// Narra Lilly //
Eran las 6:50 de la tarde, ya me encontraba arreglada para la soñada invitación de Nathaniel Andrade, me había colocado un vestido de Jean que resaltaba bastante mis hermosas curvas al igual que mi esbelta figura, juntos con unos zapatos de color blanco con listones dorados en sus orillas, me había decidido aplicar levemente un poco de maquillaje, acompañado de una loción deliciosa, además de tener mi cabello suelto.
Al marcar las 7:00 ni un minuto más ni un minuto menos, escuche como un automóvil estacionaba frente mi casa, mi manos empezaron a temblar que al escuchar el timbre sentía como mi corazón quería salir de su sitio, por lo que solo solté un leve suspiro tranquilizándome poco a poco, mientras así encaminarme a la puerta y abrir de esta encontrándome con un apuesto chico frente de mí, una sonrisa se formó en mi rostro al igual que en el de él, realmente Nathaniel se veía estupendo y muy guapo con ese jean apretado, camisa de color negro junto a una chaqueta de cuero.
—. Wau que hermosa te ves con ese vestido que te resalta las curvas.
Su sonrisa amplia fue recibida con una leve coloración en mis mejillas por aquel halago.
—. Señorita Lilly espero disfrute de esta gran noche para que la luna sienta envidia de su belleza.
—. Pero que galán es usted señorito Nathaniel, aunque si yo estoy hermosa como usted dice, tú no te quedas atrás te ves extremadamente guapo y en ese caso la luna nos ha de envidiar a ambos.
Solté una leve risita de nerviosismo sintiendo como mis mejillas levemente tomaban ese color rojizo de manera más potente, para tomar su mano y dirigirnos por fin al auto donde después de subir inmediatamente nos dirigimos al centro comercial para ir a las salas de cine viendo que solo había películas de acción y una de terror así que sin pensarlo dos veces tomé del brazo a Nathaniel para señalarle la cartelera.
—. Veamos esta se ve interesante.
—. ¿No te dará miedo? Es una de las películas que están en tendencia #1 actualmente en el género de terror.
—. Por eso es que te digo que se ve interesante, además si me asusto… ¿Puedo abrazarte o te negarías ante ello?
Sonreí bajando mi mirada levemente en espera de su respuesta, por un momento pensé que sonaría como una lanzada, pero realmente quería abrazarlo y sentirlo cerca aunque fuese solo una broma quería sentirme con esa importancia que Kennta resalta en mí, esas palabras que dijo sobre que no todos los hombres se fijan en el físico sino en la personalidad y sentimientos, necesitaba que se cumplieran... por parte de Nathaniel no se negó en aceptar a lo que daba saltitos de forma interna mientras ocultaba con mi sonrisa en el exterior, realmente no sé qué me hacía este chico que realmente me podía poner en sus manos e inclusive a sus pies si es el caso.
Cuando nos disponíamos a entrar a la sala correspondiente una pareja empujo a Nathaniel haciendo que me separe de su brazo, una chica se le abalanzo a mi hombre que no es mi hombre aun como tal queriéndolo besar a la fuera porque aunque este se negaba ella no se quería desprender, a lo que me moleste entrándome como esos ataques leves de celos que decidí ayudarlo a que esta se separara jalándola así del cabello levemente ocasionando que a través del tirón esta callera al suelo para así poder abrazar a Nathaniel de manera algo posesiva, pero estaba clara que no me importaba nada en ese momento sino mi chico.
—. ¡Qué te pasa con mi hombre gorda! ¡Nathaniel es mi hombre!
—. Yo no soy tu hombre ni qué ocho cuartos, respetas a mi novia no seas una hija de put*
—. ¿Me has cambiado por esta gorda? Qué te pasa acaso no estás viendo que yo soy un mujerón a comparación de esta consume grasas para que a la niña no le duela la ofensa.
—. A mí me respeta y no sea bochornosa que se ve que para formar espectáculos si es buena usted, la pinta de cualquiera se le ve hasta de lejos, que ni con lentes de aumento se le podría cambiar esa percepción.
—. ¡Y tú eres una roba novios! Nathaniel es mi novio y tú una put* cualquiera que me lo quiere robar y no lo permitiré.
—. No soy ninguna roba novios, Nathaniel es mi novio y usted no me lo viene a quitar, aquí la put* roba novios eres tú, una cualquiera, Nathaniel te termino por zorr* y ahora me prefiere a mí búscate una vida ¡Idiota!
No sé ni cómo, ni porque tome a Nathaniel de sus mejillas para estamparle un beso en los labios, éramos el centro de atención del lugar a lo que aquel beso inesperado que le di fue bien recibido, nada me importaba en ese momento y el escuchar los gritos de aquella chica quien era sacada a la fuerza por su acompañante eran melodías para mis oídos, suena loco, pero al separarme a los segundos de los jugosos labios de mi contrario de los cuales no deseaba desprenderme termine bastante sonrojada al igual que él, dándome a entender que ese beso lo disfrutamos de la misma forma los dos por lo que decidí tomar su mano para alejarnos dentro de la sala que al estar solos los dos en un lugar apartado le solté para poder mirarle a los ojos y susurrar un poco.
—. Lo siento por el beso no sé qué me pasó…
—. No te preocupes no me molesto a decir verdad, tus labios saben deliciosos.
—. ¿Tú crees eso? … Nunca había besado antes…