#3

Nos alejamos de todos. Caminamos los viejos y conocidos pasillo de la secundaria, pasábamos salones, salones y más salones de clase. Todo era un ambiente de melancolía y sobre todo, de buenos recuerdos. Cada rincón de ese lugar guardaba infinidades de recuerdos, de momentos vividos por cada uno de los alumnos que esta institución acogió durante estos 5 años.

__¿Necesitamos ir más lejos? –pregunto Carlos, no fue hasta ese momento que me percate que estábamos más o menos cerca del salón de biología y que ahí, aparte de nosotros, no había nadie más- Peter, ¿Qué sucede?

__Espera –dijo haciendo un ademán con la mano- espera un momento más.

Bien, es ahora o nunca, fue lo que pensé; Di un paso lento y temeroso, luego otro y otro más, cuando al cercanía me pareció perfecta, me detuve.

No vas a confesarte, no vas a confesarte… Mientras más lo repetía, más me acobardaba, es más, entre más lo decía, más valor perdía.

__ ¿Y bien? –Alzo sus cejas- ¿Qué es lo que sucede?

__ Por favor, no vayas a odiarme… Será la primera y única vez.

__ Peter –carcajeo- ¿Qué es eso?, ¿me harás algo malo? –bromeo-

Estaba asustado, pero mientras escuchaba sus palabras, el miedo se esfumo, mi mente estaba en blanco, levante la mirada para encontrarme con esos hermosos ojos cafés, coloque mis manos en sus hombros y me incline y lo bese.

Rayos y centellas… Estaba besando a Carlos, era lo que quería desde hace tiempo, específicamente cuando me di cuenta que me gustaba, cada vez que estaba a su lado me sentía la persona más especial del mundo entero. Lo besé porque sabía que jamás conseguiría algo más.

Carlos no me aparto como lo había imaginado, esto no significaba nada para él, pero tampoco le incomodaba; esa reacción insípida, verdaderamente me decepciono, pero como lo había dicho, no era estúpido. Aun así, decidí arriesgarme y profundizar más ese beso tonto e infantil que le estaba dando a Carlos, fue entonces que sentí su mano en mí nunca, abrió su boca para que mi lengua pudiera encontrarse con la suya, esta respuesta me tomo fuera de base, estuve a punto de terminar con el beso, pero este subió su mano libre a mi cuello, sin dejarme escapatoria.