Después de un rato me quede sola, puesto que Kennta también se fue, seguía pensando en lo que había pasado por lo que mejor decidí distraerme con algo que amaba demasiado que era el bailar por lo que encendí mi televisor entrando al navegador para buscar el juego "Just Dance", lo conecte en mi celular empezando a imitar al bailarín de la pantalla.
Baile las canciones de "Rare – Selena Gómez" una de mis cantantes favoritas, también la de "Watch me – Silence" y la de "One Kiss – Dua Lipa, Calvin Harris" todas sacándolas con las mejores puntuaciones de todas las estrellas azules, tome un vaso de agua con limón para tomar asiento y reposarme mientras colocaba mi serie favorita "La casa de papel" me faltaban ya los últimos capítulos para terminarla, a veces quería ser como Nairobi o Tokio, mujeres fuertes, que no tienen complejidad alguna y mejor aún pueden ser ellas mismas, el no tener la necesidad de asegurarse con un hombre al lado, aunque suene tonto sentía una necesidad dentro de mí de querer a Nathaniel cerca de mí y que me repita que soy suya en el oído, una sensación de ser sumisa ante el cosa que realmente me asustó porque sentía que estaba pensando con las hormonas antes que con la cabeza, ¿Pronto llegaría mi periodo que me tiene de esta forma las hormonas tan alborotadas? Dios no sé qué haré en verdad con estos pensamiento, o mejor si sé que hacer, iré a ducharme con agua fría de manera completa, de igual manera Nathaniel no demoraría en llegar.
Al tomar mi ducha me lave desde la cabeza hasta los pies, al salir después de dos horas con una toalla en la cabeza y otra recubriendo mi cuerpo me encamine a los cajones para sacar primero la ropa interior colocándomela y encima ponerme una falda de Jean que dejaba ver un poco mis piernas y una blusa de listas azules, al igual que mis zapatillas para empezar a secar mi cabello y peinarlo dejándolo suelto para ponerme las argollas con unas pulseras que hicieran juego.
La puerta sonó por lo que bajé inmediatamente para ver a un atractivo chico que venía vestido con un Jean ajustado roto, una camisa holgada, unas zapatillas blancas y accesorios como un reloj y una cadenilla, además de tener el cabello algo despeinado, pero con estilo, realmente se veía bastante sexy de esa forma que moví mi cabeza un poco para sonreír.
—. Te ves muy hermoso Nath.
—. Me ganas princesa, te ves jodidamente sexy.
Su comentario me hizo sonrojar levemente para negar y tomar su mano, subimos al auto de camino a un restaurante cerca del mar, se veía muy lindo como el atardecer se pronunciaba ante nosotros, que caminando agarrados de la mano entramos al lugar que tenía una gran vista desde el balcón al mar.
—. Es un hermoso lugar... Pero siento que es muy costoso no debiste hacer esto por mí… Podíamos ir a la plaza no sé.
—. Te mereces esto y mucho más, Jennifer te quiso indisponer conmigo, pero quiero que sepas que solo tú eres importante en mi vida, solo contigo quiero disfrutar de estas vistas al mar, disfrutar todo lo bello porque te amo.
Sus palabras lograban tocar fondo en mí por lo que me levante levemente para darle como respuesta un tierno beso en sus labios, acariciando levemente de su mejilla disfrutando de aquellos carnosos labios hasta separarme.
—. Te amo demasiado, perdóname por el espectáculo que te arme.
—. Tenías derecho a saber te comprendo perfectamente, espero sea hoy una gran noche para los dos.
—. Yo sé que si lo será cariño mío.
Sonreí ampliamente. Disfrutamos de una deliciosa cena, que al acabar dimos un pequeño paseo agarrados de las manos por la orilla de la playa, mientras reíamos y dejábamos besos de aquí para allá, Nath estando nervioso me volvió a proponer lo del noviazgo que sin pensarlo dos veces acepté, llegamos a un bar donde trabajaba uno de sus amigos por lo que tomamos algunos tragos de más, que al llegar a casa definitivamente me desconocí...
—. Vamos quédate conmigo es muy tarde ya cariño…
—. Está bien me quedaré porque mi hermosa novia me lo pide.
Me abalancé a los brazos de mi hombre para empezar a besarlo, un beso que de ser inocente empezó a hacer más candente para los dos, mis manos se adentraron en la camisa de él mientras sentí como sus manos frías se introdujeron en mi falda haciéndome soltar un pequeño chillido, era la primera vez que sentía el tacto cercano de un hombre y lo peor es que mi cuerpo pedía más.
Subí una de mis piernas a su cintura jalándolo de la camisa sin separarme de aquellos labios que me empezaban a agitar sintiendo como de golpe sus besos bajaron a mi cuello dejándome retomar el aliento, mi piel se erizaba y pequeños jadeos se escapaban de mis labios, la timidez se encontraba en mi cuerpo, pero el deseo estaba ganando la batalla.
Subimos a mi habitación dejando varias prendas en el camino, de un empujón avente a Nathaniel en la cama para subirme en el empezando a mover mis caderas de manera circular al igual que adelante hacia atrás, mientras en su suave piel empezaba a dejar mis marcas de propiedad.
Sentía aquel disfrute del control y más cuando un bulto duro se formó en su entrepierna, Nathaniel me giro dejándome boca abajo ante él, saco un condón de su pantalón antes de quitárselo quedando al desnudo por lo que al verlo me sonroje cerrando un poco mis ojos.
—. ¿Me...me d…dolerá...? Nath... Mi amor sé cuidadoso es mi primera vez...