Domingo 27 de abril del 2018.
—Luces un poco cansada ¿Va todo bien? —Pregunta con voz preocupada. Abro los ojos y está observándome directamente, me encuentro acostada en el sofá y mi cabeza descansa en su regazo—. ¿Algún ataque de pánico? ¿Necesitas que te consiga un terapeuta?
Niego con la cabeza. Cierro los ojos nuevamente y dejo que mi hermana juegue con mi cabello. Necesitaba este tiempo con ella, así que unos mimitos de su parte recargan completamente mi energía.
—No, ninguna —Lo cual es mentira, pero esta vez no tiene relación con mis padres más bien es sobre todo lo que he estado pasando estos meses—. Aunque no lo creas... ya no me siento culpable por lo sucedido.
Ella detiene sus manos y abro los ojos para observarla, ella parpadea repetidas veces y creo que está a punto de llorar. Mi corazón se achicharra, le ofrezco una sonrisa y ella me corresponde.
Andrea tuvo que pasar por mucho después del accidente, ella ni siquiera estaba en España cuando eso. Recuerdo vívidamente el día que llego para el funeral, lo recuerdo muy bien porque cuando me vio su rostro lucía impecable, no había llorado nada, ni siquiera me lanzo algún tipo de mirada acusadora, lo que hizo fue caminar hasta donde estaba se arrodillo junto a mi porque recuerdo haber estado en el suelo llorando todo el día y me dijo fuerte y claro levantándome la barbilla "no es tu culpa, Sandra".
Me disculpe con ella entre lágrimas sin poder contenerme, estuve así por semanas hasta que fui a terapia. Ella aunque también perdió a sus padres intentaba ser fuerte por ambas, por eso estoy totalmente agradecida con ella. No la vi llorar ni una vez, pero Hyram una vez había hablado conmigo, me contó que ella era fuerte por mi pero que se derrumbaba al estar con él... eso me rompió. Sé que él me lo dijo porque estaba preocupado pero desde ese día dije que ya no podía seguir como estaba, así que con todo y la carga que llevaba fingí estar bien para que ella pudiese volver a Phoenix.
Así que verla así me sorprende mucho, yo sé que ella sabía la verdad. Mi sentimiento de culpa siempre estuvo ahí aunque tratase de ocultarlo, incluso cuando sabía que no era culpable siempre estuvo escondido muy dentro de mí.
—¿Ah sí? —Se aclara la garganta.
—Noah me ayudo con eso.
Ella ladea la cabeza
—Con que Noah ¿eh? —Su tono no me gusta y me levanto de su regazo y la observo con los ojos achinados.
—¿Qué es ese tono?
Ella se ríe, se tapa la boca con las manos intentando ocultar su risa pero fracasa.
—Oh no sabía que... él tenía ese tipo de efecto en ti —Arrugo el ceño y ella rueda los ojos—, por favor Sandru, no me digas que no te has dado cuenta de que te gusta.
—¿Gustarme? ¡Já! ¡Imposible! —Digo de forma apresurada mirando hacia el televisor, se encuentra apagado pero prefiero mirar la pantalla negra que ver las caras que hace Andrea.
—¡Pero si te sonrojaste! —Me zarandea del brazo pero no la miro—, eres una cabeza dura. No puedes negármelo a mí, ese hombre es el único que te hizo ver algo que millones de personas te han repetido una y otra vez...
—¿Millones? No seas exagerada, Noah solo me lo dijo de una forma más... agh, ni siquiera sé como describirlo.
Ella me estira más fuerte y me veo obligada a fijar mi mirada en ella, tiene el ceño arrugado.
—¿Qué tiene de malo que te guste?
—¡No lo soporto! Es un pesado —Resoplo y mi flequillo vuela hacia arriba, me lo acomodo de mala gana—. Apenas y llegamos a ser amigos... aunque a veces pienso que ni siquiera lo somos porque tengo unas ganas de matarlo...
—¿A besos?
Me callo de golpe.
La imagen que viene directo a mi cabeza es de cuando como una estúpida me quede esperando que Noah me besara. En el momento que la vergüenza me golpea mi hermana jadea.
—¡¿Se besaron?!
—¡No! —Chillo—. Claro que no. Noah no puede tocar a nadie... mucho menos besaría a alguien.
—¿Eso te pone triste?
—¿Pero a ti que te pasa? Ya te dije que solo somos amigos —Me levanto del sofá con el corazón latiéndome a mil—. ¿Sabes qué? mejor me voy, tengo cosas que hacer en casa.
—Como ir a ver a Noah.
—¡Tengo que terminar mi corrección!
—Claro, la corrección —Dice entre risas.
Me voy de la casa de Andrea molesta, no puedo creer que en serio me haya dicho todas esas cosas. No me gusta el Señor Nieves... es guapo... pero es un imbécil.
A veces no lo es...
—Cállate conciencia —Digo en voz alta una vez que estoy dentro del taxi. El taxista me mira por el espejo retrovisor y carraspeo apartando la mirada.
Ahora otro taxista va a tener una imagen mala de mi, recuesto mi cabeza contra la ventana. Observo los demás autos pasar y solo puedo pensar en que mi hermana está equivocada, yo solo quiero ayudarlo... y ni siquiera lo estoy consiguiendo.
Aunque veo ciertos avances en él no son demasiados ¿A quién trato de engañar? Yo no podré hacer mucho por él leyendo solo artículos en internet. Deberé convencerlo de que vaya a consultar... puedo ser muy insistente si quiero.
Le extiendo los billetes al conductor una vez que llegamos a destino, bajo y como ya se está haciendo tarde espero que el Señor Nieves no me vea llegar a está hora y arme un escándalo. Solo que al alzar mi vista observo que las luces no están encendidas ¿A dónde habrá ido? Saco mi celular de mi cartera a ver si no tengo un mensaje suyo pero no encuentro nada, es domingo y él no suele salir así que me preocupa un poco... ¿Debería llamarlo? Niego, él es un adulto así que no tengo porque preguntarle donde se encuentra. Entro directo a mi casa y tiro mi cartera en el sofá, voy hasta la cocina y agarro una manzana, cuando la lavo pienso en que Noah seguro la desinfectaría con alcohol antes de comerla y sonrío pero dejo de hacerlo de inmediato ¿Por qué tengo que pensar tanto en él? Me rasco la nuca con la mano libre y camino directo hasta mi escritorio, estoy decidida a terminar cuanto antes con ese libro.