Derek estaba a mi lado con una sonrisa. Llevábamos días andando. No habíamos querido parar por la tormenta, que aunque la evitábamos para no retrasarnos, llegaría a nosotros en cuestión de horas.
La flor de corazón se había marchitado y la habíamos enterrado. Como un símbolo nuestro.
Su mano estaba abrazada a la mía. No podía dejar de mirarlo.
Derek negó con una sonrisa y se descalzó. Estábamos en una explanada y a pocos metros estaba el lago.
Me descalcé y me senté a su lado. Heiko se resguardó bajo los árboles.
La lluvia cayó sobre nosotros. Derek me sentó en su regazo y yo me dejé caer en su pecho.
Derek besó mi cuello y acarició mis manos. Y nos quedamos así, mirando hacia el frente, disfrutando de la lluvia. En silencio. Amaba estar así con él. Mis fármacos de la felicidad se habían juntado y me sentía plena. Su mano acariciaba mi brazo y yo me relajaba.
Mi corazón latió frenético. Edrea en la distancia, tenía una botella de vino y me señalaba.
Su mano cesó las caricias unos momentos hasta que volvió a seguir su recorrido y yo me centré en que su corazón había golpeado más fuerte.
Me alejé de él y me senté a su lado. Tenía que estar agarrada al suelo para lo que iba a decir.
Antes de que pudiese hacer o decir algo, Derek me agarró de la nuca y estampó sus labios con los míos.
Me acerqué a él y seguí con el beso. Era un beso dulce, cariñoso y lleno de amor.
Cuando nos alejamos, lo miré con una sonrisa radiante. Tenía los labios hinchados del beso, me miraba con brillo.
Me sentía viva. Amada y tenía cariño que dar.
Lo quería, quería a Derek.
Cuando me separé de él, sonreí, me levanté y eché a correr por toda la hierba.
Abrí mis brazos y reí. La lluvia nos mojaba, pero yo solo podía pensar en el beso que acababa de dar.
Derek me sostuvo en sus brazos y volvió a besarme.
Creo que me estaba empezando a volver adicta a sus labios.
Eran mi nuevo fármaco a la felicidad.
Cuando mis pies desnudos tocaron la hierba mojada eché a correr.
Estuvimos rato riendo sin parar mientras nos perseguíamos el uno al otro.
Cuando me atrapó, nos caímos los dos sobre la hierba y comenzamos a reírnos.
Y nos quedamos así, fundidos en un beso. En nuestro beso. Nuestro primer beso.
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Editado: 20.09.2024