Derek
La primera vez que la vi, me enamoré de ella. Supe que era ella, que era la bruja que tenía que entregar y que era la chica que me iba a hacer perder la cabeza. Sus ojos me hipnotizaron. Eran preciosos.
Nunca llegué a entender porqué Bela había tenido que pasar por tanto. No merecía ser dañada y yo la traicioné, fue doloroso. No quise hacerlo. Pero la guardia que había enviado mi padre me vigilaba y no podía hacer nada. A mi padre le daba igual matar a gente de su sangre.
Cuando curó a Ileana, me mostró su lado más dulce.
Yo he visto a Bela en todos sus aspectos y todos y cada uno de ellos me han enamorado. Pero supongo, que cuando tú no estás destinado a estar con una persona es porque es así.
Yo la anhelé, la amé. Disfrutaba estar con ella. Pero no pude olvidar lo que tuve que hacer. Al final, Bela me agradeció que la entregase porque gracias a eso es feliz con su esposo, Einar,- se casaron el año pasado.- y yo me siento bien por ella. Somos amigos.
Aunque a veces siento que no merezco ese título porque yo la rompí.
Bela ha sido un huracán que ha pasado por mi vida y me ha enseñado a sentir. No quería que supiese quien era en verdad, porque se alejaría de mí.
Cuando la vi con aquel vestido, en la prisión… estaba espléndida. Me había comportado como lo que era, un imbécil.
Pero nunca creí sentir tanto.
Cuando el fuego la quemó, odie a mi padre más que a nadie. Odié su existencia. Odie cada vez que me había dejado manipular por él, y quise sacar a Bela del fuego. Pero algo me impidió acercarme. Supongo que el destino quería que fuese así.
Cuando maté a Heiko me odié a mí mismo y esa noche, le obligué a un guardia a que cortase mi espalda. Tengo una cicatriz, una H. De Heiko. Porque ese dolor se lo causé a él y siempre será un recuerdo doloroso. Nunca me perdonaré su muerte.
Nunca me perdonaré en la bestia que me convertí.
Ileana tenía razón cuando dijo que era malo. Lo era.
Pero Bela me enseño que todos somos monstruos.
La gente no cabía en los reinos de todo lo que había crecido la población.
Aprendí a encontrarle el gusto a eso de ser monstruo. Y decidí, que ayudaría como buen monstruo que era.
Y aquí estaba yo. Con la espada llena de sangre por haber asesinado a mi propio padre.
No tuve remordimiento, tampoco dolor. Nunca quise a mi padre. Me di cuenta en el momento que decidí venir a asesinarlo.
Ahora pueden vivir aquí tranquilos, como hace años. Y yo… yo no merezco a esta gente.
Miró a Einar y este asintió.
Y asentí.
Y así me convertí en el rey de un lugar, que me adora y me odia. Pero supongo que al final del día, para nadie serás el héroe y está bien.
Disfruto siendo una bestia.
Si tuviese que despedirme de Bela Diría esto.
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Editado: 20.09.2024