(no) Puede Ser Amor

Capítulo 32

Después de trasladar cajas, muebles, objetos de poca importancia y de tomar té helado y comer algunas botanas, Brad y Amy regresaron al apartamento unas cuatro horas más tarde.

Él se tumbó en el sofá tan pronto llegó y no dejaba de apretarse las manos una y otra vez como si estuviera tronándose los dedos. Algo al parecer no había salido bien.

—Lo siento, no pude. No es solo el hecho de que quede como un estúpido por haber hecho lo que hice, también está la amistad que tenemos y que quizá pueda terminar rompiéndose.

Brad comenzó a rascarse la nuca. Parecía intranquilo.

Las cosas en el apartamento de Charlotte no habían resultado como lo habían planificado antes de llegar. Brad no tuvo el suficiente coraje para hablarles a sus amigos con la verdad como el que tenía cuando Amy lo interrumpió. Sabía que después de haberles visto la cara, ellos no se iban a tomar una noticia como aquella con mucha gracia.

—Tal vez no era el momento de decírselos, pero si lo pensamos bien quizás nunca lo sea —dijo Amy, que estaba sentada en un sillón frente a él.

—Sí, puede que tengas razón. No creo poder hacerlo más adelante —suspiró Brad con pesadez y dejó caer la cabeza hacia atrás—. Sé que sueno egoísta pero necesito tiempo para acabar con este matrimonio sin que me vea en la necesidad de contar toda la mentira.

—¿Tiempo? —Ella no lucía muy entusiasmada.

—Te sacaré de todo esto. Lo haré. Solo dame un poco más de tiempo.

Lo más justo era que le concediera el tiempo que Brad le pedía, dado que ella también iba a necesitar el de él para poder terminar de cancelar el préstamo.

—Más tiempo. Es precisamente eso lo que muchos necesitamos —musitó ella, con aire ausente.

Brad estuvo en silencio por un rato y luego levantó la mirada hacia ella.

—¿Y bien? ¿Te quedarás?

Hubo una larga pausa y Brad creyó que tal vez ella lo estaba considerando.

***

Sonó la puerta.

Eran las siete de la noche de ese mismo día. Charlotte había llegado puntualmente.

Brad dio un paso atrás y abrió la puerta.

Esa seguramente iba a ser una de las muchas noches que tendría a su prima metida en su apartamento.

—Traje comida china —dijo Charlotte, caminando directo hacia la cocina para dejar las bolsas mientras él cerraba la puerta para seguirla. Brad abrió un estante para sacar platos y vasos para que ella comenzara a servir—. ¿Y Amy?

—Mmm…debe estar en la habitación.

—Iré por ella —dijo Charlotte decidida a buscarla.

—Espera. —Él salió corriendo detrás de ella.

Charlotte se detuvo de pronto al chocar de frente con Amy en su camino hacia la habitación.

—Iba a buscarte para comer antes de que se enfriara todo. ¿Te gusta la comida china? —dijo Charlotte caminando de regreso a la cocina.

Brad comprobó que Amy también había alcanzado a cambiarse de ropa antes de que llegara Charlotte, y que había podido darse una ducha.

—Sí, sí, claro que me gusta.

Brad echó un vistazo a Amy e hizo un gesto con la cabeza para que caminara hacia la cocina.

Una hora después, Amy pensaba en la extraordinaria relación que Brad y su prima tenían, pues durante la noche no paraban de contar historias y bromear de cualquier cosa, y de igual forma era con el resto de sus amigos. A pesar de que ninguno de los amigos de Brad le agradaban del todo, le gustaba lo bien que se llevaban.

Charlotte se inclinó para alcanzar una caja sobre la mesa. Al abrirla sacó un pastel de moras.

—¿Postre? —ofreció Charlotte.

—Yo paso —dijo Brad al tiempo que se levantaba de la mesa para llevar los platos al fregadero.

—¿Amy? ¿Tú si quieres?

—Yo sí quiero. Se ve delicioso —respondió ella, mientras iba por unos platos para servirlo. El detalle era que no sabía en dónde estaban—. ¿En dónde los guardas? —Brad hizo un gesto con la cabeza para que buscara en el estante de arriba.

Amy se puso de puntillas para abrirlo pero no alcanzaba a llegar. Brad al verla sacudió la cabeza echándose a reír.

—En lugar de estar burlándote de mí por qué mejor no me ayudas a bajar los platos —dijo Amy, poniendo las manos en sus caderas, entrecerrando los ojos hacia él.

—Por supuesto que sí mi brujita cascarrabias —dijo él, conteniendo la risa.

Ella pensó que Brad iba a alzar los brazos para pasarle los platos pero en lugar se eso colocó las manos en su cintura y la elevó para que ella misma los tomara.

Charlotte se cubrió la boca con la mano cuando llegó a la cocina; estaba al borde de la risa.

—Oh, Dios.

Brad recibió una mirada furiosa de Amy luego de que sus pies alcanzaron nuevamente el suelo. Después apartó las manos de Brad bruscamente lejos de su pequeña cintura.

Él se inclinó hacia ella, apartándole algo de cabello, para hablarle al oído y que así Charlotte no pudiera escucharlo.

—Párale un poco a la violencia. Recuerda que tenemos compañía.

—Entonces deja de hacerte el graciosito frente a ella —dijo Amy, muy seria, con una hilo de voz sonando muy bajito.

—¿Ustedes siempre son así juntos? —Ambos se dieron la vuelta para mirar a Charlotte—. Se ven tan graciosos.

—¿Te parece? —preguntó él, incrédulo, mientras veía a Amy tomar su lugar de nuevo en la mesa.

Charlotte asintió sonriente y dijo:

—Al principio parecían no pegar con nada, pero ahora que los veo son como… no lo sé…El caso es que los veo como una pareja de verdad.

—Vaya. —Brad intercambió una mirada con Amy mientras presionaba los labios juntos intentando no reírse por el comentario de su prima.

Amy apenas sonrió. Luego tomó un trozo del pastel y se lo sirvió, pero Brad hizo un gesto negativo, así que decidió entregárselo a Charlotte.

—Ni se les ocurra hacer planes este domingo. Recuerden que nos vamos a reunir para celebrar que tengo nuevo apartamento en uno de los mejores lugares de la ciudad y en el mismo edificio que mi primito.




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