familiar de la paciente? —preguntó el doctor al ver que ellos eran los únicos en la sala de espera; Chad asintió al instante— la paciente resistió la operación con éxito, hemos tenido una pequeña complicación debido a que la bala estuvo a pocos milímetros de impactar en el corazón de la paciente, por suerte no hubo daños graves en las arterias cerca del órgano, y a pesar de la dificultad hemos conseguido repararlo con éxito, todo estará bien desde ahora; su condición es muy estable, es una mujer muy saludable, sin embargo, me gustaría tenerla en observación en los días siguientes para darle continuación al tratamiento.

—Gracias, doctor, es usted excelente en su trabajo —el doctor, se retiró con una sonrisa en el rostro— creo debería llamar a Irina —pensó al asegurarse de que ella estaba completamente bien.

—¿Hola, jefe? —su voz delataba que había llorado por mucho tiempo— Mi esposo dijo que no......

—Morell estará bien, la encontramos a tiempo, pero salió herida, estamos en la clínica, estuvo unas horas en el quirófano —Irina volvió a llorar, pero esta vez se notaba que estaba aliviada— el doctor salió hace un momento y dijo que ya está estable, puedes venir cuando quieras, arreglaré todo para que te dejen verla.

—¡Gracias!, Muchas gracias, de verdad gracias, jefe Davies, usted es el único que es capaz de hacer algo así, de verdad le agradezco que cuide a mi amiga —estaba feliz, y mucho más aliviada, aunque había salido herida lo importante es que ahora estaba segura en una clínica.

 Al mediodía aparecieron Irina y Hunter; ella corrió a la habitación donde tenían a Morell aunque aún estaba dormida y ellos se quedaron afuera, el instinto policiaco de Hunter trataba de entender qué era lo que había pasado con toda la situación.

—Señor Davies.......

—Llámeme Chad, por favor —él sabía que ahora venían las preguntas, pero no estaba de humor para eso— en cuanto a las preguntas que estoy seguro que desea hacer, no es un buen momento para ellas.

—Entiendo, me disculpo por la intromisión —respondió cortésmente mientras su cerebro razonaba de manera racional, era obvio que nadie quiere responder preguntas mientras su pareja está inconsciente en una habitación de una clínica.

—Sin embargo, debe saber que pagué los millones que solicitaron los secuestradores —mintió, pero lo dijo con tanta seguridad que cualquiera le creería— por eso conseguí salvarla, pero se me indicó que no debía decirle nada a la policía y así lo hice........ me disculpo por no informarle sobre lo ocurrido en el momento.

—Puede estar tranquilo, no hizo nada malo —respondió Hunter quien había creído cada palabra de él.

 Irina se negó a irse hasta que Morell abrió los ojos, parecía estar perdida y no hablaba, estuvo así por un breve tiempo hasta que pareció reconocer el sitio donde estaba, luego de eso sólo miraba a su amiga con una sonrisa en el rostro para calmarla, pero ella simplemente no dejaba de llorar.

—¿Todo está bien por aquí? —preguntó Chad al entrar en la habitación con un par de vasos, probablemente llenos de café— Me alegra que hayas despertado —dijo para luego acariciar la mejilla de ella con dulzura.

 Morell extendió un poco las manos hasta donde sus fuerzas le permitieron y él la abrazó al interpretar la mirada suplicante de ella, su interior se sintió cálido y sintió ganas de llorar al caer en cuenta que una bala estuvo a milímetros de privarlo de verla en el futuro, quería abrazarla fuerte, tan fuerte como sus fuerzas le permitieran, pero su cerebro le recordó que estaba recién operada.

—Yo también te amo —susurró al oído de él suavemente haciendo que Chad contuviera el aliento.

—Morell...... creí que te perdería —le dió un par de besos en los labios.

—No puedo dejarte solo, no quiero que hagas nada que atente contra tu salud —ella recordó las palabras de William el día en el que se encontraron en el centro comercial.